La Patagonia vs. Javier Milei: claves de la guerra por el agua

Las hidroeléctricas sobre los ríos Limay y Neuquén están a la deriva. Neuquén y Río Negro intimaron al Gobierno a no tomar decisiones sin consultarlas.

Las represas hidroeléctricas que operan sobre los ríos Limay Neuquén tienen sus contratos vencidos y se encuentran en un bucle de prórrogas desde agosto pasado. Los gobernadores Alberto Weretilneck (Río Negro) y Rolando Figueroa (Neuquén) intimaron al gobierno de Javier Milei para acelerar una respuesta sobre obras emblema en la Patagonia.

En enero último, el secretario de Energía de la Nación, Eduardo Rodríguez Chirillo, iba a reunirse con los concesionarios privados y los funcionarios de las provincias donde están emplazadas las represas. La propuesta oficial iba a ser la prórroga hasta agosto, el máximo que permiten los contratos (un año desde el vencimiento), pero la reunión se suspendió, no hubo reprogramación y volvió a prorrogarse por 60 días.

A la fecha, si no hay cambios en las próximas semanas, las represas quedarían bajo la órbita total del Estado nacional el 19 de marzo. Las dudas rondan en las provincias dado que el gobierno libertario de Javier Milei promete una mayor impronta del capital privado, aunque todavía hay muchos temas por resolver entre las provincias y la Casa Rosada.

En el caso de Neuquén, la carta documento enviada por el fiscal de Estado, Raúl Gaitán, expresa: «Ante la falta de respuestas y evasivas del Estado nacional, la Provincia se ve forzada a intimar y exigir a la SEN (Secretaría de Energía de la Nación), y por su intermedio al Estado Nacional, para que se abstenga de tomar cualquier tipo de decisión y/o medida en relación a los referidos aprovechamientos hidroeléctricos, presas y concesiones hidroeléctricas sin antes dar participación en los respectivos procesos de toma de decisiones a la Provincia».

De la ola privatizadora a una nueva era

Esta historia se remonta a 1993, en el contexto de privatizaciones del gobierno de Carlos Menem. Las hidroeléctricas, construidas en 1972, pasaron a manos privadas por 30 años: eran El Chocón-ArroyitoCerros ColoradosAlicurá Pichi Picún Leufú, además de Piedra del Águila. La decisión fue unilateral por parte de la Nación, pero un año después se reformaría la Constitución y se les daría la potestad de los recursos naturales, entre ellos el agua, a las provincias.

Nadie podía augurar en el lejano 1993 que el vencimiento de esas concesiones iba a coincidir con las elecciones primarias en la Argentina y en un camino electoral que culminaría con la derrota del peronismo y la llegada de una fuerza política que celebra el neoliberalismo de los noventa.

Los gobernadores Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck dibujan una estrategia en común en la Patagonia.

Los gobernadores Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck dibujan una estrategia en común en la Patagonia.

Sin embargo, el periodismo neuquino y rionegrino tecleó muchas veces sobre el inminente vencimiento de las concesiones, en agosto de 2023 para la mayoría de esas centrales y para diciembre en el caso de Piedra del Águila. El pedido de la Norpatagonia es que se las incluya en la decisión sobre el futuro de esas centrales para aggiornarse a la Constitución de 1994, que son estratégicas por motivos energéticos y son clave para la regulación del agua en la región.

En el gobierno de Alberto Fernández se llegó a hablar de una nueva “Hidronor”, una empresa estatal que fuera administrando las concesiones que llegaran a su final. Allí tendrían una participación accionaria las provincias. De un plumazo, Sergio Massa como ministro de Economía y su secretaría de Energía, la salteña Flavia Royón, descartaron la idea: como las centrales fueron construidas por el Estado, Enarsa se quedaría con el manejo (funcionarios de la empresa llegaron a hacer entrevistas a los empleados actuales).

Todavía no está definida cómo será esta nueva era de los complejos hidroeléctricos de El Chocón-Arroyito (con una potencia instalada de 1320 MW), Alicurá (1000 MW), Cerros Colorados-Planicie Banderita (450 MW), Pichi Picún Leufú (261 MW) y Piedra del Águila (1400 MW). Los cortocircuitos del tándem Figueroa-Weretilneck con el presidente Milei no facilitan la apertura del diálogo por este ni por otros temas.

¿Quiénes son los concesionarios de las represas?

En potencia instalada, después de los 2746 MW de Yacyretá (administrada por una entidad binacional con Paraguay), las tres siguientes son neuquinas: Piedra del Águila, a cargo de Central Puerto, la empresa de Carlos Miguens, Guillermo Reca y la familia Escasany del Banco GaliciaEl Chocón, que es operado por la italiana Enel, y Alicurá, que maneja la estadounidense AES.

En tanto, Cerros Colorados-Planicie Banderita fue comprada recientemente por el Grupo Aconcagua, que también tiene negocios en el petróleo y las renovables, y Pichi Picún Leufú está gestionado por Pampa Energía, la empresa de Marcelo Mindlin, que tiene una división de hidrocarburos involucrada en Vaca Muerta

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