“¿Es compatible la actividad turística con la industria minera? Yo les respondo que sí”

Viviana Montaño, Emprendedora Iglesiana de Tudcum, cuenta  la evolución de su emprendimiento, desde el horno de barro hasta la tecnología provista por un horno eléctrico. “Hemos sido el fruto de una incubadora de empresas que viene de la mano de Veladero”, señaló Viviana.

Bienvenida a Creación Renovable Vivi, ¿cómo estás y cómo está el día en Tudcum?

Buenos días para usted y para toda la audiencia. Un día hermoso acá en mi pueblo, en Tudcum. Un día hermoso y feliz, porque hoy se hace una fiesta muy tradicional aquí, a la cual me dispongo a ir con la familia una vez que hayamos terminado de hablar en el programa.

¿Hubo turistas durante este fin de semana XXL que se extendió desde el jueves y hasta el martes que viene?

Si, la verdad que hay mucho turista dando vueltas, mucha gente. Mucha gente se pregunta: ¿es compatible la actividad turística con la industria minera? Yo les respondo que sí, son compatibles. Nosotros estamos muy contentos de toda esta gente que ha llegado a nuestro departamento y a nuestro pueblo para pasar este fin de semana largo. Hay gente de Chile, de provincias aledañas, y también de otros departamentos de nuestra provincia.

 

 

¿A qué te dedicas en Tudcum desde hace ya más de 15 años?

Yo hago panificados, panificados por decirlo de alguna manera “industriales”, por ponerle un título. Esto me gusta aclararlo siempre bien porque no compito con los productos de panificación artesanales que se hacen en el pueblo. El mercado de la panificación artesanal es el mercado de otras señoras, que pueden vender, trabajar y crecer. Este pueblo es tan chiquito que hablamos mucho entre nosotros para no perjudicarnos, siempre intentamos ponernos de acuerdo para que siempre podamos trabajar todos, sin molestarnos los unos a los otros.

Esto del diálogo y dejar el mercado para que otras personas puedan trabajar fue lo primero que mencionaste en relación a tu historia con la panificación ¿es algo muy importante para vos?

Claro que sí, es algo fundamental para mí. Somos muy respetuosos del trabajo del vecino aquí en Tudcum. Uno tiene que afianzarse en su nichito de trabajo, pero dejando la posibilidad de que otras personas puedan afianzarse en su propio nichito también. Sobre todo, porque la minería es una industria donde existen muchas cosas que se pueden hacer, tanto la mujer como el hombre. Cosas que podemos hacer incluso desde nuestra casa y aportar en lo económico a nuestro hogar y no trabajar directamente para una empresa minera.

¿Esto fue lo que te pasó a vos? ¿Querías trabajar dentro del sector, pero tu contexto familiar un poco no te lo permitía?

Exactamente, yo hace 15 años atrás o un poco más, quería ingresar a trabajar en la industria minera, más precisamente en Veladero, porque uno sabe la estabilidad y los buenos sueldos que tiene el sector. Pero mis dos hijos eran chicos y no me animaba a ser un empelado directo estar lejos de ellos mucho tiempo, había que criarlos básicamente. Entonces me puse a pensar qué podía llegar a hacer para generar algo y surgió esto de los panificados. Básicamente es algo que me ha permitido subsistir, criar a mis hijos, desarrollarme de forma independiente. Crecer, pero no solo desde lo económico, sino desde lo personal.

¿Qué es lo que produce actualmente tu empresa y a quienes les venden?

Hago pre pizzas, grisines, tapas de maicenas y palmeritas. A su vez, estoy con el ensayo de dos o tres nuevos productos que pienso desarrollar en poco tiempo si Dios me lo permite. Le vendemos nuestros productos a Aramark que es una subcontratista de la empresa madre que es Veladero. Puedo decir que nosotros hemos sido el fruto de una incubadora de empresas que viene de la mano de Veladero, a través de la cual hemos podido desarrollarnos. Esto ha sido un desafío para mí, no es que se me ocurrió la idea y de repente pudimos hacerlo.

 

 

¿Un desafío porque en el camino tienes que aprender muchas cosas además de mejorar tu producción imagino?

Exactamente, uno tiene que aprender de normas sanitarias, de estándares de seguridad, tuvimos que aprender a formar un equipo de trabajo. Porque desarrollarse implica tener un contador, un bromatólogo, gente que te ayuda a amasar a hornear. Hay que hacer supervisiones, etiquetar, saber de porcentajes de calorías, consultar con nutricionistas. Hay que perfeccionarse todo el tiempo. Yo hice ese salto de ser ama de casa, entonces tuve que sentarme a aprender muchas cosas. Tuve que aprender a trabajar con el banco, con el sistema bancario. Tuve que aprender a redactar un correo electrónico, mira lo que te digo. Pero todo se puede lograr cuando uno tiene ganas de superarse.

¿Cómo arranaste Vivi? ¿Cuál fue el día que dijiste, me levanto y me pongo a amasar?

A ver, en ese momento, hace 16 o 18 años atrás, los camiones que iban a la mina pasaban por la puerta de mi casa, por la calle principal de Tudcum. Yo aprovechaba a levantarme muy temprano para poder hacer las cosas de la casa mientras mis hijos dormían. Y la misma gente que empezaba a pasar por la puerta de mi casa me preguntaba dónde se podía comprar pan, dónde se podía comprar semitas o sacar agua caliente. Ahí dije, ¿porqué no hago eso? Entonces empecé haciendo eso, amasando pan y semitas y haciéndolas en el horno de barro de mi casa para luego venderlas. Al tiempito surgió la garita que está a 2 kilómetros de la entrada del pueblo, y en el semáforo empecé a vender café, té, semitas, pan, sopaipillas. Luego la empresa desembarcó con estos conceptos como “desarrollo sustentable”, “desarrollo de proveedores”, los cuales nosotros no conocíamos, pero nos sumamos y aquí estamos.

¿A qué hora empezabas a amasar?

Yo tenía que hacer las cosas antes de que los camiones empezaran a pasar, que era a eso de las 6 de la mañana, entonces mi jornada empezaba antes de las 4 de la mañana. Tenía que preparar todo porque empecé con el horno de barro que está en mi casa. El día anterior debía buscar la leña, dejar el horno cargado, etc. Antes hacíamos la escoba para barrer el horno, era todo un trabajo previo. Y hoy gracias a Dios tengo un horno eléctrico rotativo de 18 bandejas.

¿Qué sentís hoy cuando ves el horno de barro y ves también el horno eléctrico rotativo que tienes ahora?

No me olvido, no me olvido de como empezó todo esto gracias al horno de barro. Sigo usando el horno de barro, porque es algo muy nuestro. Ahora comparto estas historias con mis hijos y con mis nietos. No me olvido de que con eso empecé. De hecho, cuando miro el horno pienso en las personas que trabajan hoy conmigo, que en su mayoría son mamás solteras que aprendieron a hacer de los panificados un oficio.

Es decir que antes hacías todo sola, pero hoy tienes un equipo de trabajo: ¿cómo se integra este equipo actualmente?

Hoy el equipo de trabajo se integra con una contadora, un bromatólogo, realizamos consultas también con un ingeniero en alimentos. Tengo una persona que hace todo lo que se refiere a seguridad e higiene. Uno tiene que aprender mucho en el camino, porque somos sometidos a pruebas, a cumplimiento de normas, de estándares. Hacemos muchas pruebas, porque uno tiene que conocer el producto que vende. Tenes que saber qué calidad tiene el producto que vendes, la durabilidad, el valor nutricional, etc.

 

 

¿Ahora tienes un local de venta al público?

Tengo un local de trabajo armado, pero no tengo venta al público, porque sería muy egoísta de mi parte además de venderle a Veladero, tener venta al público. Como dije antes, soy muy respetuosa de estos espacios que son más que nada para aquellos que están empezando. Soy cuidadosa en ese sentido, sobre todo en los espacios de ventas de otras personas.

Me imagino un domingo con tu familia esperando el almuerzo, haciendo algo en el horno de barro… ¿qué consejos les das a tus nietas?

Lo que yo le intento transmitirles a mis nietas es que cuando uno quiere prosperar, tiene que arrancar con lo que uno tiene. Sin decir “no tengo tal comodidad, o me hace falta tal o cual cosa”, debes empezar y tener ingenio para empezar con lo que tienes a mano, sino, yo hubiera esperado a tener un horno eléctrico, de eso se tratan los desafíos.

Le cuento a la audiencia que nos está escuchando que Viviana estuvo presente en la última reunión de la Cámara Minera de San Juan que se realizó a puertas abiertas en Iglesia ¿qué te pareció esta reunión?

La verdad, fue una excelente reunión, porque todas las empresas mineras que trabajan en nuestro departamento contaron su realidad, pudimos conocer en qué situación está cada una de las minas o proyectos. Cada persona pudo hablar y expresar sus ideas, contar su realidad y eso me parece muy saludable. Sobre todo, por el contexto económico en el cual vivimos, nadie es ajeno a la situación económica, y debemos como sanjuaninos, como iglesianos estar al tanto de todo lo que pasa para seguir apoyando a la industria minera. Porque la minería es en sí un desafío diario y constante, es lo que genera el desarrollo, sino tendríamos que volver a cientos de años atrás y dejar de utilizar el celular, dejar de utilizar las herramientas que se hacen con los minerales que se extraen de la actividad minera. Si nos ponemos a observar con detenimiento, todo, todo, es minería.

Recién dijiste que si se observa con detenimiento “todo es minería”, vos ¿qué le decís a las personas que se oponen al desarrollo de la industria o que tienen una visión contraria al progreso que genera la minería?

En todo este tiempo me ha tocado hablar con personas que no están de acuerdo con la industria minera. Yo a estas personas les pido el celular, les pido que me lo den y que se comuniquen con señales de humo. Les pregunto si no viajan en colectivo, si no utilizan el auto, les digo que no se quejen si no tienen gas en su casa, porque todo esto tiene que ver con los minerales que se extraen. Que no se sienten en una silla, que se sienten en una piedra, que no utilicen el televisor, que no utilicen las antenas de teléfono o de radio, todos estos elementos surgen de los minerales que se extraen gracias a esta actividad.

Más allá de que siempre se puede mejorar, en la última reunión de la Cámara Minera de San Juan en Iglesia, el presidente Ricardo Martínez, repreguntó ¿qué hubiese pasado en Iglesia en los últimos 20 años si no se hubiese desarrollado la industria minera?

Es una buena pregunta, yo siempre pienso en los más jóvenes. ¿Qué podríamos ofrecerles hoy a los jóvenes de nuestro departamento y de cada uno de los pueblos que integran Iglesia si no se hubiese desarrollado la industria minera? Acá ahora tenemos varias escuelas secundarias, cosa que antes no había. Hay muchas más posibilidades hoy en día, porque podemos decirle a los más jóvenes, estudie y fórmese porque hay oportunidades en tu pueblo. Y en el medio hemos logrando muchos avances en cuestiones de agua, en cuestiones de salud. Seguramente faltan muchas cosas, porque por ahí hay falta de compromiso, pero esto no solo debemos reclamárselo a las empresas, debemos reclamárselo al gobierno.

 

 

Como se dijo en la reunión de la Cámara Minera de San Juan en Iglesia “las cuatro patas de la mesa deben estar bien apoyadas”

Hay que tener muy en claro que hay cosas que le competen a las empresas mineras y hay otras cosas que le competen al gobierno. Como vos decís y como se dijo en la reunión, el desarrollo se da cuando las cuatro patas de la mesa están bien apoyadas y comprometidas. Incluso yo pago mi fondo minero como proveedora y también hacemos desarrollo en las comunidades, porque es un compromiso personal nuestro cuidar el medio ambiente, cuidar el agua y cuidar a las personas que viven en mi pueblo. Nosotros estamos comprometidos, es más, hoy en Tudcum se hace una fiesta muy importante y nosotros pusimos a disposición todas nuestras máquinas y el horno para poder hacer la masa y hornear los pasteles que va a vender la gente de la escuela para juntar fondos para mejorar las instalaciones de la institución. Eso es compromiso social, eso son los valores que nosotros hemos aprendido y queremos desarrollar para las futuras generaciones

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