
El 97% de las inversiones que se presentaron al RIGI hasta ahora se enfocan en energía y minería.
El análisis se desprende del informe RIGI & Escenarios Globales de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral y con autoría de Sofía del Carril.
Según la investigación, al 24 de febrero de 2025, ya se recibieron diez solicitudes de inversión por un total de US$ 11.593 millones.
De ese total, el 55% se destina al sector energético, con un 93% que se concentra en Oil & Gas.
Además, el 42% va a minería, con el litio como protagonista absoluto (75% del total minero).
Mientras que un 3% es para siderurgia, con proyectos como la planta industrial en San Nicolás.
“Los proyectos energéticos representan el 55% del monto de las inversiones propuestas”.
“Y se concentran principalmente en la explotación de Vaca Muerta, a través de un nuevo oleoducto”.
“Este atravesará las provincias de Neuquén, Río Negro y Buenos Aires”.
“Y además en un buque de licuefacción para la producción de GNL”.
“El otro foco es sin duda la minería (aproximadamente 42% del monto de las inversiones propuestas)”.
“Con iniciativas en Salta, Catamarca y San Juan propuestos por empresas de capitales extranjeros”.
“Aquí destacan proyectos sobre litio, uno de los minerales críticos de nuestra época por su relevancia para la transición energética y sus usos para la industria tecnológica, y de oro y cobre en San Juan”.
Así lo explicó Del Carril, directora ejecutiva del Centro de Estudios de Gobernanza Global de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral.
El 42% del capital proviene de inversores extranjeros, con empresas como Rio Tinto, Galan Lithium y Posco.
Estos impulsan proyectos de litio en Salta y Catamarca.
En el sector energético, el oleoducto Vaca Muerta Sur representa una de las mayores apuestas de infraestructura para potenciar las exportaciones.
Se trata de un desarrollo de un consorcio que lidera YPF con participación de PAE, Vista Energy, Pampa Energía, Chevron, Pluspetrol y Shell,
Por regiones, NOA y Cuyo concentran la inversión minera.
Mientras que Patagonia y Buenos Aires son el epicentro de los proyectos energéticos y siderúrgicos.
“Las cifras del RIGI confirman el interés del sector privado por desarrollar proyectos de gran escala en el país”.
“Pero el verdadero desafío será transformar estos anuncios en inversiones efectivas”.
“Los próximos meses serán clave para evaluar la velocidad de implementación y el impacto en la economía nacional”.
Las inversiones propuestas de momento en el marco del RIGI reflejan las profundas transformaciones geopolíticas que estamos atravesando.
La presencia dominante de capitales extranjeros para proyectos mineros y de capitales locales en asociación con éstos en el campo de la energía no es casual.
Esto responde a un escenario en el cual el acceso y abastecimiento de minerales críticos como el litio y la seguridad energética son centrales en un contexto de creciente tensión internacional.
Los escenarios bélicos en Europa, Medio Oriente y África y la impronta nueva en materia de política exterior aceleran una tendencia ya visible en los últimos tiempos.
Pero también de política doméstica-industrial de los Estados Unidos con la llegada de Donald Trump.
En un panorama de mayor incertidumbre, empresas y países buscan con énfasis reducir su dependencia de proveedores tradicionales.
Y así buscan construir cadenas de suministro más diversificadas y por ello -se asume- más resilientes