Los usuarios de Salta no solo pagan el servicio eléctrico más caro del país, sino que el cuadro tarifario que aplica Edesa desde febrero último a hogares agrupados en el Nivel 1 de la segmentación, almacenes, bares, confiterías, hoteles, panaderías, talleres, comercios, industrias, organismos públicos, escuelas y hospitales, tienen cargos fijos y variables que duplican, triplican y hasta cuadruplican a los de las demás provincias del NOA, NEA y otras regiones del país.
Así lo confirma un estudio comparativo que acaba de publicar el Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (HIPE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con registros de las facturaciones de febrero abonadas en marzo.
En el cuadro de usuarios residenciales N1 (el que más claramente refleja las abismales brechas por el retiro total de subsidios en el valor de la energía), Salta aparece a la cabeza, con una factura final que promedia en $41.486 para hogares con consumos mensuales del orden de los 300 kilovatios horas (kWh). Ese es el parámetro que especialistas de la UBA y el Conicet toman para poder realizar los cuadros comparativos del costo del servicio eléctrico entre distintas jurisdicciones, delimitar el peso que tienen en las boletas el precio de la energía y el valor agregado de la distribución (VAD) y medir la evolución interanual de las tarifas.
Solo usuarios residenciales de Mendoza ($38.733), Neuquén ($37.980) y Misiones ($37.895) recibieron en marzo facturas cercanas a las que autorizó en Ente Regulador de los Servicios Públicos (Enresp) en Salta y aplicó Edesa con cargos fijos y variables que acentuaron la situación de ahogo de cientos de familias salteñas y dejaron a pequeños emprendedores, comerciantes y pymes locales con una soga al cuello. En un contexto de recesión, derrumbe de ventas, cortes de cadenas de pago y endeudamientos, muchas pymes se encontraron el mes pasado con facturas que desde el período de enero al de febrero saltaron desde los $300 mil hasta los $800 mil y treparon inclusive hasta $1,2 millones. Así lo advirtió el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Salta, Gustavo Herrera, en la primera quincena de marzo. Por esos días la dirigencia de la institución empresaria local, ante la indignación generalizada de asociados, recurrió a la CAME para que expertos de la Confederación que nuclea al sector en Argentina analizaran las facturas de Edesa. La respuesta desde Buenos Aires, según manifestó el propio Herrera, fue: «Están pagando la luz más cara del país».
Desde los tiempos en que Juan Manuel Urtubey gobernaba Salta, sucesivas gestiones del Ente autorizaron a Edesa aumentos que encarecieron cada vez más la factura eléctrica. Y no solo eso. Desde 2009, bajo las presidencias de Armando Isasmendi y de su sucesor, Jorge Figueroa Garzón, áreas técnicas y de auditoría del Ente advirtieron que la empresa, ante moras en el pago de las facturas, aplicaba a usuarios del servicio la tasa activa del Banco Nación, en abierto incumplimiento de la ley nacional de defensa del consumidor.
Retomando el caso puntual de los usuarios residenciales N1, el promedio de las facturas ($41.186) que recibieron en marzo 87.604 hogares salteños que figuran en esa categoría, prácticamente cuadruplicó al de La Rioja ($10.569) y Formosa ($11.210); triplicó al promedio de las boletas de Tucumán ($13.390), Corrientes ($14.130) y Chubut ($16.504); duplicó al de Edesur ($22.090) y Edenor ($22.196) en Buenos Aires o del mismo segmento en Chaco ($22.833). Hoy el servicio eléctrico es mucho más accesible también para los hogares agrupados en el Nivel 1 en Santiago del Estero ($24.596), Catamarca ($28.142) y Jujuy ($32.236), por citar otras provincias vecinas de Salta