Una encuesta de la consultora CB midió, con un margen de muestreos, cómo ve la sociedad a los mandatarios provinciales, pero también al presidente de la Nación y a los intendentes de las capitales del país. Los detalles de los datos y el sube y baja de algunos casos, respecto a diciembre.
Abocados al fuego de la gestión y con una vertiente política dedicada a intuir qué pasará en la relación porosa con el Gobierno de Javier Milei, algunos gobernadores del país dan sus primeros pasos al frente del Poder Ejecutivo provincial, tras haber salido triunfantes en las elecciones del maratónico 2023. En esa instancia y en paralelo, intentan interpretar a la sociedad que los apoyó masivamente hace unos meses.
El armado del gabinete y la herencia que recibieron fueron ejes centrales en los primeros días, pero febrero se presenta como un mes que pone a prueba a las administraciones: las esperadas paritarias se cuelan como punto central en la agenda y un porcentaje de la confianza a las gestiones pasa siempre por lo económico.
En este contexto, un informe de la consultora de opinión pública CB midió, en febrero, la imagen positiva y negativa del presidente de la Nación, de todos los gobernadores del país y de los intendentes de las capitales de las provincias, a meses del inicio (o reinicio, en algunos casos) de gestión. Con muestreos que van de 300 personas a 1300, la consultora realizó un resumen de cómo está cada uno de los dirigentes políticos más importantes de la Argentina, en medio de la compleja coyuntura económica y social.
Vidal, el 13 de agosto, se impuso con más de 53 mil votos y casi no necesitó del resto de sublemas que le aportaron a su candidatura. Consolidado como dirigente político, con una carrera construida desde el sindicalismo petrolero (uno de los más fuertes de la provincia), el gobernador actual abrazó a todos los espacios políticos distanciados a Unión por la Patria -salvo un núcleo duro del radicalismo y la Izquierda-. Así, consolidó lo que en la previa todos daban por hecho: su enorme peso en Zona Norte, donde obtuvo más de 25 mil votos (casi la mitad de todos los que sacó). Ese voto de confianza que consiguió en agosto, hace que tenga margen en los primeros meses de la vertiginosa gestión y muestra que, según este informe, más del 50 por ciento lo sigue viendo con buenos ojos.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, ha tenido en el último tiempo, años inmejorables desde el punto de vista político y, principalmente, electoral. Electo diputado nacional en 2019, con apenas poco más de 30 años, el ascenso en su recorrido fue sin escalas: quedó primero en 2021 en su candidatura a senador por Juntos por el Cambio y construyó una base electoral que lo acompañó, también, el 31 de julio. Torres, de idéntica manera, lo sacó del poder al justicialismo en Chubut y, con 35 años, es el gobernador más joven del país.
Voz fuerte en la Patagonia y que toma relevancia nacional (hace seguido recorridas en los medios nacionales y marca cuestiones al Gobierno), el mandatario chubutense tiene una imagen positiva del 57,4 por ciento y creció más de dos puntos, desde la última medición. Está entre los ocho mejores vistos del país y su negatividad en casi 700 chubutenses, es poco más del 36 por ciento