El cierre de una importante mina pone en alerta a todo un pueblo de Santa Cruz

Esta semana se oficializó el fin de la actividad en Manantial Espejo, que producía insumos para fabricar lingotes de oro y era crucial para Gobernador Gregores.

El cierre definitivo de la mina Manantial Espejo, anunciado formalmente el último miércoles en Santa Cruz, tiene en vilo a Gobernador Gregores, un pueblo ubicado en el centro de la provincia, donde el establecimiento que producía insumos para la fabricación de lingotes oro y plata se había convertido en uno de los principales motores económicos del lugar.

La noticia se venía esperando desde que la minera a cargo del yacimiento la anticipó en 2023, pero la confirmación no deja de ser un golpe para la comunidad local, que inicia un período de fuerte incertidumbre por el profundo impacto económico y social que tendrá -inevitablemente- la decisión de Pan American Silver, la canadiense propietaria del yacimiento a través de su filial Triton Argentina.

La intendenta Carina Bosso, que participó en el anuncio formal del cierre, realizado en una reunión inormativa el último miércoles, había anticipado la confirmación de la noticia y su preocupación por las consecuencias sociales y económicas que esta situación traerá aparejada.

“El impacto para la localidad es algo tremendo”, dijo sin medias tintas la alcaldesa, quien destacó que el cierre ya viene afectando a los habitantes de distintas maneras, y obligará a reformular el modelo productivo de la región.

De hecho, el año pasado, cuando se anticipó la medida, hubo un conflicto en el yacimiento, que fue tomado por unos 200 trabajadores que exigían un plan de contingencia y mitigación de las consecuencias.

Una mina satelital de la mina Manantial Espejo en 2010, en sus primeros años de actividad a cielo abierto en Santa Cruz.

Una mina satelital de la mina Manantial Espejo en 2010, en sus primeros años de actividad a cielo abierto en Santa Cruz.

“Nosotros sabemos que los yacimientos tienen principio y fin, pero entendemos que atrás tiene que haber un trabajo paulatino, donde quienes tienen cierta injerencia deben asumir esa responsabilidad para que, llegado el momento del cierre de los yacimientos, esto sea acordado y bajo responsabilidad social empresaria”, dijo en aquel momento Javier Castro, representante de los alrededor de 200 mineros que ya veían amenazada su fuente de trabajo.

Qué dijo la intendenta

“Tenemos varios tipos de yacimientos y nos afecta a todos. La verdad que no quremos pasar por esta experiencia de una empresa minera que se va, que está transitando este cierre. El impacto que producen es muy fuerte. Seguimos subsanando esto, porque nos encontramos con un municipio con gente desocupada, con todo el impacto social y cultural que tuvo, que es muy fuerte”, explicó la jefa comunal en diálogo con una FM local.

“La verdad que es algo importante, porque marca antecedentes y en esta reunión, lo que planteamos es que el Estado debe estar más presente porque las consecuencias son gravísimas”.

En la reunión del miércoles, realizada al amparo de la Ley provincial N° 3751 que regula los cierres de mina, además de la jefa comunal y las autoridades de la empresa, asistieron representantes de la Secretaría de Minería de Santa Cruz.

Carina Bosso, intendenta de Gobernador Gregores, en Santa Cruz.

Carina Bosso, intendenta de Gobernador Gregores, en Santa Cruz.

Allí, expusieron ante distintas instituciones locales, trabajadores y vecinos cómo será el proceso de cierre, y se respondieron dudas.

Más allá de las aclaraciones, la intendenta puso en blanco sobre negro una cuestión: “Siempre hay que pensar que tenemos una empresa que ya se fue”.

“Plan de Cierre Social” en Santa Cruz

El llamado “Plan de Cierre Social” contempla medidas de mitigación que incluyen, por ejemplo, capacitaciones y cursos de formación para los trabajadores afectados, con el fin de facilitar su reinserción laboral.

Además, la empresa se comprometió a mantener personal técnico y administrativo en la zona hasta el año 2044, según lo estipulado por la normativa vigente.

Más allá de estas medidas, la inquietud en la comunidad local es importante y -aunque ya no con el nivel de conflictividad de las primeras medidas de fuerza en el yacimiento- la situación genera constantes debates y discusiones, además del difícil desafío de diversificar la matriz productiva en la zona.

La producción a cielo abierto en Manantial Espejo se había iniciado en 2008, con métodos convencionales de lixiviación por cianuro para llegar a producir barras doré de plata y oro.

Ese insumo era vendido por la minera a refinerías que lo procesaban para luego vender los metales preciosos como lingotes de metal fino a bancos o comerciantes del sector metalífero.

 LMN

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