Cómo se podría transformar a Córdoba en una “ciudad ecosistémica”

Una tesis de la Faud UNC plantea estrategias para enfrentar la crisis ambiental urbana, priorizando la biodiversidad nativa y la reconexión entre espacios naturales. El proyecto incluye desde ecoparques hasta supermanzanas verdes y busca frenar la expansión descontrolada de la mancha urbana.

La ciudad de Córdoba enfrenta una crisis ambiental agravada por su ubicación en un ecotono entre el Chaco Seco y el Espinal, dos ecorregiones severamente afectadas por la urbanización y el agronegocio, describe la tesis de Camila Liandro, presentada en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (Faud) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

El trabajo señala que la capital cordobesa registra un déficit crítico de espacios verdes: solo 6 m² por habitante, menos de la mitad de lo recomendado por la OMS. Además, el 62,5% de sus plazas y parques tienen menos del 33% de cobertura arbórea, y el 90% de la vegetación existente son especies exóticas, lo que limita su capacidad para mitigar el cambio climático o albergar biodiversidad.

El estudio también destaca el “efecto isla de calor”, con diferencias de hasta 5°C entre el Centro y la periferia, vinculado a la falta de masa vegetal. Estos problemas se agravan por un modelo de crecimiento urbano expansivo que prioriza el asfalto sobre los ecosistemas, fragmentando hábitats y reduciendo la resiliencia ambiental.

La propuesta: una matriz ecosistémica multiescalar

La tesis, dirigida por los arquitectos Fernando Vanoli y Miguel Martiarena, propone un modelo de planificación basado en una ”matriz ecosistémica multiescalar”, que integra intervenciones en distintas dimensiones del territorio. El objetivo es crear una red interconectada de espacios verdes nativos, desde escalas barriales hasta regionales, para restaurar funciones ecológicas y garantizar la continuidad de los bosques.

La primera tipología clave son los “Nodos de Alta Biodiversidad”, grandes áreas protegidas que albergan ecosistemas originarios. En Córdoba, se propone ampliar la Reserva San Martín y crear una nueva en el Parque del Este, conectadas mediante un corredor lineal junto al río Suquía. Estos nodos incluirían ecopuentes para fauna, centros de investigación y ecoturismo educativo.

Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).
Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).

La segunda tipología son los “Corredores Lineales”, vectores que unen los nodos principales. El proyecto prioriza la renaturalización del río Suquía, con 21 km de longitud, y la creación de cuatro anillos biocorredores que suman 122 km en total. Estos espacios, diseñados con baja contaminación sonora, facilitarían el movimiento de especies y mejorarían la infiltración de agua en la ciudad.

La tercera categoría son las “Zonas de Amortiguación”, áreas de transición entre lo urbano y lo natural. Incluyen buffer zones alrededor de reservas y ríos, donde se prohibirían emprendimientos inmobiliarios dañinos y se reemplazarían especies exóticas por nativas.

Un caso testigo es el ecobarrio propuesto para Bajo Pueyrredón, un asentamiento informal que se transformaría en un sector con viviendas sociales, huertas comunitarias y calles peatonales con alta vegetación nativa.

Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).
Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).
La cuarta tipología son los “Conectores de Puntos” o “Trampolines Ecológicos”**, una red de supermanzanas verdes distribuidas cada 15 minutos a pie. Estas áreas, de 3×3 manzanas, funcionarían como archipiélagos de biodiversidad para insectos y aves. Un ejemplo es el sector del Mercado Norte, donde se reconvertirían estacionamientos en parques y se implementarían terrazas verdes obligatorias en edificios.

Estrategias concretas: de ecopuentes a terrazas polinizadoras

El proyecto combina infraestructura verde con políticas públicas innovadoras. Entre las medidas destacadas figuran estructuras como ecopuentes y ecotúneles, que permiten el paso seguro de fauna sobre rutas y autopistas. También se plantea la eliminación de canalizaciones en el río Suquía para recuperar humedales y bosques ribereños, un proceso clave para restaurar su función ecosistémica.
Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).
Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).

En el ámbito normativo, se propone exigir un porcentaje mínimo de áreas verdes nativas en techos y fachadas, con incentivos fiscales para quienes implementen “pieles nectaríferas” o huertas urbanas. Los terrenos baldíos, por su parte, se transformarían en microreservas o jardines de lluvia, bajo el concepto de “tercer paisaje” del paisajista Gilles Clément. Además, se exploran mecanismos de financiamiento como bonos verdes para proyectos privados que contribuyan a la red ecológica.

Un llamado a repensar el binomio ciudad-naturaleza

La tesis cuestiona la visión antropocéntrica que separa lo urbano de lo natural. Citando al filósofo Bruno Latour, Liandro argumenta que “el binarismo cultura-naturaleza es una ilusión”, y propone ciudades “multiespecies”, donde humanos, plantas y animales coexistan en espacios híbridos. “No se trata de añadir verde ornamental, sino de crear infraestructuras que funcionen como tejidos vivos”, explica el documento.

El plan también aborda la justicia socioambiental. El ecobarrio de Bajo Pueyrredón, por ejemplo, prioriza a poblaciones vulnerables, combinando vivienda social con estrategias de adaptación climática, como la peatonalización de calles y la incorporación de masa vegetal nativa. Esta aproximación busca reducir el impacto ambiental sobre quienes más sufren las consecuencias del cambio climático.

Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).
Proponen estrategias para favorecer el ambiente en la ciudad (Gentileza Camila Liandro).

La autora enfatiza que su propuesta no es un plan definitivo, sino una “invitación a imaginar futuros posibles”. Citando a Vinciane Despret, concluye que “multiplicar los mundos puede volver más habitable el nuestro”, y urge a transversalizar la perspectiva ecológica en todas las disciplinas. Aunque el enfoque se centra en Córdoba, la matriz multiescalar se presenta como un modelo replicable en otras ciudades, especialmente ante la proyección de que el 70% de la población global vivirá en áreas urbanas para 2050.

Con una mezcla de pragmatismo y audacia, la tesis plantea un camino para que las urbes dejen de ser depredadoras de ecosistemas y se conviertan en motores de regeneración ambiental. “La renaturalización no es un lujo, sino una necesidad para ciudades resilientes”, señala el texto, recordando que el desafío no es solo técnico, sino cultural: implica repensar cómo habitamos, consumimos y nos relacionamos con los demás seres vivos

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