
Hasta el 18 de mayo regirá la suspensión de la medida que permite ingresar carne con hueso a la Patagonia.
Está sin fecha la mesa de trabajo que se prometió el 18 de marzo para analizar las condiciones sanitarias para el ingreso de carnes, productos cárnicos y material reproductivo desde zonas libres de fiebre aftosa con vacunación hacia zonas sin vacunación dentro del país.
Desde esa fecha rigen los 90 días de la entrada en vigencia de la Resolución N° 180/2025, que permitía ingresar carne con hueso a la Patagonia.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, Senasa, que conduce Pablo Cortese, informó que la pausa en el permiso sanitario responde a consultas de las provincias de la región Patagónica, que solicitaron mayor tiempo para coordinar su implementación.
Prometió convocar a una mesa de diálogo y trabajo con representantes provinciales y el sector agropecuario, que funcionará en el ámbito de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) del Ministerio de Economía de la Nación.
De las opciones que se manejan entre los sectores interesados en que se mantenga la barrera para la carne con hueso se cuentan generalizar el cobro de un porcentaje y alimentar un fondo que permita financiar el funcionamiento.
La otra es subir la barrera e incluir la provincia de Buenos Aires y La Pampa con lo que habría un reconocimiento al esfuerzo de los sectores productivos patagónicos en los últimos 20 años.
De lo que hay cierto consenso es que no se reedite el funcionamiento de la Fundación de la Barrera Patagónica, Funbapa, porque el mismo Senasa hizo una auditoría cuyo resultado no dejaba bien parada a su administración. Los menos interesados en no recurrir a esa opción son los trabajadores.
Walter Wertmuller, delegado de ATE en Senasa contó que cuando existía la organización público privada había favoritismo para algunos actores empresariales. “Con el Senasa hay un sistema digitalizado y cuando se hace un procedimiento se informa a los superiores y después no se puede volver atrás por un llamado telefónico”, dijo.
“Si se levanta la barrera, el asado podría entra barato para competir con el productor patagónico, que debe comprar pasto e invertir en genética para que el animal resista estas condiciones. Después, el precio se estabiliza, pero el daño está hecho”, expresó Wertmuller.
El temor no es nuevo. Desde la región se advierte una presión constante para debilitar las barreras sanitarias que han permitido mantener un estatus diferencial: en la Patagonia no se registran casos de fiebre aftosa desde hace dos décadas.
¿Quién consumiría asado de Brasil?
La posibilidad de permitir el ingreso de carne con hueso desde provincias que no comparten ese mismo historial sanitario encendió las alarmas entre técnicos, trabajadores y sindicatos.
Brasil, con más cabezas de ganado pero menor calidad genética, solicitó su declaración como país libre de aftosa sin vacunación.
Ya ha ingresado carne de cerdo y se prepara para hacer lo mismo con el asado. L
a situación se torna sensible si se considera que Venezuela, país vecino, presenta brotes activos de la enfermedad, lo cual incrementa los riesgos sanitarios regionales.
“No se puede comparar el esfuerzo sanitario de la Patagonia con el del resto del país. Acá se trabajó durante años, con recursos y compromiso. Los auditores internacionales lo reconocen. Por eso planteamos que se eleve la barrera hacia el norte, que incluya a Buenos Aires y La Pampa. Lo demás es una amenaza a lo construido”, señaló Wertmuller.
Tensión por decisiones políticas y técnicas
El enfoque fitosanitario también se tensionó. La designación de Eugenia Barbieri como gerente general de Senasa, impulsada desde el Ministerio de Economía, desplazó el criterio técnico hacia un esquema de mayor verticalidad política. Según explican desde el organismo, el presidente actual solo brinda respaldo, sin intervención operativa directa.
En este contexto, se citan antecedentes preocupantes. El puesto fijo de control en Pichi Mahuida permanece cerrado.

La vivienda asignada al personal presenta condiciones estructurales inadecuadas: el pozo ciego colapsa y no se ha destinado presupuesto para su reparación. “Hay una intencionalidad. Sin recursos, el puesto no puede funcionar. Y eso no es casual”, remarcó el delegado de ATE.
Tampoco existe consenso sobre reflotar la Fundación Barrera Patagónica (Funbapa). Wertmuller indicó que los trabajadores y el sindicato rechazan esa posibilidad. “Los procedimientos ahora son digitales, llegan directo al jefe del procedimiento. Lo que antes funcionaba con operadores intocables hoy está controlado. Senasa auditó y detectó movimientos de dinero que no se pudieron justificar”.
Ante ese escenario, desde el sector productivo se señaló la necesidad de crear un fondo económico. Desde hace seis meses, se descuenta un mínimo porcentaje de las guías de traslado de ganado con ese fin. Se propone que una persona administre los fondos, reciba facturas digitales y ejecute pagos de manera transparente, para sostener las funciones críticas de control sanitario.
Senasa dice que el asado no tiene aftosa
La resolución del Senasa que permitió el ingreso de carne con hueso a la Patagonia tiene en sus considearandos dos aspectos.
Que los muestreos realizados por el Senasa en los últimos años demuestran la ausencia de circulación viral en todo el Territorio Nacional,
Que, sumado a la ausencia de circulación viral, este organismo realizó una evaluación cuantitativa del riesgo de introducción del virus de fiebre aftosa a la zona libre de fiebre aftosa sin vacunación a través de asado con hueso bovino proveniente de la zona libre de fiebre aftosa con vacunación, concluyendo que es posible asumir que el riesgo de ingreso de dicho virus a la zona libre de fiebre aftosa sin vacunación por ese medio es insignificante.
El riesgo de unificar el control verde y rojo
La decisión, en pausa, del Gobierno Nacional es levantar los puestos a la altura de La Adela y 25 de mayo (La Pampa) y Bahía Blanca (Buenos Aires) para unificarlas con las zoosanitarias que se encuentran al sur en Río Colorado y Catriel (Río Negro).
Trabajadores nucleados ATE Río Negro se declararon en alerta: la modificación -que ya se hizo operativa- libera la zona a la proliferación de la mosca de los frutos poniendo en riesgo el estatus sanitario de la región.
“La decisión de las autoridades de Senasa, presionadas por el Gobierno, no tiene ningún aval normativo. Esto podría también poner en riesgo la condición de zona libre de la mosca de los frutos a la Patagonia, que le permite exportar frutas a los mercados más importantes del mundo a cambio de una auditoría permanente de China, Estados Unidos, Unión Europea, Japón y Brasil”, dijo Walter Wertmuller, delegado de ATE en Senasa.
El delegado explicó que los controles fitosanitarios tienen una sistema de tramperas alrededor que evitan el desarrollo de plagas. Su levantamiento y unificación con barreras zoosanitarias implicará poner en riesgo el cordón de chacras al sur de las provincias de Buenos Aires y La Pampa.
La motosierra del Gobierno obligó a las autoridades de Senasa a buscar una alternativa para optimizar recursos que, sin embargo, afectan directamente la sanidad alimentaria con posibles efectos devastadores en la producción frutícola de la región. Los gobiernos de la Patagonia habían planteado colaboración para mantener los controles.
El precio del asado, la grieta patagónica
El diputado por Unión por la Patria Darío Martínez presentó un proyecto de ley, con dictamen de minoría, para que el Poder Ejecutivo Nacional deje sin efecto la barrera sanitaria y permita el ingreso de carne con hueso a la provincia de Neuquén.
El legislador dijo que sostener la barrera es cuidarle el negocio a unos pocos productores y encarecerle la carne a todos los neuquinos.
Martínez dijo que no encuentra el beneficio de la barrera y no hay datos que sostenga el estándar sanitario que intenta mantenerse ya que “los neuquinos comen la carne más cara del país por productores que no exportan, no producen más, ni generan más trabajo”.
Destacó que encima esos productores reciben un subsidio provincial con el Fondo de Incentivo Ganadero y lo único que hacen es complicarle la vida a la gente.
La pulpa viene del norte del Colorado e igual es cara
El gobernador Alberto Weretilneck enfatizó que eliminar la barrera no beneficiará a los consumidores patagónicos.
“Más del 60% de la carne que se consume en Río Negro proviene del norte del país, y los precios no bajaron. El consumo no mejoró. Y los que realmente pierden son los productores locales”, sostuvo.
Además, advirtió que el problema radica en la concentración del negocio cárnico. “La distorsión está en otro lado: en un modelo que margina al interior y convierte la comida en un privilegio para pocos”, insistió.
El Gobernador destacó el caso de Brasil, que en 2024 logró ser reconocido como país libre de aftosa sin vacunación tras 50 años de trabajo.

“Lo hizo para ingresar a mercados de alto valor y, a partir del 1 de abril, tendrá el mismo estatus sanitario que la Patagonia. Miremos ese ejemplo: cuando un país avanza en sanidad, lo defiende. No lo destruye”, subrayó.
Para Weretilneck, la resolución en debate “no tiene sustento técnico ni económico” y es “una imposición diseñada para beneficiar a los grandes exportadores y supermercados, sin considerar el impacto devastador que puede tener sobre las provincias que hicieron las cosas bien”.
“No podemos dimensionar lo que está en riesgo. Estamos realmente preocupados ante la posibilidad de que esto avance. Por eso defendemos la Patagonia, el trabajo, la salud animal y el desarrollo de nuestra región. Defendemos a nuestros productores”, resaltó.
Y concluyó: “Aceptar que destruyan la barrera sanitaria que nos llevó 20 años construir es entregar la Patagonia. Y eso sí que nunca lo vamos a hacer”.