Cuatro gobernadores fijaron posiciones y reclamaron que se reconozca el protagonismo de las provincias, al cierre de la segunda jornada del 60° Coloquio de IDEA en Mar del Plata. Ignacio Torres (Chubut), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), ambos del PRO, el radical Gustavo Valdés (Corrientes) y el justicialista Raúl Jalil (Catamarca) manifestaron su respaldo al rumbo económico y el éxito frente a la inflación, el déficit y el endeudamiento del Banco Central, que consideraron «Indispensable, pero no alcanza».
Los cuatro mandatarios, ante un millar de los principales protagonistas del empresariado argentino, estuvieron a tono con las expectativas, las reservas y las prioridades que prevalecen en el encuentro. Pero plantearon la necesidad de una mesa de acuerdo para sanear el sistema tributario, sancionar la nueva coparticipación y garantizar el desarrollo equitativo de todas las regiones.
En el panel, la primera pregunta a cada uno fue dirigida a una definición acerca de la realidad del justicialismo, el radicalismo y el macrismo. Quedó en claro que todos transitan por una etapa crítica. Jalil admitió la herencia dejada por Alberto Fernández y sostuvo, en referencia a la interna del PJ, que «después de una derrota hay que encontrar el liderazgo».
Reforma fiscal
Sobre el rol de las provincias en el actual proceso, reivindicaron la responsabilidad de asumir su protagonismo y participar de una mesa de diálogo, como la enunciada en el Pacto de Mayo para resolver cuestiones cruciales.
Aunque exigen que se cumpla el mandato constitucional de una nueva ley de Coparticipación, Jalil advirtió que la Constitución del ’94 condiciona esa reforma al apoyo unánime de todas las provincias. Eso explicaría, pero no justificaría la demora de casi treinta años en sancionarla.
Frigerio propuso discutir en el proyecto de ley de Presupuesto 2025 muchas inconsistencias que se deben empezar a corregir: «Hoy los impuestos son todos coparticipables por la Constitución, por las leyes. Si no van a las provincias es porque se decidió que tengan una asignación específica distinta en general», dijo, recalcando la actual distorsión. Se refería a la no coparticipación del impuesto al cheque, de una parte del IVA, del impuesto a los combustibles, entre otras excepciones.
Por su parte, Torres señaló que «si el rol del Estado para este Gobierno es pura y exclusivamente seguridad nacional, relaciones exteriores y macroeconomía, perfecto. Ahora, no cobren impuestos por cosas que no van a hacer; o aliviamos a nivel fiscal o descentralizamos».
Valdés, de paso, cuestionó a la Cancillería por no facilitar las exportaciones de las economías regionales. «Solo se ocupan de la región central e ignoran al resto del país», reclamó.
Pero todos reclamaron al Ejecutivo y al Congreso «racionalidad, diálogo y soluciones». Y, añadieron, «construir una nueva cultura política, sin grieta ni insultos».
La crisis de empleo
IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina), había presentado a primera hora tres propuestas para generar empleo y desarrollo: cambios en el marco legal laboral, reducir el costo laboral no salarial y alentar la empleabilidad, promoviendo la formación profesional en la escuela y la universidad, y también dentro de la empresa.
«Hay una necesidad imperiosa de volver a crear empleos privados formales porque 1,5 millones de personas quedó fuera del sistema, muchas de ellas por debajo de la línea de la pobreza», dijo el director General de Arcos Dorados Argentina, Eduardo Lopardo.
A su vez, el secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Julio Cordero, en el mismo panel, aseguró que «la Ley Bases y su reglamentación marcan una base muy fuerte de sustentabilidad para generar empleo formal y de calidad», y alentó a los empresarios a tomar trabajadores.
Y añadió en relación a uno de los reclamos empresariales: «Hay que bajar el costo laboral pero manteniendo los pilares de bajar la inflación y sostener el superávit. En ese marco todas las propuestas son recibidas».
Las empresas creen posible el acuerdo con el sindicalismo (varios participantes lo sostuvieron en el Coloquio) , aunque preocupan las acciones compulsivas, como el bloque de acceso al trabajo.
La reforma laboral es una cuestión crítica, porque el país vive en un momento de inflexión y existe un plexo legal que desalienta la incorporación de personal, pero, para la dirigencia sindical, una reforma puede suponer una pérdida de derechos adquiridos y de poder. Como en todo punto de inflexión, el diálogo y la negociación son un camino posible, mientras que las posiciones rígidas generan un punto de estancamiento