Argentina y Chile tienen un tratado desde la década de los ’90 que cobra fuerza e la era del cobre. Hay proyectos conjuntos que se amplían. Qué implica y cómo se ejecuta.
Veintisiete años pasaron desde que nació oficialmente el único Tratado Binacional de estas características en el mundo, hasta el día de hoy. Por entonces, el objetivo de éste fue que la Cordillera de Los Andes se vendiera al mundo como un distrito único que abarcaba a Chile y Argentina. Tuvo su primera aplicación con el proyecto Pascua Lama (se terminó de firmar en el 2004), yacimiento de oro y plata propiedad de Barrick Gold, y El Pachón, cuprífero hoy en manos de Glencore. Los dos están ubicados en la Provincia de San Juan, por el lado argentino. Y precisamente, los cuatro Protocolos actualmente en estudio también están vinculados al metal rojo. Las casualidades existen, pero no en este caso. Es que la provincia cuyana brilla con sus pórfidos de cobre y las empresas quieren hacerlos crecer echando mano a la exploración.
El Tratado Minero Binacional está vigente en toda la frontera argentino-chilena y fue firmado en 1997 tras cinco años de negociación entre ambos países. Ese acuerdo inédito apunta al aprovechamiento conjunto, racional e integrado de los recursos que hay a ambos lados de la frontera. Permite, siempre en el marco de los protocolos, que haya circulación de personas y bienes relacionados a la actividad sin tramitaciones o frenos. Los límites internacionales se borran.
Igual, únicamente se activa con un Protocolo Adicional Específico solicitado por las empresas, y confeccionado con las herramientas del Tratado, para tener un área de operaciones que circunda el yacimiento. Hay dos tipos de Protocolo, el de Exploración y el de Explotación y pueden modificarse las veces que requieran las empresas. Cualquiera de lo dos sale de la Comisión Administradora del Tratado Minero Argentino Chileno, donde intervienen las Cancillerías respectivas y las autoridades mineras de cada país, sumando cuatro personas en total.
Dos de los Protocolos en estudio son nuevos. Uno de ellos corresponde al Proyecto Filo Sur, que ocupa territorio argentino-chileno y está pegado a Filo del Sol, solo que al sur. La empresa Kopano Cobre, subsidiaria en el país de Mogotes Metals, hizo en la última campaña perforaciones superficiales del lado argentino y en esta temporada planea iniciar una más agresiva incluso en Chile. Esa es la razón por la cual solicitó el Protocolo. La empresa quiere un área de operaciones, que encierra todas las pertenencias mineras y abarca ambos territorios sobre el límite fronterizo, para circular libremente. El ingreso lo seguirían haciendo por Argentina porque no tienen un camino de acceso desde el país vecino.
El otro Protocolo considerado nuevo, que fue solicitado hace diecisiete meses por Minera Los Pelambres, productora de concentrados de cobre y molibdeno, en la IV Región de Chile y en plena Cordillera de Los Andes, es para tener un camino de acceso del lado argentino que les facilite el transporte de insumos como, por ejemplo, la cal sanjuanina. Vendría a ser una servidumbre de paso para cruzar el límite fronterizo y acceder al emprendimiento minero.
¿No era que solo había dos clases de Protocolo? Si, el de Exploración y el de Explotación. Sin embargo, este requerimiento aplica en el segundo caso porque el Tratado lo permite cuando se trata de trabajos accesorios a la explotación minera. La petición lleva casi un año y medio de análisis porque se sugirieron cambios, es decir, la Comisión Administradora le entregó un esquema diferente para facilitar la aplicación del Protocolo. Lo que quiere Minera Los Pelambres es poner toda la faena minera como área de operaciones, pero, en este caso, se complica porque los trabajadores, que son miles, tendrían que hacer Aduana y Migraciones cada vez que ingresen a la mina. Por lo tanto, la empresa tendrá que analizar si es factible establecer un área de operaciones más chica que comience apenas se cruce el punto de paso fronterizo (siendo paso fronterizo no se puede ir al resto del territorio chileno) y que le sirva para hacer acopio de todos los insumos que llevará a la mina por ese camino. En esa área de depósito estaría instalada la Aduana de Chile que controlará qué es lo que compran e ingresan desde la Argentina.
El camino tiene unos 160 km, es el mismo que usa el Proyecto El Pachón y se va a iniciar en el Paso llamado El Molle. La traza es esta: nacerá en Barreal hasta la bifurcación que hay en La Junta y seguirá hasta El Molle, hasta ahí es Ruta Provincial. Después, desde El Molle hasta el límite fronterizo es un camino privado que El Pachón tiene concesión de uso y hay dos superficiarios particulares que tienen un contrato de servidumbre. En El Molle estaría la instalación con Migraciones y Aduana.
La dueña mayoritaria de Minera Los Pelambres es Antofagasta Minerals (AMSA), el principal Grupo Minero privado de Chile que opera cuatro minas cupríferas y se ubica en el top five de productores de cobre en el país trasandino.
“En cuanto al Protocolo de Filo Sur, tenemos un modelo para exploración inicial entonces es fácil armarlo. Debemos garantizar que las pertenencias mineras que la empresa incluirá estén bien otorgadas y no haya ningún inconveniente, eso lo chequeamos con la provincia que le dio la concesión y en Chile lo mismo Estamos viendo de sacárselo antes de fin de año para que en esta temporada también puedan explorar del lado chileno. Respecto a Minera Los Pelambres nos falta muy poco para poder terminarlo”, mencionó Eduardo Traian, secretario Ejecutivo de la Comisión Administradora del Tratado Minero Argentino Chileno sección argentina.
Agrandar y achicar
En estudio hay dos Protocolos para modificar, que están vigentes, y son el de Vicuña y el de Filo del Sol, ambos otorgados a Lundin Mining. El primero incluye el Proyecto Josemaría en Argentina y el Proyecto Los Helados, en Chile. El segundo, tiene el Proyecto Filo del Sol (compartido con Chile) y Tamberías, en el país vecino. ¿Cuál es achica y cuál se agranda? El Protocolo Vicuña se ampliará porque la compañía sumó más concesiones mineras tanto en San Juan, como en La Rioja y también en Chile y pidieron ampliar el área de operaciones para poder explorarlas. Y el de Filo del Sol se reducirá porque, justamente, algunas concesiones pasarán a Vicuña.
En el marco del VII Encuentro Minero Chileno-Argentino, que tuvo lugar en Chile a fines de agosto, se hizo la reunión número 34 de la Comisión Administradora del Tratado Minero y el Protocolo de Vicuña modificado estaba casi listo para firmar, sucede que las pertenencias mineras de Chile que están incorporando pertenecen a Minera Lumina Copper que no es propietaria del Protocolo. Si bien Lundin Mining posee una participación del 51% en Minera Lumina Copper Chile, deben anexar documentación que indique que esas concesiones le fueron cedidas, o bien que el organismo que da las concesiones mineras en Chile se las otorgó a Lundin.
El Protocolo de Filo del Sol se modificará porque una zona del área de operaciones que tiene pertenencias mineras se pasó a Vicuña. Es decir, Vicuña agrandará su área de operaciones sobre el área de operaciones que tiene Filo del Sol. Ahora bien, este Protocolo tampoco se pudo firmar en la última reunión por un detalle. Es que faltó la documentación donde consta de qué manera se trasladaron las pertenencias (venta, etc.). En realidad, el detalle no es insignificante, aunque pareciera que sí. Cierto es que Filo del Sol tiene como dueño a Lundin Mining, pero la incorporación de BHP como socia igualitaria para la explotación de Filo y Josemaría cambió el escenario debido a que el acuerdo no está cerrado del todo en los papeles. Dicho en otras palabras, resta completar pasos legales y eso llevaría algunos meses.
Por si quedaron dudas, esos dos Protocolos van a tener modificaciones, pero seguirán siendo efectivos para la exploración. El acuerdo Lundin-BHP, que requiere de la aprobación de las agencias regulatorias de Canadá, EE. UU., Australia, China y Corea del Sur y podría quedar finiquitado en el primer trimestre del 2025, claramente muta el escenario al integrar el Proyecto Filo del Sol con Josemaría que está en etapa de preconstrucción con miras a la producción de concentrado de cobre. Cuando esto ocurra, los ejecutivos de la empresa que conformarán ambas compañías deberán sentarse junto a los miembros de la Comisión Administradora para evaluar alternativas bajo el paraguas del Tratado. Pero nada complicado. Habrá que abordar, eso sí, una nueva modificación de ambos Protocolos y, tal vez, se podría hacer un Protocolo grande y mixto tanto para explotación (Josemaría) como para exploración, tarea que la compañía no dejará de hacer.
“Estas modificaciones las pidieron en noviembre del año pasado. Respecto al Protocolo de Vicuña, nosotros no podemos dar un protocolo sobre pertenencias de un tercero, es decir, de otra empresa por más que forme parte del grupo. Entonces, tanto el de Vicuña como el de Filo del Sol lo vamos a aprobar próximamente cuando nos corrijan esos temas de papeleo. En enero o febrero próximo seguramente vamos a discutir la entrada en explotación de Josemaría, pero mientras tanto ellos seguirán explorando y necesitan incorporar áreas nuevas. No podemos dibujar un protocolo de explotación sin saber cuál es la mejor forma que ellos quieran operar porque, justamente, la facilitación fronteriza del Tratado es para que puedan operar de la forma más eficiente posible”, precisó Traián. El funcionario asegura que, si las empresas completan los requerimientos que les pidieron, la Comisión Administradora podría reunirse nuevamente antes de finalizar el 2024 para aprobar los cuatro Protocolos.
El Pachón, con ultimátum
Los otros proyectos que tienen un Protocolo Binacional son Los Azules (McEwen Mining) y, de alguna manera, El Pachón (Glencore). ¿De alguna manera? Correcto. El Tratado se firmó el 28 de diciembre de 1997 y de parte de los inversores había tanto interés por desarrollar El Pachón, y también Pascua Lama, que los gobiernos de ambos países no tuvieron mejor idea que hacerle un pedido al grupo negociador del Tratado. El mangazo fue un Protocolo para estos dos proyectos y buscándole la vuelta sugirieron que fuera en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el mayor grupo latinoamericano de integración.
“En el 96 le hicimos firmar a ambos países esos protocolos. Al año siguiente, cuando firmamos el Tratado incluimos la cláusula de que la Comisión Administradora debía readecuarlos al Tratado. El de Pascua Lama se pudo hacer, pero el de El Pachón no, porque fue cambiando de dueños y cada vez que eso pasaba citábamos a la empresa para readecuarlo y antes de hacerlo teníamos que preguntarle si quería hacer algún cambio del protocolo que se había hecho. En la ALADI nunca se dio de baja y lo haremos nosotros cuando podamos regularizar el protocolo en el marco del Tratado. En el reciente encuentro, le dijimos a Glencore que le dábamos plazo hasta la próxima reunión para que nos presenten la readecuación, sino le daremos de baja definitiva y, cuando ellos quieran, lo podemos habilitar o hacer uno nuevo”, detalló Eduardo Traian.
Para El Pachón, proyecto de cobre que está del lado argentino, originalmente se preveía un mineraloducto hasta el Puerto de Los Vilos, en Chile. El cuprífero Los Azules, que también se ubica completamente en el país, pidió en su momento un Protocolo para acceder vía Chile porque del lado argentino el camino era dificultoso y acortaba la temporada de exploración.
Historia del tratado
Considerado una herramienta de política exterior para el desarrollo de la frontera, nació en pleno litigio con Chile cuando, casi a punto del conflicto bélico, el Papa Juan Pablo II intervino firmando el Tratado de Paz y Amistad en 1984. En su artículo 12 dice que las partes acuerdan crear una Comisión Binacional de carácter permanente con el objeto de intensificar la cooperación económica y la integración física, y estará encargada de promover y desarrollar iniciativas sobre varios temas como la explotación de recursos naturales y protección del medio ambiente, y complementación turística.
En función de esto, cuando asumió la presidencia Carlos Menem se reunió con su par chileno de entonces, Patricio Aylwin, y el 29 de agosto de 1990 firmaron el Acuerdo de Complementación Económica ACE 16 que se terminó de suscribir al año siguiente y es una pieza fundamental porque posibilitó que ambas naciones comenzaran a hablar de alianza estratégica. En el ACE 16 estaba la intención de solucionar todos los problemas fronterizos que existían, sobre todo de límites. En 1991 se estableció el Protocolo N° 3 de Cooperación e Integración Minera, por medio del cual ambos países convenían alentar la concreción de programas y proyectos específicos de cooperación en las áreas de minerales metalíferos, no metalíferos, rocas de aplicación y concentrado metalúrgico.
La base conceptual del Tratado es el aprovechamiento conjunto de los recursos que se extienden a ambos lados de la frontera de tal modo que su exploración y explotación se haga de forma racional e integrada aplicando las normas y prácticas de la ingeniería más avanzada. Y, a tal efecto, se alentará la constitución de empresas conjuntas entre personas físicas y jurídicas de ambos países, así como también la participación de inversores extranjeros en las mismas. También se acordó la adquisición de equipamiento y servicios mineros, así como facilitar el tránsito de estos y del personal adecuado a través de la frontera a fin de permitir la investigación, exploración y explotación integrada de esos recursos minerales.
El paso siguiente fue constituir una Comisión Binacional y fue a principios del ‘92 cuando comenzaron las reuniones entre ambos países. Cinco años después se firmó el Tratado