La modesta ambición de Mendoza para tratar de sostener una industria clave

La actividad petrolera está en problemas en Mendoza. Siete áreas licitadas quedaron desiertas y hay incertidumbre por el futuro laboral. Las nuevas empresas que surgen y viejos conocidos.

PABLO ICARDI MDZ on line
Jimena Latorre y Alfredo Cornejo. Foto: Gobierno

Récord de producción, inversiones por miles de millones, gas y petróleo a borbotones y promesas de rentabilidad enormes. Todo, en base a la riqueza guardada en una roca a más de 1500 metros bajo superficie y que concentra toda la atención del mundo energético. En ese contexto, Mendoza intenta resurgir con humildes pretensiones: aprovechar al máximo las áreas maduras, reemplazar el abandono de inversión de YPF y tentar a empresas junior del sector para que inviertan en zonas marginales. Todo para reactivar una industria que desde hace años viene en decadencia pero aún es uno de los pilares de la economía.

Por eso no es raro que de las 12 áreas que el Gobierno licitó, 7 hayan quedado desiertas, sin ofertas oficiales; aún con las bajas exigencias. Sí hubo ofertas por 5 áreas, presentadas por 3 empresas; dos de las cuales habían puesto un pie antes vía iniciativa privada. La inversión prometida es baja en comparación a otras cifras que se manejan en el sector, pero mucho más que “nada”, como suele recordar el gobernador Alfredo Cornejo. Por 5 áreas, se promete una inversión que ronda los 33 millones de dólares; un sexto de lo que necesita un proyecto individual para ingresar al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Las tres empresas que se postularon son de capitales nacionales, con distinto recorrido.

La actividad petrolera es uno de los pilares de la economía mendocina. 

Nuevos y viejos actores

Aconcagua Energía es una de las empresas de mejor presente. Se convirtió en una de las top ten del negocio y crece no solo en Mendoza, sino también en Neuquén. Esa firma había presentado una iniciativa privada para quedarse con la concesión del área Payún Oeste, que estuvo en producción. La propuesta fue tomada, se licitó y Aconcagua no tiene competidores para quedarse con el permiso. Se trata de un área que estuvo a cargo de YPF, hoy no produce nada y tiene un antecedente curioso: antes de la privatización, los antiguos dueños de YPF habían mencionado que tenía potencial no convencional, particularmente en la formación Vaca Muerta. Eran épocas de guerra con los dueños españoles y de desembarco de la familia Eskenazi. Ahora Aconcagua, gestionada por ex gerentes de YPF, busca potenciar la producción.

Esa petrolera tuvo buenos resultados en su búsqueda de financiamiento y consiguió más de 25 millones de dólares. Además de la licitación mendocina, busca extender concesiones en Neuquén y presentó ofertas para quedarse con algunas de las áreas maduras que YPF abandonará en Mendoza, aunque no estuvo entre las ponderadas en primer término.

La otra que presentó una propuesta vía iniciativa privada es Selva María, firma que es parte del grupo de empresas de Integra, la empresa madre liderada por José Luis Manzano y que nuclea a más de 10 petroleras, mineras y firmas relacionadas con la energía. Tampoco tiene competidores para quedarse con Bajada del Chachahuén. Ese conglomerado es uno de los que más propiedades petroleras tiene y tendrá en Mendoza, pues aún posee activos a través de El Trébol, Grecoil, Ketsal, Kilwer y la ahora Selva María. El mismo grupo tiene la mina Potasio Río Colorado y la distribuidora Edemsa. La empresa Hattrick avanza con tres proyectos de exploración para los que presentó oferta: CN V, Loma del Divisadero y Malargüe. La misma empresa tiene concesiones en la Provincia, entre ellas Lindero de Piedra, asociada con la estatal EMESA.

Zampal, Boleadero, Sierra Azul Sur, Calmuco, Ranquil Norte,  Chachahuén y Puesto Molina Norte quedaron desiertas. El Gobierno adecuó el sistema para que haya una especie de “licitación permanente”, por lo que las áreas quedan abierta a ofertas futuras.

La intención del Gobierno es mantener al menos la meseta de producción y crecer en hasta un 30%. Los proyectos de recuperación terciaria con inyección de polímeros, principalmente en el área Chachahuén, es uno de los que mejor desempeño tienen. La otra esperanza es que la producción de Vaca Muerta genere buenos resultados para que a mediano plazo se concreten inversiones.

Las áreas de YPF

Esa licitación se realizó en simultáneo con la puesta en venta de 14 áreas petroleras maduras que YPF abandonó porque quedaron fuera de su plan de inversiones. Se trata del “Plan Andes”, que tiene a Mendoza como protagonista principal porque la mayoría de las áreas de descarte están en la provincia. Ese factor también influyó, según creen, para desmotivar el interés por las otras propuestas.

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Por ahora YPF, el Gobierno de Mendoza y el banco Santander mantienen en secreto el detalle de las ofertas, aún cuando más allá del negocio hay activos que son propiedad de la Provincia y, sobre todo, también hay en juego un equilibrio ambiental complejo: se trata de áreas antiguas, con miles de pozos por abandonar y complejos sistema de producción.

En los bloques de Mendoza Norte, la empresa Petróleos Sudamericanos quedó ponderada en primer lugar, aunque hubo otras ofertas que no quedan descartadas por completo. Es que aún deben analizarse en detalle las ofertas, los activos en venta y una pieza clave: el Estado mendocino debe poner sus condiciones. Incluso, hay áreas que están cerca del vencimiento de la concesión, por lo que necesitan prórroga para volverse económicamente viables. Y el Gobierno es el que puede imponer condiciones de inversión.

En los últimos tiempos el Estado local apuntó más a promover inversiones sin exigir demasiado.  Las áreas Barrancas, La Ventana, Vizcacheras y El Portón vencen en 2027. Río Tunuyán, Altiplanicie del Payún y Cañadón Amarillo en 2026. Ceferino en 2030 y Mesa Verde en 2041. Chihuido de la Salina S vence en 2032 y Confuencia Sur en 2033.  Llancanelo R vence también en 2027 y Llancanelo en 2036. Esa área tiene una historia particular, pues el inicio de la explotación se demoró por los conflictos ambientales que había al esta en un área natural protegida. Allí se extrae petróleo extra pesado, que requiere métodos específicos y costosos. YPF se deja para sí algunos activos en la provincia, como los yacimientos donde se hace recuperación terciaria y los que tienen algún potencial no convencional.

Mientras YPF negocia, la adenda a los contratos de trabajo con las empresas relacionadas a la actividad y que trabajaban en las áreas que se venden fue prorrogada. Hasta octubre YPF sostendrá los salarios (de manera indirecta) aunque no hay actividad, a la espera que se hagan cargo las nuevas empresas.

La petrolera estatal había explicado que la intención es hacer una transición ordenada, sin generar conflictos sociales en los lugares donde se sentirá el impacto. Para Mendoza es relevante: las áreas están en producción y necesitan inversión constante para el mantenimiento y para sacar el petróleo. Además, de allí se extrae el 30% del total de petróleo que produce Mendoza.  Las 14 áreas ocupan una superficie de casi 4 mil kilómetros cuadrados; 70 veces la superficie de la Ciudad de Mendoza. En total producen 13815 barriles de petróleo por día, según lo declarado por la empresa a los inversores. En los datos del Ministerio de Hacienda de la provincia figura que produjeron 85.500 M3 en enero, unos 537.777 barriles mensuales. En enero Mendoza produjo 274.593 m3 en total, 1.727.137 de barriles.  Por mes, la Provincia recauda más de 3 mil millones de pesos mensuales en concepto de regalías por las 14 áreas, es decir unos 3 millones de dólares mensuales o 36 millones de dólares por año.

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