Tensión con Bolivia por el alambrado en Aguas Blancas que busca ordenar el cruce fronterizo

El gobernador Gustavo Sáenz dijo que la medida busca controlar a los que entran y salen y lo que llevan y traen. Desde la Cancillería boliviana magnificaron la medida y señalaron que afecta la «convivencia pacífica».

Detrás de los vehículos que se observan en la imagen estará el alambrado.

El tema terminó sobredimensionado. Es que ayer se generó un clima de tensión entre Argentina y Bolivia por el alambrado de apenas 200 metros que se levantará en la localidad salteña fronteriza de Aguas Blancas. La estructura, que se extenderá entre la terminal de colectivos y las oficinas de migraciones, tiene como objetivo que todos los que entran y salen lo hagan realizando trámites migratorios. Lo cierto es que Bolivia emitió un comunicado donde señala que esta medida afecta «la convivencia pacífica entre pueblos hermanos».

Durante todo el día fueron muchos los actores políticos que se refirieron a este tema: desde el interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, pasando por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hasta el gobernador salteño Gustavo Sáenz. Todos ellos dejaron claro que no se trata de una actitud discriminatoria contra el vecino país, sino que tiene que ver con una medida en el marco del Plan Güemes, que se lleva adelante en Aguas Blancas. Esta iniciativa, que tiene el apoyo de Nación trajo a esa frontera caliente a 310 efectivos de fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura Naval y Policía Federal), con el objetivo de comenzar a dar orden y combatir el narcotráfico y el contrabando.

El más gráfico para argumentar el porqué del alambrado fue Zigarán, quien señaló que «no es el muro de Trump, es un alambrado para ordenar».

«Sin explicaciones»

En un raid por distintos medios nacionales, Gustavo Sáenz señaló que el alambrado optimizará la supervisión del flujo de personas y bienes, facilitando la identificación temprana de actividades irregulares. «Se busca encauzar la llegada y salida por la frontera; es decir que los que llegan a la terminal de Aguas Blancas sigan hasta Migraciones y saber con qué egresan y con qué llegan desde Bolivia», dijo. El mandatario había señalado que esta medida se tomó por un pedido del propio Gobierno nacional.

Así consideró que las objeciones efectuadas por la el Estado Plurinacional de Bolivia no son procedentes en tanto el alambrado se construirá en el ejido municipal de Aguas Blancas. «Sobre el tema no tenemos que dar explicaciones. Creo que (Bolivia) llevó la cuestión más allá. Son 740 km de frontera y este alambrado son 2 cuadras y media y dentro de nuestra casa», puntualizó.

En esta línea recordó que también Bolivia expresó objeciones cuando la provincia de Salta comenzó a cobrar el servicio de salud pública a los extranjeros.

«Fue una medida de justicia y de optimización de los recursos», aclaró. El gobernador también dijo que hay que poner el ojo en los planes sociales que cobran extranjeros.

Apoyo de Bullrich

Temprano, la ministra Patricia Bullrich se había pronunciado sobre la polémica y señaló que la implementación del Plan Güemes se da porque «el cruce fronterizo en Aguas Blancas y Orán era tierra de nadie: narcotráfico, sicariato, muertes y descontrol».

Tensión con Bolivia por el alambrado en Aguas Blancas que busca ordenar el cruce fronterizo

El gobernador Gustavo Sáenz y la ministra Patricia Bullrich, en Aguas Blancas.

Y agregó: «Es una medida más al control que establecimos, reforzando la pared existente -vulnerada repetidamente por el narcotráfico para ingresar cocaína- con la construcción de una cerca de 200 metros». Para el Gobierno, «esta medida elimina el bypass que permitía eludir los controles de la Gendarmería Nacional, refuerza controles exitosos existentes, y pone fin al caos en este punto crítico de la frontera».

Reclamo de Bolivia

El presidente del Comité Pro Intereses de Tarija y vocero del Movimiento Cívico de Bolivia, Jesús Gira Martínez, en diálogo con El Tribuno, manifestó que «primeramente hay que decir que Argentina, Bolivia, Chile Paraguay y Uruguay somos países hermanos. Somos sudamericanos, entonces esa amistad, hermandad y buena vecindad deben primar y tenemos que demostrarla teniendo buenas relaciones, felizmente».

El Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia emitió un comunicado en el que expresa su preocupación ante el anuncio del Gobierno de Argentina de instalar una cerca de 200 metros en la frontera entre ambos países.

Sostiene que los temas fronterizos deben ser tratados por medio de mecanismos de diálogo bilaterales establecidos entre los Estados para encontrar soluciones coordinadas a temas en común y que cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica entre pueblos hermanos.

En esta misma línea, Gira Martínez añadió que los tratados y acuerdos bilaterales o multilaterales desde el punto de vista sudamericano, deben ser respetados y entablados de la mejor forma entre argentinos y bolivianos.

«No debe primar la ideología de lo que debe pensar un sector político, por lo tanto, no es necesario que Bolivia ponga un muro o Argentina un alambrado o al revés. Esto no hace bien a nadie», sostuvo.

Cancillería de Bolivia anticipó que solicitará a través de los canales diplomáticos la información sobre este tema para emprender las acciones que correspondan.

En desacuerdo

La titular de la Nueva Colectividad de Bolivia en Salta, Josefina Gutiérrez, expresó que no están de acuerdo con el cerco olímpico de 200 metros de extensión entre la terminal y la oficina de Migraciones, en Aguas Blancas, en la frontera entre Argentina y Bolivia.

«Pensamos que tienen que haber más controles y también difusión de concientización y sensibilización para que la gente respete. Esa es la solución porque un muro sería una locura para nosotros y una forma fuerte de discriminación como pasa en EEUU con los ciudadanos mexicanos», sostuvo. Calificó la medida como totalmente discriminatoria. «Hay una mirada equivocada que nos preocupa mucho», expresó.

Y sostuvo que Argentina y Bolivia tienen una historia en común, tanto en lo social como en lo comercial que data de cientos de años. «Los pueblos queremos integración, inclusión y rechazamos la discriminación que pueden llevar al racismo y xenofobia», dijo

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