La minería requiere una visión estratégica a largo plazo, con perspectiva de crecimiento sostenible. «Hablemos de lo que viene», el ciclo de El Tribuno, propuso aprender y analizar las experiencias de los actores de la minería de Chile y de Perú. La burocracia, «tramiotocracia» o «tramitología» cruza las fronteras. El costo es elevado: la paralización de proyectos millonarios. En eso, el Estado debe reaccionar, porque el tiempo pasa y las miradas de los inversores giran por todo el mundo. No hay que perder oportunidades
El Tribuno – Director: Sergio Romero
Chile y Perú tienen una fuerte tradición minera. Incluso hay registros en el vecino país trasandino que datan de 1810. Si bien Salta también ha recorrido décadas de exploraciones de yacimientos, el fuerte despegue de la actividad es reciente. Así, la minería, en especial el litio, transformará sustancialmente el peso de la composición productiva, exportadora y laboral de la provincia.
Por la transición energética y la electromovilidad, Salta tiene un lugar preponderante. Esa construcción se logró con gobiernos que alentaron el desarrollo minero, con una aceptación social generalizada sobre la actividad y el trabajo fuerte del sector privado.
El jueves pasado, en el Centro de Convenciones de Limache, el gerente de asuntos corporativos de la compañía aurifera peruana Poderosa destacó que la minería en ese país ha sido una actividad económica fundamental durante las últimas dos décadas, contribuyendo significativamente a los ingresos y la creación de empleo. Aunque el país ha logrado un alto nivel de producción minera, enfrenta desafíos que limitan su crecimiento, incluida la conflictividad social, la burocracia y la minería ilegal.
De la Flor destacó el papel crucial de la minería en el crecimiento peruano, representando una parte importante del PBI, la recaudación fiscal y las exportaciones. La industria minera peruana se apoya en un conglomerado de empresas, asociaciones empresariales y el sector académico, que proporcionan servicios y apoyo necesarios para su desarrollo.
El cobre es el mineral principal de exportación de Perú, aunque enfrenta competencia global. Las inversiones privadas en minería han sido significativas en las últimas décadas, pero los desafíos mencionados obstaculizan su pleno potencial.
Ante los altos niveles de burocracia, el empresario peruano propone simplificar los procedimientos administrativos y promover la transparencia en el sector, así como fortalecer las instituciones con especialización y recursos adecuados.
El ingeniero en minas de Chile Carlos Espinosa Maturana resaltó el papel del Estado chileno en la producción y comercialización del cobre, así como la importancia de la colaboración entre Gobierno, industria y sociedad civil para un desarrollo equitativo de la industria minera.
En ese país, marcó, también se discute el proceso de consulta previa para proyectos mineros, e hizo hincapié en los desafíos burocráticos en la industria, abogando por la colaboración entre el Gobierno, la sociedad y la comunidad para un desarrollo sustentable. En cuanto a la educación, dijo que las instituciones acompañaron este proceso durante décadas, con más universidades en las que se dictan las carreras de Geología y Ingeniería en minas.
La capacitación y profesionalización son cruciales para el crecimiento de la industria minera coincidieron justamente los integrantes del panel local «Por dónde ir», que se integró con Diego Pestaña, presidente la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras de Salta y gerente de AGV; Facundo Huidobro, gerente de relaciones institucionales de Mansfield, y David O’Connor, jefe de geólogos de AbraSilver.
Huidobro puso el foco en que hay proyectos que llevan décadas desde los inicios: la exploración. Por eso, abarcan a dos o tres generaciones de trabajo. Consideró clave la formación de los jóvenes para trabajar en minería.
Pestaña sostuvo que falta personal calificado, especialmente ingenieros o técnicos vinculados a la electrónica. O’Connor destacó que si bien hay un proceso de formación, los que quedan en la Puna son buenos trabajadores.
El evento contó con la presencia y moderación del periodista y director de CLUBminero, Daniel Bosque, quien reconoció el trabajo del geólogo Ricardo Alonso y recomendó el nuevo libro que presentó «Breve introducción a la minería», de la editorial Mundo.
Entre los otros puestos que se necesitan cubrir aparecen técnicos, oficiales especializados, maquinistas, topógrafos. La Puna, advierten, es un filtro natural de selección, ya que no todos los que se postulan luego están dispuestos a trabajar allí.
En esa región, donde se encuentran los proyectos mineros, hay muchas complicaciones: el tema energético encarece las instalaciones y el funcionamiento de las plantas. Pero lo que más eleva el costo es el pésimo estado de la ruta nacional 51. Desde hace años los empresarios plantean al Gobierno la importancia para el desarrollo de esa vía neurálgica para la producción.
En los últimos meses se propuso una inversión de aproximadamente 30 millones de dólares para pavimentar la ruta, financiada por aportes del empresariado y luego a través de peajes para camiones, mientras se exime a las comunidades locales y turistas.
En esto el Estado no puede seguir en modo de espera. Se necesitan respuestas acordes a los tiempos para salir de una infraestructura que parece de otros siglos