Josemaría y Los Azules son los dos proyectos de extracción de cobre más avanzados y de clase mundial. Están en San Juan e inaugurarán una nueva era. Cómo son, en qué difieren y quiénes lo explotarán.
Las comparaciones son odiosas. Pero, a veces, ameritan. Estos yacimientos contienen cobre, oro y plata y están emplazados en plena Cordillera de Los Andes: Josemaría se ubica en el departamento Iglesia y en Calingasta está Los Azules. Ambos de clase mundial, iniciarán la era del cobre en la Provincia de San Juan y, lo más probable, la reanuden en el país, tras el cierre de Bajo de la Alumbrera que fue la primera mina de cobre a gran escala que estuvo en producción por dos décadas en Catamarca.
Volviendo al cobre sanjuanino, tanto Josemaría como Los Azules son operados por empresas canadienses, Lundin Mining y McEwen Copper respectivamente y tienen socios para el desarrollo de sus proyectos del metal rojo. BHP y Lundin crearán una empresa a medias para avanzar con Josemaría poniendo Filo del Sol (un megaproyecto de cobre compartido con Chile) en el paquete. Nuton, que es un brazo de Rio Tinto, la segunda empresa minera mundial, y Stellantis, el cuarto fabricante de automóviles del planeta, son los partners de Los Azules. De más está decir que éstos requieren de una abultada billetera para comenzar la producción. Hablamos de US$ 5.000 millones para Josemaría y de US$ 2.500 para el calingastino Los Azules. Claro que, todo aquel que conoce el negocio minero, no apuesta a que estas cifras sean las definitivas.
Ambos tienen el Informe de Impacto Ambiental (IIA) concerniente a la etapa de construcción y producción, con la diferencia, y no menor, de que Josemaría recibió la Declaración de Impacto Ambiental, es decir la aprobación ambiental del mismo, en abril del 2022 y este año presentó la primera actualización del IIA. Hace diecisiete meses que la compañía a cargo de Los Azules elevó el IIA a las autoridades provinciales y la Comisión Interdisciplinaria de Evaluación Ambiental Minera (CIEAM) continúa examinando minuciosamente el documento. La corporación aspira sumar el hito de la DIA antes del próximo brindis de Año Nuevo.
El Proyecto Josemaría, hoy en etapa de pre-construcción, sigue tramitando los permisos sectoriales que faltan y está ajustando componentes del cuprífero como, por ejemplo, el cronograma de construcción y los costos. Los Azules, en etapa de exploración avanzada, saca pecho y no se cansa de repetir su cronograma: lo más cercano es el primer trimestre del 2025 y es la fecha en que estaría aprobado el Estudio de Factibilidad que, en el caso de Josemaría, lo tiene desde hace cuatro años. Este estudio técnico y económico es fundamental para tomar decisiones sobre la producción de una mina y, previo a ello, desbloquear oportunidades de financiamiento para la construcción. En el calendario de Los Azules está marcado con resaltador el año 2026 para comenzar a construir y el 2029 para debutar con la producción de cátodos de cobre.
El más grande
¿Cuál de los dos proyectos es más grande? Josemaría tiene, hasta el momento, una vida útil estimada en 19 años (según el Estudio de Factibilidad de 2020) y Los Azules 27 (Evaluación Económica Preliminar o PEA publicado en 2023). La cantidad de mineral de este último es superior. Sus recursos indicados alcanzan los 1235 Mt con una ley de cobre de 0.40% y los inferidos suman 4.509 Mt con una ley de 0,31%. Josemaría, en cambio, tiene recursos indicados calculados en 1200 Mt con una ley de cobre de 0,31%, mientras que los inferidos son 794 Mt con una ley de 0,24%.
El procesamiento de toneladas por día no tendrá demasiada diferencia entre uno y otro. Josemaría andará por las 152.000 toneladas y Los Azules en 120.000 toneladas. La recuperación de cobre en el primero es del 85.2% mientras que el proyecto de McEwen Copper tendrá una menor, el 76%. El mineral que se va a minar durante la vida útil es de 1012 Mt en Josemaría y de 1182 Mt para los Azules.
La producción promedio del más grande rondará las 155.000/162.000 toneladas por año, pero los dos primeros años produciría entre 182.000 a 192.000. En el caso de Josemaría, la producción está estimada en 125.000 toneladas anuales en cobre fino contenido en concentrado de cobre al 27%.
La geología de Los Azules indica que posiblemente se genere un segundo proyecto. De hecho, el sistema de pórfido Tango que fue descubierto recientemente se explorará más a fondo en esta temporada.
Procesos
El Proyecto Los Azules no solo es más grande por la cantidad de mineral que contiene, sino que, además, su geología le permite elegir entre la extracción por lixiviación en pilas o por flotación. La primera opción es más económica y la que han elegido. Si la empresa quisiera podría producir concentrado, pero eso triplica la inversión que destinará para los cátodos y espera recuperar en 3,2 años, mientras que Josemaría lo hará en 3.8 años. Los Azules es un depósito de enriquecimiento supergénico, es decir, la naturaleza hizo una especie de retratamiento de minerales oxidándolos y redepositándolos. Los minerales primarios que estaban en la superficie, o cerca, fueron alterados por los agentes atmosféricos, especialmente por el agua de precipitación que tiene cierto nivel de reactividad, y fueron regenerados en una zona donde, además, se concentraron.
Por ello, cuando los minerales quieren ser extraídos de este tipo de yacimientos su procesamiento tiene una estructura que permite una metalurgia más simple. Esa es una enorme diferencia comparado con un yacimiento de minerales primarios como Josemaría– especialmente sulfuros primarios-, que son más difíciles de liberar en términos metalúrgicos y esa es la razón por la cual hay que moler el mineral. En el caso de Los Azules solo es necesario triturar el mineral para poder lixiviarlo.
A Josemaría, que es un pórfido de cobre con mineralización primaria, no le quedaría otra que la extracción por flotación. No tiene chance, con la tecnología disponible hoy por hoy, de producir cátodos de cobre en lugar de concentrado. Es que con cátodos recuperaría solamente el 20% del cobre y no el 80%. Los yacimientos primarios suelen tener buena cantidad de metales preciosos y los de enriquecimiento secundario no, o las cantidades no son económicamente extraíbles por la baja concentración. El oro y la plata de Los Azules representa un 10% de todo el mineral en términos de valor y esto explica por qué producirá únicamente cobre. ¿Qué pasará con estos metales preciosos entonces? Van a quedar en las pilas y una alternativa sería que una empresa dedicada a la recuperación del contenido compre este mineral.
Los Azules está ubicado a más baja altura y, por ende, mejor: 3600 msnm en promedio. Esta altitud le ayuda a sortear ciertas complicaciones como, por ejemplo, la puesta a punto de los equipos porque la disminución de la presión atmosférica cambia el rendimiento de las máquinas. Josemaría está localizado a 4.230 msnm y su topografía tiene pendientes empinadas que varían en elevación desde 4.000 a 4.900 msnm.
Debido a su geología, Josemaría tendrá un minado convencional a cielo abierto y un procesamiento del mineral mediante trituración y molienda, flotación y filtración del concentrado. Las colas de proceso, que es el residuo minero o mineral molido que proviene de la flotación, serán depositadas en el depósito de colas que, de acuerdo con el diseño original, ocupará unas 1020 hectáreas y tendrá tres muros: el principal que irá creciendo de 50 a 192 metros de altura y el muro Norte y Sur. La empresa, respondiendo a los requerimientos de la DIA, presentó un nuevo diseño, y no se conocen los cambios puntuales porque la CIEAM aún lo está evaluando. El producto final será el concentrado con una ley de cobre del 27% y metales preciosos pagables.
Los Azules, también a cielo abierto, plantea un procesamiento por disolución de los metales, es decir, lixiviación en pilas, que culmina con la precipitación electrolítica de placas de cobre con 99,99% de pureza. Según los datos del PEA, la pila de lixiviación de Los Azules tendrá 1.2 mil millones de toneladas de mineral (el mineral triturado quedará como un ripio fino) y medirá aproximadamente 4,2 km de largo por 1.7 de ancho y tendrá una altura máxima de 150 metros.
Menos por más
Ser el más grande no quiere decir que es más caro. Es que poner en operación Los Azules, que sigue coqueteando para seducir inversores, costará la mitad que Josemaría y necesitará tener en caja US$ 337 millones anuales para la producción de cátodos, contra los US$ 565 millones que le harán falta a Josemaría.
En término de costo y gestión ambiental, no hay mejor camino hasta el día de hoy que el proyecto cuprífero de McEwen Copper produzca cátodos. Es que hacerlo igual que Josemaría le demandaría muchos más dólares. Digamos que, por donde se lo mire, sale ganando con la lixiviación en pilas.
Ahora bien, el proyecto de Lundin Mining y su socia BHP, que está limitado a la producción de concentrado, no usará cianuro en el proceso como reactivo pese a contener una cantidad importante de onzas de oro. La infraestructura para la producción de concentrado y la de cátodos de cobre se lleva un 60% del total de la inversión que requerirá cada proyecto para avanzar a la etapa de producción.
La obtención del concentrado se encarece, entre otros ítems, porque el proceso de molienda de mineral (en molinos de bolas) demanda mayor cantidad de energía que las trituradoras. Los Azules no tendrá molienda y su costo de tratamiento menor implica un ahorro energético, comparado con Josemaría, del 35%.
¿Pero cuánta energía demandará cada proyecto? Josemaría una potencia eléctrica de 270 MW, con picos de hasta 320 MW. En términos relativos, esta potencia es equiparable con el actual consumo de toda la provincia de San Juan. Para transportarla hasta el proyecto, deberá construir una Línea de Extra Alta Tensión de 500 kV partiendo desde la actual Estación Transformadora Rodeo hasta el yacimiento. Además, se requerirá una serie de obras complementarias de gran envergadura. Planea abastecerse de fuentes de energía renovable provista por diversas empresas generadoras.
Los Azules, inicialmente usará 89 MW de potencia eléctrica nominal y una máxima de 131 MW. Para alimentar el proyecto con energía 100% renovable a través de una línea de transmisión de alto voltaje, firmó un acuerdo para negociar un contrato exclusivo con YPF Luz para que la empresa pública la financie y construya. Así las cosas, la compañía no tiene pensado desembolsar millones para abastecer de energía el cuprífero.
La sinergia
El transporte, es todo un tema. La producción, ya sea de concentrado como de cátodos, debe salir del yacimiento para comercializarlo en el mercado internacional y tratándose de la minería del cobre esto repercute en los costos y en la huella de carbono que, en el caso de Los Azules, quiere reducir a cero para el 2038.
El concentrado de cobre rico en oro de Josemaría se transportará en camiones a San Juan, donde se cargará en tren y se llevará al puerto de Rosario para su exportación a clientes que se encargarán de obtener, recién ahí, el cobre metálico en sus plantas de refinerías. Los países donde hay fundiciones son China e India. Solo por el concentrado de Josemaría se moverían diariamente 39 camiones suponiendo una carga de 35 toneladas cada uno. Los Azules, en cambio, dispondrá de 12 camiones diarios para transportar, en promedio, 155.000 toneladas de cátodos de cobre de alta pureza. McEwen Copper planea vender entre el 10% y el 20% de toda la producción de cátodos de cobre en Argentina y el resto exportarlos. Lo que también impacta en los costos y está vinculado al transporte es el camino de acceso al emprendimiento. La operadora de Josemaría construirá por la Ruta Provincial 143 el Corredor Norte que tendrá unos 220 km desde la localidad de Rodeo (Iglesia), permitiendo además acortar la distancia y tiempo de acceso a Josemaría que hoy se hace por La Rioja.
En el departamento Albardón, confluirán los camiones no solo de Josemaría y de Los Azules, sino también de la Mina Veladero y en ese tramo el tránsito diario podría cuadruplicarse.
Un tema clave, y controvertido, es la cantidad de agua que consume la minería metalífera. Cuánta agua se usará no es algo antojadizo y porfiado de las empresas, sino que responde, principalmente, al proceso de producción. Con su modelo de gestión de agua en la mano, las compañías están abocadas, desde el minuto cero y durante toda la vida útil de la mina, a reducir y optimizar el recurso hídrico autorizado para el consumo. Otro ahorro de Los Azules es precisamente en agua debido al sistema de tratamiento que usará: la lixiviación, que necesita poca agua por el proceso de recirculación y porque la pila de lixiviación permite recuperar agua de la nieve o de la lluvia. El consumo de agua que tendrá Los Azules está cercano a los 159 l/s y, si bien en Josemaría están re-evaluando y calculando los requerimientos de la planta y la disponibilidad del agua analizando los últimos datos hidrológicos, la cantidad que informaron oscila entre los 515 y 550 litros de agua por segundo. Haciendo un cálculo aproximado, el Proyecto Los Azules usará el 28% del agua que consumirá Josemaría.
¿En qué consiste la sinergia? Para aclarar, acá no interviene Los Azules. Podría sonar descabellado que Josemaría haga uso de agua desalinizada y, si la logística le cierra, disponer de un mineraloducto para transportar y sacar el concentrado directamente por un puerto chileno. Sin embargo, pareciera que a la empresa no le parece un disparate. Es que, en un comunicado de prensa de puño y letra de Lundin Mining que data de julio del año pasado, la compañía dice que “existen muchas oportunidades para mejorar el plan de vida de la mina presentado en el Informe Técnico. La proximidad a la operación Candelaria, aproximadamente a 160 km de Caserones, y al proyecto Josemaría, aproximadamente a 20 km de Caserones, presentan oportunidades claras para lograr ahorros adicionales e implementar estrategias efectivas de suministro, logística y gestión que aún no se reflejan en el plan de vida útil de la mina”. Lundin es propietaria mayoritaria de ambas minas cupríferas, Caserones y Candelaria. La primera produce concentrado y cátodos de cobre y Candelaria satisface los requisitos de agua mediante agua de mar desalinizada.
Lo que fue, hasta ahora, el acuerdo minero del año, entre Lundin Mining y BHP para conformar una empresa fifty fifty, y traer Filo del Sol, uno de los depósitos de cobre, oro y plata sin desarrollar más grandes del mundo, al portfolio de proyectos, trajo interrogantes que seguro desvelan a los ejecutivos que tendrán el desafío de adaptar y rediseñar Josemaría echando mano a lo haga un emprendimiento mucho más robusto que al día de hoy, desde lo económico, productividad y ambiental