
Marcos Bruno Montiel
Las noticias falsas (fake news), respaldadas por contenidos generados artificialmente, ahora circulan con una velocidad y eficacia que superan la capacidad de verificación de los medios tradicionales.
Un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) reveló que las fake news tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas que las noticias verificadas. Este fenómeno responde, en parte, a la capacidad de las noticias falsas para generar reacciones emocionales intensas, como sorpresa o indignación, que impulsan su difusión en plataformas como X (ex Twitter), Facebook, Instagram, y TikTok.
En 2024, la IA se consolidó como una herramienta disruptiva capaz de generar información en diversos formatos: imágenes, videos, audios y noticias. Esta tecnología no solo ha revolucionado la manera de crear contenido, sino que también ha puesto en jaque la credibilidad de los medios, un fenómeno potenciado por la viralización en redes sociales.
El concepto de viralización no es nuevo, pero la IA lo ha llevado a niveles sin precedentes. Al automatizar la creación de contenido sensacionalista o engañoso, las herramientas de IA permiten que estas informaciones falsas se propaguen de manera casi instantánea, alcanzando a millones de usuarios antes de que los verificadores de hechos puedan actuar. Esto también pone de manifiesto un cambio en el comportamiento de consumo: las audiencias tienden a confiar más en el contenido compartido por sus contactos personales o figuras públicas influyentes, que en las fuentes periodísticas tradicionales.
El Tribuno ha comenzado a adoptar tecnologías de IA generativa como herramienta de verificación de información y corrección. Esta innovación les permite analizar datos, identificar patrones de desinformación y autenticar contenido. El uso de la IA ha sido clave para fortalecer sus procesos internos y adaptarse a los desafíos del entorno digital. Este avance no solo mejora la capacidad de respuesta ante informaciones falsas, sino que también abre un nuevo capítulo en el periodismo, donde la tecnología complementa la labor humana para garantizar rigor y precisión.