
El ministro de Energía de Santa Cruz, Jaime Álvarez, confirmó en diálogo con Radio Vanguardia que la operadora YPF y el gobierno provincial alcanzaron un principio de acuerdo para la retirada definitiva de la empresa de la zona norte de la provincia.
En este marco, la petrolera asumirá el costo de los pasivos ambientales generados en la región, una medida que fue bien recibida tanto por el arco político como por los sindicatos locales.
Según explicó Álvarez, el acuerdo comenzó a trabajarse hace un año, pero las negociaciones con YPF se estancaron luego de dos meses de trabajo técnico. “Los pasivos ambientales tienen implicancias económicas y legales muy importantes”, sostuvo el funcionario, recordando que en su momento no se pudo llegar a un entendimiento con la petrolera.
Ante la imposibilidad de transferir las áreas a empresas privadas debido a los obstáculos ambientales, YPF retomó las conversaciones con la provincia hace unos 60 días, logrando finalmente este preacuerdo.
Un retiro progresivo
El ministro remarcó que la retirada de YPF no es una decisión impulsada por la provincia, sino parte de la estrategia de la empresa para enfocarse en la explotación de hidrocarburos no convencionales. En este sentido, Santa Cruz no es la única provincia afectada, ya que la petrolera viene desinvirtiendo en distintas regiones del país.
Consultado sobre los plazos de ejecución, Álvarez indicó que aún no hay una fecha exacta, aunque los equipos técnicos de ambas partes —contadores, abogados e ingenieros ambientalistas— están trabajando intensamente en los aspectos legales y ambientales. “Estamos avanzando al segundo paso, que es el acuerdo definitivo de retirada, y en pocos días más estimamos tenerlo mucho más cerrado”, adelantó.
«Lo más importante es llegar al acuerdo definitivo con YPF, como ya sucedió en Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro, Mendoza y Salta. Esto permitirá que la provincia tenga la coordinación de la oferta de estas concesiones a través de los trámites administrativos y una licitación de las áreas del flanco norte. La meta es que haya nuevos inversores y empresas dispuestas a continuar la actividad«, explicó Álvarez en declaraciones radiales.
El funcionario reconoció que la situación actual genera incertidumbre, especialmente entre los trabajadores, sus familias y las empresas de servicios petroleros, que hoy dependen de YPF y no tienen certezas sobre su futuro. “Se busca certidumbre y estabilidad, que vuelvan las inversiones y el trabajo. Que haya nuevamente equipos de torres en actividad, perforación, pooling, workover”, detalló.
Pasivos ambientales: el otro desafío de la retirada
Uno de los puntos clave en la negociación fue la remediación ambiental. A diferencia de otros procesos de retiro de empresas, en este caso YPF asumirá la responsabilidad de los pasivos ambientales generados en la zona. Para ello, se prevé la realización de un estudio por parte de una universidad de prestigio, que determinará el estado de los pasivos y permitirá la elaboración de un plan de trabajo.
«En base a ese informe, YPF presentará un plan de remediación que se ejecutará durante los próximos cinco años. Es un tema clave no solo para la preservación del ambiente, sino porque generará empleo en el sector», destacó el ministro.
Quiénes pueden ocupar el espacio que deja YPF
En cuanto a las empresas interesadas en tomar el control de las concesiones que deja YPF, Álvarez sostuvo que muchas de las que intentaron ingresar antes se vieron frenadas por la cuestión ambiental. «Seguramente, salvado este escollo, los mismos inversores que estaban interesados en continuar en el flanco norte van a presentar ofertas. Algunas ya han operado en Santa Cruz y otras tienen experiencia en otras provincias», señaló.
La salida de YPF se enmarca en la estrategia de la compañía de concentrar sus recursos en el desarrollo de Vaca Muerta, un proceso que afecta a varias provincias y que genera tensiones en torno al empleo.
«Todos los fondos que YPF destinaba a Salta, Mendoza, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego ahora irán a la producción no convencional en Neuquén. Eso va a generar trabajo en la provincia, pero también va a implicar una migración de trabajadores de otras regiones», explicó Álvarez.
El ministro reconoció que Neuquén priorizará la contratación de mano de obra local, como lo haría cualquier provincia, pero advirtió que, en el contexto actual, es esperable que muchos de los puestos en Vaca Muerta sean ocupados por trabajadores desplazados de otras provincias. «Neuquén se verá favorecida con inversiones multimillonarias y nuevas empresas de servicio, y esos puestos de trabajo seguramente serán cubiertos por trabajadores que ya están en la industria», concluyó