
Como aliados del campo, son numerosos los usos y funciones de los drones en el agro, desde monitoreo de cultivos, conteo de plantas o de ganado, hasta aforadores de cursos de agua y relevamientos topográficos.
En este sentido, para fortalecer la investigación aplicada en la temática, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) creó la primera red de drones agropecuarios de Latinoamérica.
Un equipo de especialistas del organismo mapeó y consolidó en una red toda la información existente en materia de las tecnologías disponibles, las líneas de investigación con drones en el país y pilotos habilitados. Esta información será compartida por el INTA en el espacio Agtech de la Rural de Palermo.
Red de Drones
La implementación de drones en el campo cuenta con un amplio rango de prestaciones, de allí la importancia de poder contar con una Red que reúna toda la información disponible al respecto, por eso, desde el INTA impulsan la creación de la primera red de drones agrícolas de Latinoamérica.
La importancia de consolidar una red que sirva de enlace a las actividades de investigación en curso, generar nuevos ejes de ensayos y facilitar el intercambio de conocimiento, así como sistematizar procedimientos de ensayos y toma de datos, son algunos de los objetivos que se trazaron desde el organismo.
“Contar con un marco de red dotará de planificación, gestión y actuación ante las exigencias normativas de la autoridad aeronáutica (ANAC) para el uso correcto de estos instrumentos, poniendo en común las normativas, sistema de gestión del riesgo, y todo aquello inherente al empleo de drones de manera segura”, aseguró Alejandra Casella, investigadora del INTA especializada en teledetección.
En esta misma línea, Gabriela Tallarico, referente en Agtech del INTA, señaló que “los drones tuvieron un rápido avance en las prestaciones que pueden ofrecer al sector agropecuario, están pasando de un uso complementario a ser una herramienta central para avanzar en eficiencia y precisión”.
Desde el organismo, destacaron que esta red de drones potenciará el conocimiento adquirido a fin de vincular las experiencias locales de manera más ordenada con las tareas de integración de datos e información y permitirá crear protocolos institucionales de control de calidad y validación de los distintos tipos de uso.
En este sentido, “brindará la posibilidad de generar intercambios sobre modelos comunes para el pre-procesamiento y calibración de la información primaria”, explicó Emanuel Visentini, investigador del INTA Salta y coordinador de la Red.
Multipropósito
Como nuevos aliados del campo, la multiplicidad de funciones y roles que pueden cumplir los drones agrícolas actualmente es muy diversa y se presentan como equipos multipropósito.
Desde observar más rápidamente el estado de los cultivos para detectar problemas de siembra o presencia de plagas, a realizar relevamientos topográficos para construir modelos de elevación. También para conteo del ganado, seguimiento y manejo hasta relevar la calidad y cantidad de pastizales y pasturas; o bien para tareas de seguridad o patrullaje del lote.
Uno de los usos que está creciendo de modo vertiginoso es para la aplicación de fitosanitarios, ya que los drones pueden hacer aplicaciones más precisas y eficientes, al tiempo que tienen un alto desempeño en zonas de difícil acceso, como en cultivos altos o muy densos. “Es una de las líneas de investigación en las que INTA está trabajando para acompañar con ensayos a campos y poder determinar las condiciones óptimas requeridas en cada situación y ambiente”, detalló Tallarico.
En este sentido, desde el INTA, también subrayan el múltiple potencial que tienen estas herramientas por parte de los productores. “Pueden sacarles mucho provecho a los drones. Distintas marcas y modelos cuentan con cámaras de diversos tipos que pueden ser utilizados para realizar mapeos del suelo o planimetrías para sistematizar sistemas de riego superficial”, apunta Facundo Calderón, investigador del INTA Junín, Mendoza, y piloto de la Red.
También, señalan pueden ser utilizados para la determinar la cobertura vegetal en vid y frutales, excesos o déficits de agua y nutrientes, mediante índices de verde construidos a partir de las fotografías obtenidas. Además, hacer estimaciones de la producción o realizar seguimiento fenológico de los cultivos, y monitorear tempranamente plagas y enfermedades, entre otras opciones.
Así como la multiplicidad de tareas en las que se puede usar un drone, las líneas de trabajo e investigación también son numerosas: desde el fenotipado de distintas variedades de algodón a la evaluación de pastizales, o bien la detección temprana de enfermedades en olivo, así como el manejo de bosques nativos con ganadería integrada.
Además, los drones aportan en temáticas vinculadas con el clima, para relevamiento de daños por eventos extremos; en agroecosistemas, para el monitoreo y seguimiento remoto de práctica de manejo de cultivos; en comunicación, para producciones audiovisuales, entre otros.
*fuente: INTA