Vaca Muerta concentra la atención y preocupa el futuro de áreas convencionales

Todos los ojos están puestos en la explotación no convencional de petróleo. Por eso inquieta el futuro de las áreas maduras convencionales que hay en Mendoza y otras provincias.

Vaca Muerta se lleva la marca y preocupa el futuro de las áreas convencionales. Foto: YPF

Todos miran en el horizonte el futuro que promete para Argentina Vaca Muerta, esa formación que guarda gas y petróleo para varias décadas y que representa miles de millones de dólares. Ese horizonte encandila y hace obviar una enorme parte de la industria de los hidrocarburos de la que viven las provincias y hoy está en crisis. Las áreas maduras, de explotación convencional, están en decadencia por su producción, pero también por falta de inversión. Vaca Muerta se lleva la marca y las áreas convencionales quedan como la cenicienta de la industria.

En Mendoza importa de manera particular porque casi el 100 por ciento de la industria de extracción de petróleo depende de la explotación convencional y de la posibilidad de optimizar áreas maduras, es decir que están en declive de producción. Son las mimas áreas que YPF dejó de lado y cuya transición hacia nuevos operadores se demora.

La petrolera estatal dejó de invertir lo poco que ya invertía y no hay quién opere aún. Por eso la preocupación crece, aún cuando en las empresas son optimistas hacia el futuro. “Hace falta que haya más empresas, más Pymes y firmas que puedan optimizar esas áreas. Todavía tienen mucho para dar. Hace falta poner foco y que haya planes para ponerlas en valor”, explicó el CEO de una petrolera a MDZ. En la discusión pública e institucional cuesta revalorizar el foco. Entre las más de 1000 personas que se reunieron para el Día del Petróleo en Buenos Aires, las charlas, lobbies y negociaciones rondaban alrededor de Vaca Muerta.

Vaca Muerta puede llegar a admitir una perforación constante de unos 1000 pozos por año adicionales, con una inversión necesaria de entre US$ 20.000 y 30.000 millones de dólares al año. No solo habrá que perforar pozos, sino que tendremos que atraer fabricantes y compañías de servicios y realizar importantes obras de infraestructura de tratamiento, transporte y exportación de gas y de petróleo”, dijo Ernesto López Andón, titular del IAPG, que ofició de vocero de la industria. Del lado “B” de la industria, cero palabras. Lo mismo ocurrió con Daniel González, quien ponderó el potencial no convencional de Argentina.

Muchas de las áreas maduras que tiene Mendoza aún no pasaron por los proceso de recuperación secundaria y terciaria, técnicas más costosas pero que pueden estirar la vida de los yacimientos. De hecho en Chachahuén, por ejemplo, hubo picos de producción gracias a la recuperación terciaria con inyección de polímeros. No todas las áreas lo permiten y no todas tienen el mismo potencial. “Lo que se puede hacer es al menos detener el decline”, explican desde la industria.

El no convencional, que está concentrado en Neuquén, genera el 56% del petróleo del país. Es decir, el petróleo convencional aún mantiene casi la mitad de la producción. El tema es la tendencia: la producción de Vaca Muerta creció un 30%, la de las áreas convencionales cayó un 5%. En la Cuenca Cuyana, en Mendoza, la caída se amenguó. Comparado a la producción de 2022 hay un 17% menos de producción. Pero respecto al 2023 la caída es del 6,6%. Menos intensa, pero caída al fin.

Producción de petróleo por cuenca.

En Mendoza las áreas que más inquietud generan son las incluidas en el bloque Mendoza Norte del Plan Andes de YPF. La empresa ponderó la propuesta de Petróleos Sudamericanos para heredarla, pero el Gobierno aún no autoriza ese traspaso. Exigencias de inversión, saneamiento de pasivos ambientales y respaldo económico financiero de la empresa son algunos de los temas que están bajo análisis. Entre las empresas se estima que a futuro las áreas, que cubren una superficie extensa y de alta complejidad, podrían subdividirse y de allí también surgirían nuevas alianzas para operar. Sin embargo el silencio de las petroleras involucradas genera preocupación. Hasta ahora solo se oficializó el traspaso de las áreas Llancanelo y Llancanelo R. de YPF a Petroquímica Comodoro Rivadavia. Allí se extrae petróleo extra pesado, que requiere técnicas complejas de extracción y cuyo producto tiene un importante valor de «corte».

El Gobierno enfocó la política petrolera en ese sentido: diversificar, motivar la inversión de Pymes que pueden hacerse cargo de áreas maduras y tratar de sostener la actividad, mientras se evalúa el potencial real de la lengua norte de Vaca Muerta. Por eso se hizo un sistema de licitación permanente, adecuando los pliegos. Luego del último llamado, se adjudicaron las áreas que habían sido parte de iniciativas privadas. Es lo que pasó con Bajada del Chachahuén, que quedó a cargo de Selva María, y Payún Oeste, que está a cargo de Petrolera Aconcagua.

Para Mendoza aparece otro matiz. Neuquén comenzó a planificar el avance hacia Vaca Muerta Norte. Y todo apunta a que el centro logístico sea Rincón de los Sauces, que compite con el proyecto Pata Mora que intenta desarrollar Mendoza como hub.

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