A más de 4000 metros de altura, cerca de 250 personas trabajan todos los días en las instalaciones del denominado Proyecto Fénix, emplazado en el Salar del Hombre Muerto; un viaje al centro de la operación
A más de 4000 metros de altura, en el corazón de la puna catamarqueña, se ubica la principal mina de litio de la Argentina. Se trata del denominado Proyecto Fénix, emplazado en el Salar del Hombre Muerto -que comparten las provincias de Catamarca y de Salta- y a cargo de Arcadium LIthium -firma creada este año tras la fusión de la estadounidense Livent y la australiana Allkem-.
Allí, el clima y la altura marcan las reglas. Una dieta liviana, mucha hidratación, una técnica pausada y lentas caminatas son algunas de las recomendaciones para quienes suben por primera vez al sitio, para evitar el apunamiento. En invierno, las temperaturas alcanzan los -20 grados y el viento no perdona.
No obstante, el entorno no presenta ninguna particularidad para quienes operan en el proyecto y viven en el denominado “campamento”. En total, cerca de 500 personas están involucradas, las cuales operan en ciclos de 7×7: trabajan y viven allí durante siete días, y regresan a sus hogares por otros siete. En el campamento central hay alrededor de 250 dormitorios, además de un comedor, servicios de lavandería, espacios de recreación, sala de música, cancha de fútbol, internet y calefacción centralizada, entre otros servicios. A este se suma, además, otros campamentos satélites para contratistas y trabajadores eventuales. En períodos de obras y construcción, el número de personas que viven en la altura asciende a 1000.
La logística detrás, que hace posible la operación, no es simple. Cada día, dos aviones con capacidad para casi 20 personas hacen cerca de cuatro vuelos diarios desde Salta y Catamarca, con una duración de 30 minutos y una hora, respectivamente. Llevan y traen a los empleados de la compañía de forma permanente: el primer vuelo sale cerca de las 6.30 y el último al mediodía. En paralelo, pequeños micros llevan también por caminos de montaña a quienes viven en los pueblos aledaños. La ciudad más cercana que hace de base para el proyecto Fénix es Antofagasta de la Sierra, y aunque está ubicada a una distancia de 90 kilómetros, el viaje que la separa lleva entre dos y tres horas.
De acuerdo con la compañía, el efecto derrame es indiscutible: pleno empleo; la instalación de grandes empresas -proveedores del servicio de alimentación, desarrolladoras de infraestructura y de logística, por ejemplo-; y la generación de proveedores locales forma parte de ello. Para muchos, el punto más significativo: la baja en el número de jóvenes que emigran por la falta de oportunidades.
En esa línea, Arcadium Lithium desarrolló un programa de contratos de aprendizaje de Antofagasta de la Sierra, que ofrece a los jóvenes su primera experiencia laboral. Así, entre 2017 y 2023, más del 70% de los participantes fueron contratados por la minera.
Lejos de una mina, una planta química
Ubicada sobre una superficie de más de 1200 hectáreas, la mina de litio nunca duerme. La planta funciona las 24 horas del día, en turnos de 12 horas. En tanto, para los contratistas, las jornadas son de 14 horas, para aprovechar a pleno la luz del sol.
Según los especialistas, la existencia de litio en la Puna es conocida desde 1920, aunque no fue hasta la década de 1990 que un geólogo del equipo de la entonces Livent llegó de Estados Unidos para iniciar los estudios de exploración y hacia finales de la década la planta entró en funcionamiento, bajo el denominado “método de extracción directa”.
El proceso inicia con la construcción de pozos de 30 metros de profundidad y la instalación de bombas a mitad del trecho para extraer la salmuera -agua con grandes cantidades de minerales conformada en los salares-. La salmuera es almacenada en piletas a cielo abierto, para que el agua se evapore y aumente la concentración de litio, y luego es sometida a diferentes procesos químicos mediante un sistema de cañerías y máquinas. Llegada cierta instancia, el 80% de la producción es convertido en carbonato de litio -un material a la vista similar a la harina y utilizado para la fabricación de baterías, de las automotrices BMW y Tesla, entre otras; mientras que el 20% restante es derivado a otra planta que la compañía tiene en la localidad de Güemes y que lo transforma en cloruro de litio -en apariencia similar al agua-, utilizado para la fabricación de litio metálico y por la industria farmacéutica, entre otras.
A la fecha, Proyecto Fénix implica el movimiento de 40 camiones diarios, que llevan materias primas e insumos, a la vez que productos terminados hacia a los puertos chilenos de Antofagasta y Mejillones, fundamentalmente (el 60%) y hacia el puerto de Buenos Aires (40%). El movimiento ferroviario forma parte de la historia: la compañía mantuvo acuerdos con Ferronor de Chile y con el Belgrano Cargas de la Argentina, pero el volumen de la operación no permite que hoy este sea un negocio rentable.
Mapa del litio
Desde hace años, fuertes expectativas cayeron sobre el litio, lo que le llevó a recibir el apodo de “oro blanco”, aunque desde el sector son cautelosos y evitan ese término. La demanda del litio despuntó empujada por los planes de transición energética diseñados por diferentes gobiernos y la tendencia hacia la electromovilidad. Sin embargo, el último año, el precio del litio se derrumbó, en parte, como consecuencia de la sobreoferta: pasó de casi US$80.000 por tonelada en 2022 a cerca de US$10.000 en la actualidad. Dato no menor: esto se traduce en la falta de interés desde la industria por el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
De acuerdo con datos de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), la Argentina es el segundo país con mayores recursos y el cuarto productor mundial después de Australia, China y Chile. La Argentina, además, integra el denominado “triángulo del litio”, junto con Chile y Bolivia, una región que posee salares con grandes niveles de concentración del mineral que representa el 68% de las reservas a nivel global. Y en ese marco, en 2022, Jujuy, Salta y Catamarca conformaron el Comité Regional del Litio, para facilitar la llegada de inversiones y desarrollar la cadena de valor del recurso.
Actualmente, el mapa del litio en la Argentina incluye un total de 49 proyectos, de los cuales otros tres -además de Proyecto Fénix- están en fase de producción. Dos de ellos están emplazados en Jujuy: uno en el Salar de Olaroz, operado también por Arcadium Lithium; y otro en Cauchari-Olaroz, de la minera Exar, una compañía argentina conformada por Ganfeng Lithium, Lithium Argentina y Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado. El otro está en la zona del salar Centenario Ratones, en Salta, pertenece a Eramine Sudamérica, firma creada por el grupo francés Eramet y por la siderúrgica china Tsingshan, y fue puesto en marcha en julio.
De acuerdo con datos del Ministerio de Economía al cierre de 2023, hay otras cuatro iniciativas en etapa de construcción en el país: Tres Quebradas, de la china Zijin Mining, y Sal de Vida, de Arcadium, en Catamarca; Sal de Oro, de la coreana Posco, con injerencia en las provincias de Catamarca y de Salta; y Mariana, de Ganfeng, en Salta.