
El intendente destacó el trabajo coordinado con Pullaro y Bullrich para mejorar los índices de violencia y fustigó al PJ, en especial a Ciudad Futura.
El recuerdo del pasado reciente y mirar adelante sin cantar victoria
“Estamos mejor. No tengan miedo de decirlo”, arrancó su alocución el intendente luego de que la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, le diera paso. Durante poco más de una hora habló Javkin en el recinto, estructurando su discurso en ejes temáticos marcados. El grueso de ellos, como anticipó ayer Letra P, fue el destinado a obras. “A los que criticaron las obras del tricentenario -presentadas el pasado 27 de febrero-, les traemos 280 obras más”, chicaneó. En el mientras tanto, se mostraba en pantalla el seguimiento de obras online en la web del municipio.
Ciudad Futura, el rival elegido por Pablo Javkin
Javkin, con contenido y chicanas, le destinó la mayoría de sus dardos al centroizquierda Ciudad Futura y no a La Libertad Avanza, a quien casi borró de sus comentarios. El intendente no se olvidó de remarcar la alianza entre la fuerza que encabeza el concejal Juan Monteverde -su rival en las elecciones de 2023- con el Partido Justicialista y lo pegó al último gobierno provincial y a los senadores provinciales involucrados en causas judiciales.
Los palcos
Los palcos apostados en los laterales del estrado dieron una muestra de la primera línea de gobierno de Javkin. A su izquierda, ancho, el diputado provincial Ariel Bermúdez, espada de Javkin en la Legislatura, copó la primera fila junto al más diplomático Franco Bartolacci, el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Detrás de ellos se ubicó al también legislador, el aliado Germán Scavuzzo. A su lado, sorprendió la presencia de un PRO, el exconcejal Alejandro Rosselló. No hubo socialismo en la zona, aunque sí una delegación en la primera fila de la barra, capitaneada por la antecesora de Javkin, la diputada Mónica Fein.
En el otro palco sobresalieron la candidata a concejala Carolina Labayru y el candidato a convencional constituyente Ciro Seisas. Ambos de cepa 100% javkinista. Los custodiaron el secretario de Gobierno, Sebastián Chale y el de Obras Públicas, Eduardo Bressán.
El compañero de lista de Labayru no tuvo tanto premio. O por perfil bajo, el hermano del gobernador, Damián Pullaro, se ubicó en la última fila de la barra, en la planta alta. También se destacó, por su presencia y agradecimiento del intendente, el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni.
En la barra se mezcló el empresariado, titulares de entidades reconocidas, dueños de medios, vecinos de diferentes barrios y periodistas que, ubicados en un costado, contaron con la compañía del exconcejal Roberto Sukerman, actual candidato a concejal y convencional constituyente, les recordaba a los cronistas su paso por los medios, cuando daba consejos sobre abogacía y seguridad social.
Los “relativistas de la moral” y el proyecto de futuro en Rosario
La baja en los índices de violencia en la ciudad fue otro de los hitos destacados a lo largo del discurso. Además del propio Cococcioni, con el jefe de la Policía, Daniel Acosta y el fiscal regional Matías Merlo en las gradas, Javkin formuló una suerte de parteaguas tras la saga de crímenes de marzo del año pasado. “Para algunos, la ciudad estaba prácticamente perdida”, recordó al tiempo de poner sobre la mesa números que avalan la mejoría en barrios y zonas calientes, con baja de homicidios incluida. “Quién hubiera dicho que hoy podríamos estar proyectando futuro, celebrando un tricentenario”, miró al horizonte.
En esa diferenciación, Javkin cargó sin medias tintas contra “los relativistas de la moral que se enojaban cuando hablábamos de buenos y malos”. Con menciones directas a Maximiliano Pullaro, al propio Cococcioni y a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, separó los tantos con “quienes quieren quedar bien con los dirigentes nacionales”, y cargó duro mirando atrás, hablando de “ministros que en vez de proteger gente la espiaban”; “ministros que en vez de de ganarle al narco decían que habíamos perdido y “senadores que se dedicaban a perseguir a los fiscales que investigaban el juego clandestino”. Los aplausos de una tribuna con más público neutral que militancia se hicieron notar en ese tramo.
En esa tónica, Ciudad Futura, en la figura de Monteverde como primer candidato a concejal y a convencional constituyente del Partido Justicialista, fue el blanco de los dardos, aunque una vez más sin menciones. “Los que llamaron y llaman a votarlos, los que hoy comparten sus listas, todos ellos fueron cómplices”, disparó. Como corolario, sostuvo que “querían quedarse a Rosario como un botín de guerra”. “Eso se terminó y es responsabilidad de toda la sociedad rosarina que no vuelvan nunca más”, dijo en clave electoral.