En el primer cuatrimestre los envíos nacionales por coparticipación cayeron 19%. La gestión Milei solo compartió las pérdidas.
Quienes todavía tratan de explicar la razón por la cual el presidente Javier Milei la emprendió contra Martín Llaryora cuando en febrero pasado decidió retirar de Diputados el primer proyecto de la “ley bases” aseguran que la gota que colmó el inestable vaso de la paciencia presidencial fue la insistencia del gobernador cordobés para que el impuesto Pais fuera coparticipado a las provincias.
En aquella ocasión, el Presidente prefirió resignar la ley –que igualmente hubiera sido entonces mucho más ambiciosa que la votada esta semana en Diputados– antes que poner en debate la coparticipación del impuesto Pais.
Recaudación tributaria
Llaryora también se había opuesto desde el minuto uno a la suba de las retenciones a las exportaciones y, en especial, al 15% que Milei quería cobrarles a las exportaciones industriales, que son importantes para la economía cordobesa. No obstante, esa negativa había sido receptada por la Nación.
Cuando se observa el comportamiento de la recaudación nacional del primer cuatrimestre del año, aquella versión cobra fuerza: el impuesto Pais –cuya coparticipación exigía Llaryora– es el único ingreso nacional que tuvo un crecimiento sustancial.
En abril el impuesto Pais sumó para el fisco nacional $ 510.246 millones, 12 veces más que lo que se había logrado en abril de 2023. Ajustado por inflación el incremento es de 209,9%. Esa suba es consecuencia del aumento de alícuota y a la generalización de su aplicación que decidió el Gobierno en diciembre, cuando Llaryora había comenzado a reclamar la coparticipación de ese tributo.
En tanto, en abril las retenciones a las exportaciones impulsaron los ingresos del Tesoro Nacional con $ 318.400 millones, que implica un incremento de 530% por encima de un año atrás. En términos reales el incremento es de 61,8%.
Los datos que este jueves distribuyó Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) son elocuentes: los únicos impuestos que crecieron desde enero son los que la Nación no coparticipa.
Todos aquellos de los cuales dependen los ingresos de las provincias por Coparticipación, cayeron frente a la inflación y en algunos casos lo hicieron de forma abrupta. En abril, hubo una única excepción: por primera vez, tuvo una suba real de apenas 2,6% el impuesto a los combustibles.
Derrumbe en Córdoba
Esa realidad determina que la recaudación tributaria nacional en el primer cuatrimestre disminuyó cerca de un 10% interanual real. No obstante, al excluir los tributos vinculados a comercio exterior –los que no se coparticipan– el descenso de la masa que sí se comparte con las provincias llega al 19% términos reales. Se trata de una caída muy brusca, que afecta severamente a las provincias, en especial aquellas con menor desarrollo productivo.
Para ponerlo en pesos, si en los primeros cuatro meses de 2024 Córdoba hubiera recibido recursos nacionales que hubiesen aumentado en línea con la inflación (280,3% promedio en el periodo), la provincia habría dispuesto de unos $ 192,8 mil millones adicionales, en precios de abril de 2024.
Además, de la caída de la Coparticipación, la administración Llaryora sufrió otras podas millonarias.
La más onerosa para la Provincia es el corte unilateral de los recursos que la Anses debe girarle a la Caja de Jubilaciones de Córdoba: son cerca de 13 mil millones de pesos mensuales los que deberían llegar por ley y la Nación no envió un solo peso. Esos recursos fueros aportados al sistema previsional por el Tesoro provincial.
También se cortó todo desembolso en materia de obra pública, los envíos no automáticos de la Nación tuvieron una caída superior al 80% y se eliminaron los subsidios al transporte del interior y el Fondo Nacional de Incentivo Docente, que también fue compensado con recursos provinciales