Cinco proyectos de cobre tendrían un impacto de u$s 47.000 millones en la próxima década

La consultora especializada Cru analizó el rol del RIGI para favorecer la puesta en marcha de las minas y el potencial transformador del sector.

Argentina llama la atención de inversores globales con su potencial en la minería de cobre.
Por Ignacio Ortiz

Cinco grandes proyectos cupríferos de la Argentina podrían comenzar a producir en la próxima década y generar un impacto positivo en la economía argentina con un impacto acumulado en la economía de u$s 47.000 millones para 2040, de acuerdo a un informe de la consultora internacional especializada Cru.

La cartera de proyectos cupríferos potenciales analizados incluye El PachónLos AzulesJosemaríaTaca Taca y MARA, que aportarían un promedio de u$s 4.000 millones por año entre 2031 y 2040, un desempeño que la consultora comparó con el préstamo récord de u$s 44.000 millones que recibió Argentina por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2018.

El reporte se da a conocer en coincidencia con las jornadas en que se desarrolla en Canadá la feria internacional PDAC, con una numerosa comitiva argentina que incluye directivos de compañías del sector que operan en el país, funcionarios y mandatarios de las provincias mineras y autoridades nacionales encabezadas por la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el secretario de Minería, Luis Lucero.

El informe privado, en este sentido, destacó que el Regímen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) podría impulsar la competitividad de estos proyectos, lo que resultaría en una tasa impositiva efectiva promedio del 38% en comparación con el 47% en ausencia de esta herramienta sancionada a mediados de 2024.

«Este potencial transformador depende de la estabilidad a largo plazo para atraer inversiones y desarrollar capacidades locales para grandes proyectos de minería de cobre, un desafío que tienen por delante tanto las empresas mineras como los gobiernos», expresó el documento.

Argentina viene ocupando el centro de atención de la minería de cobre, con importantes compañías mineras anunciando inversiones significativas y alentando el progreso en proyectos importantes ubicados en las provincias del noroeste.

La transacción de u$s 4.100 millones entre BHP y Lundin anunciada en 2024 para desarrollar conjuntamente los proyectos Josemaría y Filo del Sol refleja el interés de las principales compañías mineras por invertir en las riquezas cupríferas de Argentina.

La consultora identificó los grandes proyectos de cobre podrían ver la luz a finales de la década, impulsados por proyectos greenfield. Entre estos desarrollos, el más notable es que solo MARA (Minera Agua Rica Alumbrera) de Glencore podría considerarse un proyecto brownfield, aunque se trata de un yacimiento greenfield con capacidad de procesamiento e infraestructura existentes, a diferencia de Chile y Perú, donde las expansiones brownfield dominan la cartera.

Además de BHP y Lundin Mining, otros actores incluyen a GlencoreFirst Quantum y el desarrollador junior McEwen Mining. En conjunto, la puesta en marcha de las distintas operaciones tendría un impacto económico acumulado en condiciones de sumar unos u$s 47.000 millones de dólares a la economía argentina para 2040. Si bien gran parte del debate se centra en los pagos de impuestos y regalías, en CRU se definió el impacto total en la economía local como el Flujo de Caja del País Anfitrión (HCCF, por sus siglas en inglés).

Esto tiene en cuenta no sólo los impuestos, sino también la parte de los costos operativos (opex) y las inversiones (capex) que quedan en la economía local. Algunos ejemplos de esto son los empleos directos y la fracción de suministros generados dentro de la economía local, y por lo tanto, el HCCF es más representativo del impacto agregado en la economía de una operación minera e incorpora las particularidades de cada activo específico.

Para estos cálculos, se supone que entra en vigor el régimen RIGI promovido por la administración del presidente Javier Milei y aplicable a las grandes inversiones relacionadas con la minería. En virtud del régimen, el impuesto corporativo se fija en el 25% -en contraste con el régimen regular del 35%- y permanece invariable durante 30 años.

La consultora estima que el flujo de caja de Argentina comienza a aumentar en la etapa de construcción de las minas, siendo la participación del gasto de capital HCCF el componente más relevante hasta 2029.

A medida que las minas comienzan la producción, los impuestos y las participaciones del gasto operativo se vuelven más relevantes a partir de 2030 en adelante. En los últimos años del período de pronóstico, el componente de gasto operativo HCCF comienza a tener un mayor impacto, vinculado al aumento de los costos a medida que los primeros años de operación se benefician de mayores grados y menores costos relacionados con el transporte minero.

En resumen, para el período de diez años entre 2031 y 2040, se prevé que la contribución anual promedio a la economía sea de aproximadamente u$s 4.000 millones por año. Los análisis muestran que el componente más significativo son los impuestos, de los cuales el impuesto a las ganancias corporativas representa el 52% del componente impositivo total.

A continuación se encuentran los impuestos a las exportaciones y las regalías, estas últimas particularmente relevantes para los gobiernos provinciales locales, ya que las mismas se recaudan directamente a la provincia y no al gobierno federal.

Para Cru, el flujo de caja de Argentina comienza a aumentar en la etapa de construcción de las minas.

Además, el HCCF no solo considera los impuestos que son una entrada directa de capital al Estado, sino otros dos componentes directos que podrían desencadenar más efectos multiplicadores y vínculos entre sectores de la economía. Esta es una característica de la industria minera intensiva en capital que ha demostrado ser fundamental en la actividad económica de los países ricos en recursos de América del Sur.

La consultora advierte que para las empresas mineras, el país plantea múltiples factores de riesgo específicos de la industria y riesgos a nivel de país (por ejemplo, la incapacidad de repatriar dividendos) que, en conjunto, se traducen en condiciones perjudiciales para los inversores externos. Es en este contexto que se reconoce que el RIGI puede ser un mecanismo eficaz para atraer inversiones y permitir el desarrollo de estos grandes proyectos cupríferos.

El rápido crecimiento de la industria del litio en Argentina en los últimos cinco años es un ejemplo positivo de cómo se pueden desarrollar proyectos mineros greenfield en el país. Sin embargo, las intensidades de capital, infraestructura, mano de obra, servicios y proveedores de bienes –así como la escala general– de las principales minas de cobre son significativamente mayores

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