YMAD y el sesgo metropolitano

Independientemente de que el elegido para presidir YMAD en 2021 haya sido Fernando Jalil, la decisión tomada…

Independientemente de que el elegido para presidir YMAD en 2021 haya sido Fernando Jalil, la decisión tomada por el Gobierno nacional en aquel momento interrumpió una etapa de casi un cuarto de siglo durante la cual el directorio de la firma había sido encabezado por personas ajenas a Catamarca.

El último tramo de ese período, con el encumbramiento por parte de la gestión Macri de Santiago Albarracín, resultó muy perjudicial tanto para la empresa como para la Provincia, cosa que resultó más notoria por el contraste con la notable gestión que había llevado adelante su antecesor, Manuel Benítez.

El gerenciamiento de Albarracín colocó a YMAD en la cornisa misma de la quiebra, según admitió uno de los directores cuando se acordó alquilarle al concesionario de Agua Rica la infraestructura de Minera Alumbrera. Las leoninas condiciones que había logrado Yamana Gold en ese contrato se renegociaron durante la gestión de Fernando Jalil en mejores términos para YMAD, de cuyas utilidades la provincia de Catamarca recibe el 60%.

Que la administración Milei suplante a Jalil por una persona políticamente afín puede considerarse comprensible. Lo es menos que haya elegido a un exfuncionario porteño al que no se le conocen compromisos ni con Catamarca ni con Tucumán, cuya universidad es la otra propietaria de la empresa.

Por supuesto, hay que verlo caminar al rengo para saber de qué lado renguea, capaz que Juan Pablo Limodio sale bueno. Sin embargo, que la gestión libertaria no haya siquiera contemplado la posibilidad de cubrir el casillero con un catamarqueño es un retroceso objetivo para Catamarca.

¿No había nadie para poner?

El Gobierno provincial, que es de otro palo, no fue consultado, pero tampoco los emergentes libertarios o los propios radicales que andan empelucados. Se ve que, a criterio de la Presidencia, Catamarca no da el pinet.

El sesgo metropolitano vuelve a imponerse, en esta oportunidad con un detalle inquietante: YMAD había sido incluida como una de las empresas sujetas a privatización en el desmesurado proyecto de la Ley Bases confeccionado por el asesor Federico Sturzenegger, finalmente rechazado.

Se la excluyó de ese listado cuando el gobernador Raúl Jalil y el rector de la Universidad Nacional de Tucumán advirtieron formalmente a Milei que la pretensión era imposible porque la firma pertenece a Catamarca y la UNT, no al Estado nacional, que carece de prerrogativas para disponer de ella.

Fue una de las primeras señales del grado de desconocimiento e improvisación con que arribaban los equipos de Milei a la Presidencia, que más adelante fue corroborándose en la gestión de otros ámbitos.

La filiación de los designados orienta sobre la localización de las consultas realizadas.

Limodio es abogado y ocupó varios cargos en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Junto a él fue nombrado gerente general el ingeniero industrial Francisco Preusche, quien se desempeñó como director de Energía y Minería en la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio durante la Presidencia de Mauricio Macri y también como manager de Energía y Minería del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior).

Ambos fueron consagrados por el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, otro exfuncionario de Macri, cuyo único objetivo parece ser cerrar el año con equilibrio fiscal a cualquier costo, en una política de ajuste brutal que retroalimenta la recesión.

La desafortunada experiencia con Santiago Albarracín se proyecta como un precedente preocupante si se la suma a la intención primigenia de privatización.

¿Con qué mandato llegan Limodio y Preusche?

El rol de los directores catamarqueños y tucumanos cobra en este contexto importancia capital

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