El Concejo Deliberante de Neuquén le dio despacho a una iniciativa para gravar las ventas con un 4,5%. Buscan reparar el agujero que hizo Javier Milei en el financiamiento del sistema COLE.
“Si se pone un impuesto universal no hay problemas, pero si no es en todos los municipios lo que va a pasar es que la gente va a cargar en los lugares sin impuesto porque serán más baratos los combustibles”, planteó el presidente de la Cámara de Estacioneros.
Pirri también expuso sus dudas respecto al costo administrativo que tendría para los estacioneros la aplicación de otro gravamen impositivo a los combustibles, esta vez recaudado y administrado por los Estados municipales.
El combustible tiene un impuesto nacional que se debía destinar al Fondo Compensador del Transporte, pero el Presidente decidió no girar más los fondos que sigue recaudando porque el tributo no se derogó.
“Para la administración de una estación es un trabajo administrativo extra retener dinero en concepto de impuestos y luego pagarle al Estado, en este caso tenemos que analizar cuáles serían los efectos de una tasa municipal sobre la estructura administrativa de las estaciones”, avisó el titular de la entidad de los estacioneros.
El origen de la nueva tasa
El intendente Mariano Gaido decidió avanzar en la tasa a los combustibles en el marco de la retención dispuesta por el gobierno nacional sobre el Fondo Compensador del Transporte.
Para no pasar a la tarifa plana el costo del recorte que hizo Javier Milei, el Ejecutivo municipal decidió copiar la vía que otros grandes municipios del país ya tomaron. Por ejemplo, Rosario, Córdoba y Mar del Plata recaudan por la venta de combustibles en sus ciudades.
La estimación del gobierno municipal es que el boleto tendría que cobrarse a 2200 pesos si no se compensa el recorte de Milei