Las joyas que esconde un pueblo abandonado de Mendoza y las peleas alrededor de esos recursos

La minería y el petróleo no convencional fueron puestas como las esperanzas del futuro de Mendoza. Pero donde están los recursos hay carencias y litigios. Pata Mora y la «neuquinización» del Sur local


Malargüe es la tierra prometida. Pero sufre la falta de inversión. Foto: Archivo

Pablo Icardi

Recorrer el extremo sur de Mendoza puede sugerir un error geográfico y, también, un espejismo negativo. Hay un estado de semi abandono en sus rutas, la logística y los servicios disponibles para las personas que viven allí. “Somos mendocinos”, dice a MDZ, como si estuviera obligado a reafirmarlo, un puestero que tiene raíces mapuches y cría chivos de exportación. Su familia vive y convive en la zona con petroleros, turistas y, sobre todo, las empresas neuquinas que recorren la zona. “Somos los que estamos todo el año. Queremos participar de las discusiones y que se hagan cosas por la gente y con la gente”, repite el hombre, que está de visita en la Ciudad.

En ese sitio de la Patagonia mendocina tiene potencialmente las máximas riquezas bajo su superficie y también en el suelo. El pueblo más cercano es Pata Mora, que en realidad aún no reúne los requisitos para tal denominación. A pocos kilómetros está la mina Potasio Río Colorado, con las reservas de fertilizantes minerales más importantes del mundo y una ciudad minera a medio construir. En la superficie hay vegetación agreste y escasa, piedras volcánicas y desolación. Pero en el subsuelo ocurre otra cosa. Casi pisándose, también están los yacimientos petroleros Cañadón Amarillo, Paso de las Bardas Norte, Aguada Negra y Payún Oeste, algunos de los que tienen un alto potencial para explotar el lado mendocino de la formación Vaca Muerta.

Pata Mora sigue teniendo fuertes carencias. 

La minería y la explotación de petróleo no convencional son dos de las esperanzas productivas del Sur y de Mendoza. No se nota mucho porque esa zona de la provincia vive de carencias desde hace años. Por eso con el boom energético del otro lado del río, se puede profundizar la «neuquinización». “No parecemos mendocinos, dice Inés Molina, que vive pegada a un yacimiento petrolero que tiene su nombre y que hasta para ir al médico viaja a Neuquén. 

En el subsuelo está esa riqueza y también posibles disputas. El potasio y el petróleo no convencional están a más de 1000 metros de la superficie y requieren técnicas especiales para su extracción. El petróleo, de la fractura hidráulica hecha con inyección de agua, aditivos y arena a gran presión. El potasio, también de la inyección de agua caliente. Hay, incluso, yacimientos que se superponen y requerirán pericia política para avanzar. En la extensión de la concesión del área Cañadón Amarillo, realizado a la empresas Quintana, la heredera de YPF, se firmó un compromiso de inversión para desarrollar Vaca Muerta.

El potasio está a una profundidad de entre 750 y 1150 metros (bajo boca de pozo), con espesores de 12 a 25 metros. Los estudios técnicos petroleros indican que en la zona Cañadón Amarillo tiene “valores cercanos 1.800 metros”.

En la misma zona están PRC y los proyectos de Vaca Muerta. Ambos, a más de 1000 metros de profundidad.

En el nuevo esquema de negocios de recursos naturales Mendoza está en el inicio de la cadena. Para Vaca Muerta, por ejemplo, YPF es la única empresa “senior” que tiene interés real y explora una zona, mientras abandona la explotación convencional. Las otras empresas que tienen interés, dependerán de alianzas con inversores para que haya desarrollo. La UTE Quintana-TSB, por ejemplo, tiene un compromiso asumido para desarrollar un proyecto de exploración no convencional desde 2027. La firma es “junior” en el tema y es liderada por Carlos Gilardone, de Quintana, y la familia Urcera, que tiene experiencia en prestar servicios pero no en la explotación. La empresa Aconcagua, nacida en Mendoza, tiene una proyección importante para avanzar en Vaca Muerta, en el yacimiento Payún Oeste. Pero su desarrollo futuro dependerá de los datos técnicos que obtenga y de las alianzas estratégicas que consiga con empresas de mayor escala.

El contexto se complicó. La caída en el precio el petróleo, por ejemplo, puede desalentar la inversión en áreas de mayor riesgo, como las de Mendoza y en el corto plazo Malargüe sufrirá también la caída de recaudación por regalías.

Neuquinizados

Ante las desventajas comparativas que tiene la provincia respecto a la capital de Vaca Muerta, se dan otras vías de compensación, como la reducción de regalías. Antes, claro, deben certificar que hay recursos. Pero hay otra contra más compleja: la neuquinización del Sur de Mendoza. De arranque, todos los proyectos toman como base Rincón de los Sauces, desde donde vienen empresas, trabajadores y hasta ideas. Para tratar de revertir esa tendencia, el Estado local financia el plan Pata Mora, para convertir al lugar en un centro logístico para 50 empresas y 500 habitantes.

La competencia es desigual, pues en Rincón, del otro lado del Río Colorado, Neuquén avanza con una inversión más fuerte para arraigar pobladores, atraer empresas y generar industria. En menos de una década la población de Rincón de los Sauces creció un 40% y va camino a tener más gente que todo Malargüe. En el mediano plazo Vaca Muerta norte será el epicentro de la continuidad de la explotación de gas y petróleo no convencional. Del lado Sur del Río Colorado lo ven así. Mendoza podría tener recursos similares. YPF avanzará este año con la segunda parte del plan piloto en “Aguada Negra”. El pozo a explorar está a 34 kilómetros de Pata Mora y a 65 kilómetros de Rincón de los Sauces. Pero la base es la localidad neuquina, pues las carencias mendocinas son más relevantes que la mayor distancia. A solo 12 kilómetros del lugar está Potasio Río Colorado, que tiene hasta pista propia de aterrizaje.

La historia reciente de Mendoza con ambos temas no es favorable. La primera experiencia en Vaca Muerta, realizada por El Trébol (empresa de José Luis Manzano) terminó con el desestimiento de la inversión y hasta el traspaso del área. En el caso de Potasio Río Colorado la Provincia festejó por adelantado: le cobró regalías a Vale antes de empezar la explotación y luego la empresa abandonó el proyecto. El Sur sabe de esos desplantes, pues en paralelo se prometía la “obra del siglo” sobre el Río Grande y hasta se elaboraron listas con promesas de empleo.

Riquezas del Norte

En el otro extremo de la provincia, en la porción de cordillera ubicada en Las Heras hay otro tipo de litigios relacionados con los mismos recursos, en particular con la minería. Esa zona es la que tiene probado potencial para extraer cobre. El proyecto San Jorge fue presentado para abrir la mina en lo que sería el inicio de la era del metal rojo. En el medio está la ambigua estrategia del Gobierno.

A San Jorge lo siguen de cerca desde afuera, así como las promesas solapadas de parte del oficialismo para modificar a futuro la ley 7722 que los mismos protagonistas redactaron. Es la clave para que, puertas afuera, consideren algún proyecto de inversión de gran escala.

La vieja locación de exploración de Deprominsa en Paramillos. 

En Las Heras hay 136 propiedades mineras con potencial cuprífero, la mayoría de ellos con otros metales asociados como oro y plata. Allí, por ejemplo, está Paramillos, una de las áreas con mayor información disponible en Mendoza. También con mayor cantidad de litigios. Hay yacimientos que fueron de Minera del Oeste y Tenke que luego fueron exploradas por la influyente Desarrollos de Prospectos Mineros SA (Deprominsa). Es empresa llegó a perforar en la zona de influencia de Villavicencio. Ya antes de la ley 7722 hubo litigios porque en 2.000 se declaró como Reserva Privada a la zona. La pelea entre empresas llegó a la justicia en una fuerte disputa entre Danone y Deprominsa.

La particularidad es que Villavicencio hoy tiene accionistas que también tienen intereses mineros en Chile. El grupo Luksic, socio de Danone, es dueña de varias minas de cobre, como Los Pelambres. Incluso tienen propiedades mineras en Mendoza (las minas Beta 13, Beta 7, Gama 7, Beta 10, Gama 1, Franco y Gabriela), aunque hay quienes aseguran que los mantienen para «vedar» esa actividad en su territorio. Los accionistas de Deprominsa volvieron a tener presencia en la Provincia con otros socios. Ricardo Martínez, presidente de esa compañía, es socio de Iverte en San Juan, la empresa que explotará la mina Gualcamayo y que en Mendoza tiene un fuerte litigio con la comisión directiva de Fecovita, uno de los principales actores de la industria vitivinícola. El referente minero acompaña a los empresarios de Iverte en cada paso que dan, también en Mendoza

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