Con diversas estrategias en juego, las fuerzas políticas tratan de posicionarse para definir quién sucederá a Juan Manuel Llamosas. La primera elección del año genera expectativas y tensión, más allá del ámbito local.
Pero el 1° de julio vence su mandato y no puede ser reelegido. Se estima que los comicios serán a fines de mayo o a principios de junio. Como cada elección municipal, la expresión de los riocuartenses tiene gran impacto en Córdoba y en el país: es el primer termómetro de la opinión pública después de las elecciones nacionales y provinciales.
La ciudad hace semanas que está empapelada con carteles que postulan a Guillermo “Titi” de Rivas como candidato oficialista. El secretario de Llamosas, titular del área de Presupuesto Participativo Comunitario, aparece en todos los actos y las propagandas de gobierno. También se subió al escenario en la última visita del gobernador Martín Llaryora a la ciudad.
Pero en el PJ hay más de una decena de aspirantes al sillón de Mójica, entre los que figura Adriana Nazario, expareja del exgobernador fallecido, José Manuel de la Sota, exlegisladora y exsecretaria municipal (durante el gobierno de Alberto Cantero). Según trascendidos, en una reciente reunión en el partido de la avenida España, dirigentes gremiales reclamaron infructuosamente saber quiénes y cuándo habían ungido al precandidato que lleva el sello de Hacemos por Córdoba en sus carteles.
Se dice que Llaryora reclama que el candidato surja del consenso, pero los últimos movimientos en el Centro Cívico y los cruces de acusaciones, incluso por los medios, “pueden comenzar a generar anticuerpos”. Hay quienes no descartan que el gobernador impulse “a uno conocido, del que nadie habla”, y que eventualmente le sería “más fiel”. Otros aseguran que “él ya se descartó”.
Mientras, hay precandidatos que han pintado murales, están lanzados en redes y no están dispuestos a bajarse. Exigen interna. Desde el oficialismo, deslizan que “tienen un nivel de desconocimiento superior al 60%”.
En el radicalismo, la indefinición del PJ es vista con los mejores ojos. En septiembre del 2023, Gonzalo Parodi dio el batacazo y le ganó la interna por la intendencia a Gabriel Abrile (apoyado por los sectores radicales más tradicionales) y a Gonzalo Luján (exdirigente del Pami). Empleados municipales confían dirigentes del PJ que les recomendaron votar por Parodi, “porque era el más fácil para ganarle después”. Los seguidores de Parodi no le aflojan al “trabajo barrial”.
“La situación nuestra es muy buena, pero no nos confiamos. En el PJ están como estuvimos nosotros en el último gobierno de Juan Jure, con muchísimos candidatos y la ciudad estallada. Nosotros teníamos quejas por los pozos, porque no paraba de llover; ellos, por la inseguridad”, reflexionó un dirigente radical.
SUMA Y SIGUE
Mientras Parodi intenta sumar organizaciones sociales y dirigentes de renombre, Nazario recorre a paso firme instituciones y empresas. No se descarta que, si no hay acuerdo, pueda ir con un sello diferente. “Siempre midió bien, pero esta es la primera vez que ella quiere ser intendente”, opinó un profundo conocedor del peronismo.
En las últimas horas, su principal operador, Franco Miranda, admitió a FM Gospel que “entre Nazario y LLaryora no hay diálogo”. “Adriana se dedicó a trabajar en los aspectos de la ciudad. El diálogo vendrá con el tiempo, hoy no hay por una cuestión circunstancial (…) Adriana es la persona mejor preparada para afrontar los tiempos que vienen”, proclamó.
“Ellos dicen que mide tan bien que están inflexibles, pero De Rivas está creciendo. Se están tendiendo puentes. Creo que vamos a llegar unidos. Para Llaryora, es fundamental esta elección”, dijo un allegado al oficialismo.
En tanto, hay dudas en torno a si la Libertad Avanza presentará un postulante y con qué aliados. Hay quienes aseguran que Abrile sigue siendo uno de los dirigentes que mejor mide en la ciudad y “fue tentado por el mileismo y el macrismo”. Radicales deslizan que, como ya fue precandidato en una interna, “por ordenanza no se podría presentar”.
Por LLA también se habla de ofrecimientos a dirigentes ruralistas y empresarios ligados a la agroindustria, aunque el entusiasmo por las candidaturas está atado a la performance del nuevo gobierno.
Las consultoras de Río Cuarto que lograron resultados muy acertados en las elecciones nacionales y provinciales aseguran que aún no han medido la opinión pública local, que están esperando definiciones de candidaturas.
Pero las fuerzas en pugna están escrutando día a día la intención de voto. A nadie se le escapa que los guarismos forman parte de operaciones y negociaciones. Está en juego una gran porción de poder: el gobierno de la segunda ciudad de la provincia.
Además, preocupan las lecturas políticas que se harán de los resultados de Río Cuarto. Todos saben que se avecinan tiempos cruciales en el país. Aunque se esmeren por acomodar sus piezas, la crisis nacional no deja de tomar envión para patear el tablero
LA VOZ