
En las empresas del agro es clave transmitir bien, a través de distintas herramientas, los objetivos buscados con el personal
Belisario López es encargado de ganadería de un campo de 10.000 hectáreas en Salta. Tiene a su cargo 3000 vacas de cría, cuya producción es recriada hasta 300 kilos con una cadena forrajera que tiene al gatton panic como recurso principal. Con López trabajan dos recorredores permanentes en los rodeos y un veterinario que realiza visitas una vez por mes. A su vez, él depende del gerente de producción, quien a su vez reporta al gerente general de la firma, que recibe instrucciones de los propietarios.
La empresa tiene otro campo en el Valle de Lerma, donde cultiva tabaco y desarrolla un planteo de tambo, con muchas personas en el campo a lo largo del año, que también dependen de la administración central, que gestiona las compras y ventas a partir de los planes estratégicos de cada área y de cada actividad en los dos campos.
Más de una vez López ha tenido dudas en su labor diaria, que quiso despejar con sus superiores, pero no siempre recibió la respuesta en tiempo y forma. También debe respetar protocolos de trabajo dispuestos en la oficina central que no se adaptan al sistema productivo del campo, todo lo que determina que no se sienta correctamente valorado en la toma de decisiones importantes en la empresa. Además, tiene dificultades para que sus subordinados se alineen con sus objetivos de trabajo. En definitiva: López enfrenta problemas de comunicación y de coordinación para hacer cumplir los protocolos y metas de la empresa, pero también ve que los podría superar con método. Estos inconvenientes se repiten en muchos campos de distintas zonas del país y no son exclusivos de los que tienen muchos estamentos de personal; se dan hasta en tambos de 150 vacas.
El origen de esta realidad es muy variado: puede ocurrir porque los mandos altos y medios suponen que los estamentos operativos ya “han recibido los protocolos pertinentes” o porque no hay reuniones para armonizar procesos. Cualquiera sea la causa, es imperioso resolver este tipo de problemas, para lo cual hay una serie de herramientas que se pueden poner en práctica en la labor diaria.

El consultor Martín Gana, asesor de Select Debernardi, define la comunicación efectiva como “el proceso de intercambio de información realizado de manera clara, precisa y comprensible, que permite que los mensajes sean entendidos y generen acción”.
El especialista destaca que una buena comunicación dentro de la empresa, entre todos sus integrantes, permite, principalmente, coordinar mejor tareas entre distintos equipos de trabajo en el campo, al tiempo que facilita la planificación y ejecución de actividades agrícolas y ganaderas. Además, fortalece las relaciones entre trabajadores, líderes y proveedores, y evita malentendidos en procesos críticos.
La comunicación fluida debería ser un proceso espontáneo en el equipo de trabajo de una empresa. Sin embargo, pueden surgir barreras que es necesario reconocer. Las más comunes son las diferencias en los niveles educativos entre las personas y el uso de términos técnicos o desconocidos. También pueden ser fruto de problemas jerárquicos y de liderazgo.
Martín Gana dice que “hay varias herramientas para enfrentar problemas de comunicación entre los integrantes de un equipo de trabajo”, tales como:
- Promover reuniones y espacios de intercambio. Los encuentros deben ser efectivos, cortos, bien planificados, con orden del día y un temario concreto. En esas instancias, cada integrante del equipo se siente valorado y puede proponer estrategias más eficientes para un algún punto de la metodología de trabajo.
- Utilizar lenguaje claro, adaptado al público al que va dirigido y crear manuales y guías con términos y procedimientos comunes.
- Reconocer y valorar las ideas de los trabajadores y ajustar los procesos según las necesidades del equipo. La comunicación debe darse de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba y de manera horizontal.
- Utilizar tecnologías modernas como grupos de WhatsApp, intercomunicadores, radio, etc. En este ítem hay que prestar atención a las resistencias que pueden aparecer de las generaciones de más edad y con preconceptos como barreras para su instrumentación. Pueden darse situaciones de no querer adoptarlas, de que no hayan sido capacitados para el uso u otras causas y las personas mayores se van quedando afuera, lo que constituye una valla fuerte para una comunicación efectiva y el armado de equipos.
- Organizar reuniones de capacitación en comunicación efectiva.
- Promover permanentemente la “buena onda” de todos los trabajadores entre sí y con la administración. Debería haber un puesto de “gerente de la felicidad” que promueva la pertenencia, la armonía y el buen trato entre las personas de la empresa”, gráfica Gana.

Para Gana, “el mayor capital de las empresas son las personas involucradas”, por lo que es necesario crear equipos de trabajo dinámicos, comprometidos y eficientes.
Alerta que “no todas las personas que trabajan en un campo tienen el mismo nivel de educación”. Una encuesta reciente, realizada en establecimientos tamberos, determinó que solo el 62% de los trabajadores tenía estudios secundarios completos y que el 6% tenía el primario completo; el 32% restante apenas había recibido algunos años insuficientes de escolarización.
Por otro lado, los trabajadores de una empresa se integran a ella por distintas razones. Según la encuesta, el 32% trabaja por vocación, pero el 15% lo hace por tradición familiar y otro 15% dice que “es lo único que sabe hacer”. También hay diferencias en la capacitación técnica de los integrantes: solo 38% admitió haber sido formado adecuadamente en inseminación artificial, crianza de terneros, calidad de leche y utilización de maquinaria agrícola.
En esa encuesta también se determinó que cuatro personas de cada diez no sabían “que se esperaba de ellos”. Y dos de cada diez no conocían los objetivos de su trabajo. Todos estos factores hay que considerarlos para la integración y la comunicación fluida en el equipo de trabajo.
Por otro lado, es necesario que los mandos medios y altos se capaciten en comunicación efectiva, para que no le pase lo que sufre un productor de Pergamino, que dice: “Yo sé bien a donde quiero llevar mi empresa, pero no alcanzo trasmitirlo a mis trabajadores, no logro que lo entienda mi gente”. Es importante ser buen comunicador, una habilidad que para algunos resulta innata y que otros deben adquirir determinando con claridad las metas de la empresa, teniendo claro qué y cómo comunicar en el discurso y buscando los momentos adecuados para hacerlo para que las otras personas hagan propias las ideas”, resalta el facilitador.
“Hablar no es comunicar. Hablamos todos; con más o menos dificultad, todas las personas emitimos palabras. El desafío es comunicar eficientemente. Es decir, es hacer saber algo a alguien, de modo tal que la instrucción sea recibida claramente”, resalta. Gana desafía a que se cambie de modelo de trabajo tradicional en las empresas. Así, propone que del modelo de control y obediencia antiguo, se pase a otro de compromiso, motivación y construcción colectiva, más allá del trabajo personal. En síntesis: el trabajo en equipo integra personas con formaciones diferentes y funciones distintas que se deben armonizar hacia una meta común mediante una comunicación efectiva.
Las palabras clave en todo este proceso son liderazgo, confianza, coordinación y complementariedad, unidas al concepto que dice que la calidad requiere un proceso de aprendizaje. “La detección de síntomas de mala comunicación puede considerarse una oportunidad de mejora, más que un problema sin solución aparente”, concluye el consultor.
