Pablo Ferrer
La construcción de Taca Taca es el principal objetivo de First Quantum. Así lo sostuvo el gerente general de Factibilidad de Proyectos de la minera canadiense, John Dean, quien estuvo en estos días en Salta para una presentación en la feria de Argentina Mining. Aprovechó la oportunidad, también, para mantener un diálogo con periodistas en una reunión privada de la que participó El Tribuno. Allí brindó detalles relevantes sobre la mina de cobre salteña, que, si se concreta, será una bisagra para la economía de la provincia.
Las expectativas, según marcó el directivo, es iniciar la construcción del proyecto cuprífero en 2025. Desde allí serán entre 3 y 4 años para que comience la producción. El anuncio, que por primera vez lo hace público un alto directivo de la empresa, tiene mucho que ver con la certeza que otorga el flamante Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) para este tipo de emprendimientos. En Taca Taca está prevista una inversión de alrededor de 3.600 millones de dólares.
Antes, se deben concretar tres pasos claves para avanzar con la mina. El primero es finalizar con la aprobación del estudio de declaración de impacto ambiental (DIA) del proyecto, que en este caso lleva más de dos años de demora, en gran parte por trabas burocráticas. Sobre ese punto, el gerente de Administración y Finanzas del emprendimiento, Germán Pérez, quien también participó de la reunión, señaló que se prevé concluir con ese trámite hacia fin de año.
Destacó que desde la Secretaría de Minería se dispuso un equipo técnico especial para acelerar el DIA de Taca Taca, que por su envergadura, al ser una mina de clase mundial, tiene una complejidad mayor a cualquier otro yacimiento que existe en la provincia.
Asimismo, tras la aprobación de ese requerimiento vendrán otros que también hacen a la construcción de la planta, como, por ejemplo, las obras para la obtención de agua, entre otros.
A la par, la empresa iniciará el procedimiento de adhesión al RIGI, que esta semana terminó de ser aprobado por la Legislatura salteña y sólo resta la promulgación por parte del Ejecutivo.
El tercer paso que dará la empresa, en 2024, tras la obtención de los permisos, es buscar un socio minoritario para el 30% de las inversiones. Pérez explicó que es algo común en este tipo de grandes proyectos.
«Va ser un proceso muy meticuloso para traer a ese socio al negocio, con el que se debe compartir valores y una visión a largo plazo», dijo el directivo.
Con todo, si es que los planes se cumplen, la construcción iniciaría en la segunda mitad del año próximo.
Obras necesarias
Hay dos obras de infraestructura prioritarias que First Quantum tiene en carpeta. La construcción de una línea eléctrica de 125 kilómetros de extensión, para llevar energía a Taca Taca desde la subestación transformadora de la Puna.
El otro emprendimiento será la rehabilitación ferroviaria del ramal C14, para llevar la producción de cobre desde Taca Taca hacía el puerto chileno de Mejillones. La obra consiste en la puesta a punto de cerca de 140 kilómetros de vías hasta Socompa, en el límite con el país trasandino y desde allí son otros 120 kilómetros hasta la estación Zaldivar, de la mina La Escondida.
Presentación
«Es una oportunidad única para Salta, el mercado global y nuestra empresa. Con una producción proyectada de 250.000 toneladas de cobre anuales y una vida útil inicial de más de 30 años, este proyecto está destinado a ser una piedra angular en la producción sostenible de cobre a largo plazo», dijo Jhon Dean.
«Nuestro objetivo es contribuir siguiendo los estándares internacionales más estrictos asociados a nuestra actividad en cuanto a protección ambiental y licencia social. La empresa ha planificado medidas rigurosas para el manejo de materiales secundarios, el uso sostenible del agua y la integración de energía renovable en el proyecto», aseguró.
Lecciones de Panamá
Consultado por este diario, Dean se refirió sobre la experiencia de First Quantum en Panamá, donde la mayor mina de cobre de la empresa se encuentra bajo un plan de cierre, luego de masivas protestas en contra bajo la premisa del cuidado del medio ambiente.
«Una de las lecciones aprendidas es que tenemos que tener una comunicación abierta, transparente y permanente con la sociedad acerca de las operaciones y mostrar cómo opera un proyecto moderno, tecnológico y responsable en un país», señaló.
«La segunda de las lecciones es la importancia de que la sociedad perciba en forma directa los beneficios del proyecto. Por ejemplo, en Panamá en noviembre del año pasado se pagaron 570 millones de dólares al Gobierno panameño en concepto de tributos. Eso la sociedad no lo percibió directamente, porque es algo que el gobierno debería volcarlo en beneficio de la población», concluyó Dean.