Hablan de “la otra Vaca Muerta”, con el negocio petrolero que harán en “Palermo Aike”, pero nadie habla de la utilización del agua y el probable impacto que tendrá en Río Gallegos

El gobierno provincial se ha encargado de valorar a la reserva petrolera de Palermo Aike, como “la otra Vaca muerta”, en relación con el gran yacimiento neuquino que se explota por fracking y ha sido catalogado como una de las reservas de hidrocarburos más importantes de los últimos tiempos.

Estos anuncios, obviamente, vienen precedidos de una gran “esperanza” sobre las inversiones que llegarán a Santa Cruz, los puestos de trabajo que insumirá, el desarrolló regional del comercio, el aumento sustancial de las regalías para la provincia y una serie de cuestiones que están fuertemente emparentadas con el arribo de empresas petroleras a la zona, la localización de empresas de servicios, el aumento en la demanda de alquileres, hotelería, etc. Todo esto es cierto, pero no es lo único que se debe evaluar; hay cuestiones previas a la actividad que se va a desarrollar en la zona, que deben ser debidamente clarificadas y comunicadas con transparencia si el gobierno y las empresas desean contar con el aval social necesario, como es la explotación por el controvertido sistema de extracción a través de fractura hidráulica de la roca madre.

Fuera de los riesgos que advierten los opositores a este tipo de explotación hidrocarburíferas, quienes señalan al fracking como un sistema altamente contaminante, el cual a través de la operatoria puede generar gas metano,que acelera el efecto invernadero y hasta podría activar zonas sísmicas “dormidas” en el área de extracción, hay otros problemas menos discutidos, urgentes y de consecuencias directas sobre la población: el agua como recurso extractivo y cuál será la vertiente natural que usarán las empresas para el proceso extractivo.

Los estudios preliminares

Para tener una palabra autorizada en esta materia, recurrimos al ingeniero en petróleo Eduardo Delía, a quien le propusimos que de manera simple nos ilustre sobre éste tipo de explotación y cuáles son las fuentes hídricas posibles de la que se puede alimentar la industria y consecuentemente si eso podría impactar negativamente sobre la población más cercana a la zona de producción, como es la capital de la provincia, que tiene un crecimiento demográfico importante, poca o ninguna planificación y teniendo en cuenta que en la actualidad hay problemas para abastecer de agua dulce a la ciudad, cuál podrían ser las posibilidades de que la explotación petrolera cercana agrave la crisis hídrica.

El ingeniero nos planteó que aún es muy temprano para hablar de ·grandes yacimientos” por cuanto los mismos no han sido dimensionados. En la práctica para dimensionar un yacimiento de cualquier tipo, sea convencional o de estos  yacimientos profundos de fractura hidráulica sobre roca madre, se logra a través de perforaciones y más aún en este tipo de yacimiento que se realizan a través de fracturas y los cuales son complejos para determinar sus tamaños.

Indicó que en relación a las grandes cantidades de hidrocarburos de las cuales se habla, pudieron haber encontrado una formación de arcilla muy grande pero de ahí a que haya petróleo, es otro tema.

Con respecto a la extracción propiamente dicha y al uso de agua, señaló que la misma se usa para provocar la fractura, pero no necesariamente debe ser agua potable o superficial o de napas de agua dulce.

Podrían usar agua de formación, lo cual lleva un proceso previo para extraerle algún tipo de partícula; no obstante, sostuvo que se usan la misma agua de formación, no afectaría al agua de consumo humano y agrícolo-ganadero que tantos escasea en la provincia. “Sacar agua de superficie o de los acuíferos profundos, independientemente, no importa de donde se la obtenga, la misma debe ser tratada. No se puede inyectar agua tal cual se recibe, aun cuando sea del arroyo más cristalino – advirtió Delía y remarcó –  Hay cuestiones técnicas fundamentales que se deben tener en cuenta en estas formaciones profundas. La actividad exige que el agua circule por poros tremendamente pequeños; abajo no hay huecos importantes y la presión de toneladas de rocas que hay desde donde está alojado el petróleo, hasta la superficie, necesita un tratamiento especial. Por lo tanto, cualquier tipo de agua que se utilice, dulce o salada, siempre y en todos los casos debe ser tratada”, concluyó el Ingeniero.

Sobre la forma de preservar los acuíferos, Delia opinó que eso se consigue controlando que la industria use agua de formaciones profundas, que no es agua que utilizarían los seres vivos y controlando también los pozos, especialmente las paredes de la perforación que son los tubos de acero, a fin de que se mantengan en buen estado, no se rompan y provoquen fisuras y filtraciones hacia acuíferos de agua dulce de uso humano; si esto se hace así no debería haber problemas, pero insistió con la necesidad de que hagan los procedimientos correctos y se efectúen los debidos controles, cosa nada fácil y bastante complejo de llevarlos a cabo desde la superficie, cuando la extracción se realiza a grandes profundidades.

El problema es controlar y quién controla

En este punto el Ingeniero Delía sostuvo que quien haga ese control, debe conocer muy bien del tema, dado que alguien con poca experiencia, es muy fácil que deje pasar aspectos claves de este tipo de procesos que son complejos y muy costosos y si no se hacen bien, ahí sí peligran los acuíferos existentes, fue su opinión alrededor de este delicado asunto añadiendo que el control lo hace la propia empresa que opera  y en Santa Cruz no hay personal capacitado para tal importante tarea.

En principio y de acuerdo a su propia estimación, a priori no existirían acuíferos que lleguen a  Río Gallegos desde las áreas en cuestión. Superficialmente está el Pelke y el río Chico que corre a mucha distancia, pero están secos; sin embargo, destacó que es imprescindible tener a mano los estudios geológicos que deben presentar sobre la fractura que piensan hacer y es fundamental contar con el Estudio de Impacto Ambiental que deberá ser minucioso en este punto, respecto de aspectos claves para determinar cómo se hará la explotación y las probables consecuencias (o no) que acarrearía a la población, por el uso del agua de las napas interiores, para afectarlas a la industria.

El Gobernador Claudio Vidal en campaña se ha mostrado muy preocupado por la falta de agua tanto en la cuenca carbonífera como en zona norte (Caleta Olivia, Truncado y Las Heras) y es un entendido en la materia de explotación petrolera, debido a su vinculación con la industria. Por ese motivo, prácticamente está descartado que desde el gobierno provincial harán todo lo posible por clarificar este tema y llevarle tranquilidad a la población de Río Gallegos, de que la instalación de un mega yacimiento de hidrocarburos a pocos kilómetros de distancia de la capital, no dejará a la población sin agua o contaminará los acuíferos existentes.

Es de destacar también, que los diputados, los concejales de Río Gallegos y toda la población representada por organizaciones públicas y privadas, asociaciones, ONGs y los grupos ambientalistas, tendrán la oportunidad de leer, profundizar y debatir el Estudio de Impacto Ambiental previo que deberán realizar, respecto de la actividad extractiva a desarrollar en proximidad de Río Gallegos y las empresas concesionarias se someterán a las audiencias públicas que corresponda a fin de brindar toda la información que requiera el pueblo, mucho antes de comenzar a perforar el primer pozo. (Agencia OPI Santa Cruz)

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