En medio de la agitación económica y los desafíos políticos, Argentina está experimentando una renovada ola de inversiones, marcada por un significativo influjo de Petronas, un gigante energético global
Sierra Grande: La Desregulación en Argentina atrae a Inversores.
Este monumental proyecto refleja el creciente optimismo de los inversores tras la aprobación de una ley económica integral en julio, liderada por el presidente Javier Milei. La ley, que desregula la economía, liberaliza el mercado laboral y ofrece incentivos fiscales para inversiones extranjeras superiores a $1 mil millones, forma parte de la estrategia más amplia de Argentina para combatir su inflación de tres dígitos, incluso a costa del crecimiento económico a corto plazo. Los primeros resultados son prometedores: la inflación cayó al 4,6% en junio, y la actividad económica ha superado las expectativas.
La inversión de Petronas se alinea con su misión global de fomentar el desarrollo colaborativo, especialmente al acercarse a su 50º aniversario. La empresa está fortaleciendo su resiliencia financiera e inversiones de capital, que alcanzaron casi $12 mil millones en 2023, mientras que las inversiones domésticas en Malasia aumentaron un 41%.
Al asociarse con Argentina, Petronas y YPF buscan atraer a otros actores clave en el sector del gas natural, incluidos PAE, Total Austral, Tecpetrol y Pampa Energía, para formar una coalición de exportaciones a gran escala. Ya se han planificado reuniones con posibles compradores.
Esta colaboración promete sustanciales ganancias para ambas empresas, mientras ofrece a Argentina la oportunidad de superar su déficit energético de 13 años, a pesar de poseer las segundas reservas más grandes del mundo de gas natural no convencional. Se espera que la planta de GNL en Sierra Grande también genere un empleo significativo y revitalice el puerto de Punta Colorada, potencialmente atrayendo más inversiones industriales a la región.
Este proyecto ejemplifica los beneficios económicos que las operaciones globales de Petronas han traído a las naciones en desarrollo. En mayo, Petronas hizo un gran descubrimiento en Surinam, encontrando recursos de crudo estimados en más de 2.4 mil millones de barriles, lo que podría diversificar la economía de Surinam y sacarla de la recesión económica desde 2020. De manera similar, en la vecina Guyana, Petronas fue recientemente aprobada para operar, contribuyendo a la extracción de los 11 mil millones de barriles de reservas de crudo del país, impulsando un rápido crecimiento económico.
Pero esta ambiciosa estrategia de inversión conlleva riesgos tanto para Argentina como para Petronas. El volátil clima económico y los precios estancados de la energía plantean preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo de las inversiones en combustibles fósiles, especialmente a medida que el mundo se orienta hacia la energía renovable. Petronas reconoce estos desafíos en su informe anual, señalando incertidumbres en los mercados de petróleo y gas debido a la desaceleración de la demanda global y a las crecientes tensiones geopolíticas. La empresa sigue comprometida con su objetivo de Cero Neto 2050, representando la primera compañía de petróleo y gas del sudeste asiático con un objetivo tan ambicioso.
Los riesgos para Argentina son considerables. El país debe navegar su paisaje desregulado con cautela para garantizar que las inversiones extranjeras traigan beneficios a largo plazo sin caer en prácticas depredadoras o costosas demandas judiciales. Argentina tiene un historial de costosos casos de arbitraje, como los de CMS Gas, Azurix Corp y El Paso Energy, que drenaron miles de millones y frenaron el crecimiento. Incluso ahora, Argentina enfrenta un desafío por parte de la empresa estadounidense Burford Capital, que busca controlar YPF para hacer cumplir una sentencia de $16 mil millones, un movimiento que Argentina condena, ya que le daría a Burford un asombroso retorno del 37,000% sobre su inversión inicial.
Curiosamente, la asociación de Argentina con Petronas podría ofrecer más que solo ganancias financieras. Petronas ha sido una víctima indirecta de un prolongado caso legal por parte de los herederos de una dinastía filipina extinta contra Malasia por los derechos sobre recursos en su provincia de Sabah. Esta saga de seis años, marcada por un controvertido fallo de un tribunal de París y acusaciones de posible corrupción, subraya los efectos perjudiciales de las disputas legales internacionales, ya que se ordenó congelar $15 mil millones de los activos de Petronas en bancos europeos. Además, sus operaciones de petróleo y gas en Sabah han estado bajo amenaza debido a una reciente reclamación territorial por parte de Filipinas, una consecuencia no deseada de la prolongada batalla legal que ha socavado la soberanía de Malasia desde hace mucho tiempo.
El socavamiento persistente de los activos y operaciones de Petronas, al verse atrapado en un caso legal en el que no está directamente involucrado, debería servir como advertencia para Argentina. A medida que el país persigue la desregulación para atraer inversiones extranjeras, no debe descuidar las leyes de arbitraje internacional. Sin estas protecciones, las inversiones de Argentina podrían enfrentar amenazas indirectas similares, especialmente dado el considerable riesgo de desafíos legales de miles de millones de dólares. Sin embargo, tanto el gobierno argentino como Petronas han mostrado un enfoque cauteloso y medido en su colaboración, conscientes de los desafíos económicos que se avecinan. Si continúan navegando estas incertidumbres globales con cuidado, Petronas está preparada no solo para expandir su huella global, sino también para beneficiarse de invertir en mercados en desarrollo, que han superado consistentemente a los del Norte Global