
El proyecto “Argentina LNG” ha desatado un intenso debate tras la decisión de YPF de optar por instalar seis buques productores de Gas Natural Licuado en la costa de Río Negro. ¿Qué se está diciendo?
El proyecto “Argentina LNG” está en el ojo de la tormenta. Hace unos días, YPF anunció que descartaba la idea original de construir una planta de licuefacción en la localidad de Sierra Grande y que avanzaría con la instalación de seis buques productores de Gas Natural Licuado en la costa rionegrina. Ahí comenzó una catarata de declaraciones (más políticas que técnicas) y hoy, Horacio Marin, CEO de YPF, salió a aclarar el panorama.
Para empezar a desandar la polémica, vale mencionar que la opción de los buques fue respaldada por los gobernadores patagónicos Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa, quienes consideraron que la utilización de unidades flotantes facilitaba y aceleraba el desarrollo del proyecto exportador. Pero fue muy cuestionada por Axel Kicillof, que recordó que la planta se había proyectado en Bahía Blanca. “Estaban todas las condiciones técnicas, logísticas y geográficas”, pero “movido por odio, fanatismo ideológico y ánimo revanchista, el Presidente decidió sabotearla”, dijo el exministro de Economía.
La explicación de Marín
En este contexto, Marín aclaró: “Tiene que ser uno en barco. ¿Por qué? Porque el GNL en el mundo está migrando hacia los barcos porque es mucho más eficiente. Y nosotros lo que logramos es traer empresas internacionales a que lo desarrollen con YPF. Para mí están todos mal asesorados, se apresuran y juegan a la política en algo que es generación de valor a través de la economía”.
“Yo soy un técnico que vine a hacer grande a YPF y no voy a entrar a discutir políticamente con un gobernador, lo que yo les digo que estamos generando valor y que no es como lo dicen. La planta era incierta, no había nada, no había ningún bosquejo”, dijo.
“Estoy extremadamente orgulloso de lo que estamos haciendo en YPF y creo toda la gente va a ver las ventajas y las inversiones gigantes que llegarán. La diferencia entre ser un barco o una planta en tierra es la diferencia de hacer un mecano. Todos los equipos se hacen en cinco países, no se hacen en Argentina. El barco lo hacen en dos países solamente, Corea o China. Y los equipos, sea en planta o sea en barco, se hacen en cinco países solamente”, detalló Marín en diálogo con Eduardo Feinmann.
“La decisión de Río Negro fue una decisión técnica-económica y no una decisión política o ideológica. Nosotros nos ahorrábamos más de 700 millones de dólares en Río Negro. De hecho, contratamos a una consultora independiente que dijo que eran mil millones de ahorro. Soy una persona honesta, estoy diciendo que a nosotros nos daba 700 millones de dólares y a la consultora le daba mil millones. ¿Por qué convenía en Río Negro? Porque es más cerca y porque los barcos necesitan calado de profundidad para trabajar mejor. Entonces lo tomamos una decisión técnico-económica”, aclaró