
El Palacio Vasallo celebró una audiencia pública de la que participaron decenas de oradores. Empresarios, vecinos y entidades civiles fueron escuchados de cara a una modificación de la actual normativa
Virginia Benedetto
El Concejo Municipal fue la caja de resonancia de diversas expresiones de cara a una nueva nocturnidad.
En un recinto colmado de vecinos, la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck, encabezó este martes la audiencia pública, de la que participaron ciudadanos, empresarios, vecinos y entidades civiles, con el fin de escuchar opiniones y aportes para la modificación de la ordenanza 7.218 que regula los espectáculos públicos y cuyo propósito es avanzar hacia una normativa flexible para los inversores y emprendedores del rubro, pero con la mirada puesta en preservar la convivencia entre los locales y sus entornos.
Schmuck destacó la intención de escuchar a los participantes que acudieron al recinto y, a partir de eso, “contar con un insumo fundamental” para los ediles. La presidenta del cuerpo valoró la transmisión de la audiencia vía streaming, que quedó grabada y también resaltó la importancia de tener “a todos los actores juntos, en un mismo lugar, la casa de todos los rosarinos”, más allá “de reuniones formales e informales” que hayan mantenido los ediles.
«Hay que modernizar y actualizar sin más dilaciones esta ordenanza y el objetivo es sancionar la reforma en el corto plazo. Que Rosario recupere su vida nocturna, que la diversión sea segura y mejorar la convivencia son los objetivos que nos proponemos. Se puede garantizar que quien salga a bailar y divertirse pueda hacerlo de manera segura y quien quiera descansar esté tranquilo. Para eso es este proyecto y escuchar todas las voces enriquece su tratamiento», sintetizó la titular del Concejo.
Abrió el debate el organizador de eventos y empresario dedicado a la gastronomía, Joaquín Parcel, quien expresó una frase para sentar posición respecto a la actual ordenanza que ya cumplió 24 años de vigencia: “Así no va más”, dijo respecto a la noche en la ciudad, para señalar que “era divertida y alegre día y noche”, y consideró que la nueva ordenanza debe ser “la punta de lanza para más cambios”. A su vez, defendió la existencia de las islas callejeras en locales gastronómicos.
Voces en el Concejo
Guillermo Puyó, comerciante de los rubros, confiterías, bares y restaurantes, celebró el debate en audiencia pública y advirtió que existen “personas con miedo a invertir”, por lo que planteó la necesidad de “levantar la vara”. Por último, sostuvo que “las personas necesitan salir, distraerse”.
Una vecina de Montevideo e Italia, Roxana Huergo, dijo que vive en esa intersección hace más de 30 años y que hace más de 20 que bajo su propiedad hay locales gastronómicos “de todo tipo, bares, restaurantes, con los ruidos molestos y los olores”.
Acotó que “de martes a domingos hay 150 personas en la vereda y otras 150 adentro”. Destacó que hizo «todo tipo de denuncias” y pidió “poder llegar a un acuerdo para poder convivir”.
Una voz en la materia con trayectoria en el rubro fue la de Sergio Spagnolo, empresario, quien recordó que “la actual ordenanza 7.218, puso blanco sobre negro” para recordar que en el micro y macrocentro de la ciudad había entre 25 y 30 boliches. Mencionó que en la actualidad es momento de cambiar y plantear cuatro ejes: «jóvenes, empresarios, Estado y vecinos”.
También hubo una mención del empresario de la noche sobre las fiestas clandestinas sobre las cuales pidió aplicar el protocolo que implementó el ex gobernador Miguel Lifschitz. «A partir de eso se terminaron las fiestas clandestinas”, remarcó.
Gastronómicos y nocturnidad
A la audiencia también acudió el representante de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario (Aehgar), Carlos Mellano, quien resaltó la necesidad de la modificación de 24 años de la ordenanza actualmente vigente. Pidió que fuera “taxativa” en cuanto a qué deben inspeccionar quienes controlan, dado que “hay discrecionalidades, un detalle no menor”. Asimismo, requirió que las denuncias que se presenten no sean anónimas, que se sepa quién las formula. Y en cuanto a las habilitaciones que duran 5 o 10 años, planteó que se renueven automáticamente.
En el extenso listado de oradores hubo voces de habitantes de barrios como Pichincha y el centro quienes exigieron se refuerce la convivencia entre vecinos y la noche.
Le siguieron empresarios bolicheros que mencionaron que la noche, si bien está ordenada, sufre los embates de la crisis, como Gustavo Fernández, titular de tres espacios bailables y un bar cultural quien pidió para la zona de Pichincha y el centro “mayor presencia policial”. Reclamó “poder seguir trabajando y abrir espacios nuevos” para pedir que “se tenga consideración por los espacios menores a 300 metros cuadrados”.
Fue el turno de Sandra García, que como madre se mostró muy preocupada por el florecimiento de las fiestas clandestinas. Para Guillermo Caminos, artista, disc jockey y productor de música electrónica, “fuera de la ciudad, todos reconocen el potencial de los artistas rosarinos y se imaginan la movida que hay aquí, pero no es la realidad”.
Mirada oficialista
El concejal oficialista Fabrizio Fiatti resumió su mirada tras la audiencia pública. «Los representantes de establecimientos manifestaron la necesidad de ampliar los horarios en relación a los planteados por la propuesta del Ejecutivo, sosteniendo como mínimo los de la normativa vigente (hasta las 5 de la madrugada) y celebraron que se elimine la dicotomía bailable, no bailable que caracterizaba a la 7.218», dijo para remarcar que en cuanto a los vecinos «se escuchó el pedido de mayores controles, y la problemática que advierten en relación a las islas callejeras y a la falta de insonorización de los espacios».
En cuanto a los espacios culturales, Fiatti hizo referencia a referentes de la cultura y centros culturales quienes manifestaron la necesidad de mirar la noche con fines sociales, como la promoción de la cultura y los artistas locales.
«Estos lugares no solo contribuyen significativamente al enriquecimiento cultural de la ciudad, sino que también proporcionan plataformas esenciales para los artistas emergentes y las distintas manifestaciones culturales, desde la danza, la poesía y otras artes. La base de esta iniciativa es precisamente favorecer el desarrollo de estos espacios, y volver a generar alternativas para el esparcimiento de los rosarinos y un mayor atractivo turístico», enfatizó.
De ahora en más, el Concejo continuará el debate en las próximas semanas, tal como lo viene haciendo, en el marco de la comisión de Gobierno y con reuniones específicas del tema