
Se lo considera un tributo distorsivo y de alto impacto sobre los precios, pero que es clave para las gobernaciones.
Expertos en la materia coinciden en categorizar este impuesto como «regresivo». Este calificativo se fundamenta en que el gravamen impacta de manera desproporcionada en toda la cadena de valor de los productos.
Además, el alza en precios derivada de este impuesto afecta directa e indirectamente al consumo, generando mayores presiones sobre diversos sectores socioeconómicos.
De acuerdo con un análisis de Eco Go, Ingresos Brutos representa, en promedio, el 82,5% de lo que recaudan las provincias de impuestos locales. El resto se distribuye entre el Automotor, el Inmobiliario, Sellos y otros ingresos.
Claro está, que hay provincias que dependen menos de Ingresos Brutos que otras. Según el análisis de la consultora, en Tierra del Fuego ese impuesto tiene un peso del 53,2% en las arcas provinciales. Se trata de la jurisdicción menos dependiente de ese tributo. Le siguen San Juan (72,2%), Entre Ríos (73,6%), Provincia de Buenos Aires (76,2%) y Córdoba (78,3%).
EL CHACO, SEXTO
En el otro extremo, se encuentra Misiones. En ese caso, Ingresos Brutos representa el 93,2% de todo lo que recauda esa jurisdicción en impuestos provinciales. También están por arriba del 90% las provincias de Catamarca (92,3%), Neuquén (91,8%) y Salta (90,8%).
El Chaco, mientras tanto, es la sexta jurisdicción que depende de esta recaudación. No solo Ingresos Brutos ha generado polémica en los últimos meses. Recientemente, el Ministerio de Economía instó a las provincias a tomar medidas para que los municipios eliminen las tasas municipales cuyo valor exceda el costo real de los servicios brindados.
Según la cartera, estas tasas serían «ilegales y arbitrarias» al coincidir, de manera total o parcial, con hechos imponibles o bases de impuestos nacionales coparticipables. En un escrito presentado, se solicitó también que los municipios que no acaten estas disposiciones sean excluidos de la coparticipación federal