Las llamas ya destruyeron 120 viviendas, provocaron una muerte y obligaron a evacuar a 700 familias. Los meteorólogos advierten que las condiciones climáticas seguirán favoreciendo la propagación del fuego
El Bolsón enfrenta una de las peores catástrofes de su historia. El incendio forestal que se inició el 31 de enero sigue fuera de control y avanza peligrosamente hacia la ciudad, avivado por vientos de hasta 80 km/h y un clima seco y caluroso. «Se está quemando todo, el caos es total«, expresó con angustia el intendente Bruno Pogliano.
Las llamas ya consumieron casi 3.000 hectáreas de vegetación y golpearon con fuerza a sectores como Cascada Escondida, Las Perlas del Azul y Mallín Ahogado. Hasta el momento, el saldo trágico es de una persona fallecida, 120 viviendas destruidas y 700 familias evacuadas.
Mientras las autoridades refuerzan el combate contra el fuego con la llegada de brigadistas de Bariloche, Buenos Aires y San Luis, el pronóstico meteorológico no da tregua: se espera que continúe el sistema de baja presión en la zona, lo que traerá más viento, aire seco y temperaturas elevadas.
El Comité de Emergencia Municipal (COEM), con la participación del gobernador Alberto Weretilneck, intensificó los operativos de asistencia y la logística para contener la crisis. Además, se habilitó el Polideportivo Municipal como centro de evacuación y se solicitó a la población extremar el uso del agua ante la creciente demanda.
Mientras los equipos de emergencia luchan sin descanso, el fuego sigue avanzando y la incertidumbre crece. El Bolsón atraviesa horas críticas en una batalla desesperada contra un incendio que amenaza con arrasar todo a su paso