150 Aniversario
«Gordo, bancate la pelusa», fue una de las tantas reflexiones que dejó la entrevista que quedará inmortalizada por darse en el marco del aniversario de Mar del Plata. Además, dejó mensajes para los vecinos y el arco político.
Guillermo Montenegro en charla con Gastón Triszczuk. Foto 0023.
El intendente Guillermo Montenegro en charla con el periodista Gastón Triszczuk. Foto 0223.
Por Redacción 0223
En el marco de los 150 años que cumple la ciudad este sábado 10 de febrero, el intendente Guillermo Montenegro no se guardó nada en una imperdible charla mano a mano con 0223. Desde los recuerdos «imborrables» de su infancia, hasta el fenómeno del movimiento «tenemos todo» y la marca «Mar del Plata». Obsesiones, presiones y deudas de la gestión tras su primer mandato y la dificultad de convivir con la «manta corta» que hace que la ciudad feliz y emprendedora, nunca cuente con la totalidad de los recursos necesarios para afrontar sus compromisos.
-Llegó el aniversario de Mar del Plata, cumple 150 jóvenes años. ¿Cuáles son las sensaciones del Intendente al que hoy eventualmente le toca transitar este momento histórico?
-Es raro porque trato de acordarme de algunas cosas de los 100 años. Yo estaba en cuarto o quinto grado, y tengo la foto del colegio, que a todos nos paraban con el cartel que decía «Quinto grado A, centenario del Mar de Plata». Circunstancialmente soy el Intendente de la ciudad, pero la verdad es que yo lo siento muy lindo. Y lo que se puede hacer en este festejo también habla del compromiso de los marplatenses. Porque hubo privados que se pusieron al hombro la posibilidad de realizarlo, porque hay una situación compleja como para poder afrontarlo presupuestariamente. Eso también habla del compromiso de los marplatenses, de los empresarios. De todos, porque te llamaban todos, el que te hace helado dice «yo hago el helado 150», el que hace salamines, el alfajor, el gin. Todos quieren participar, y desde el lugar más chico al más grande. Entonces eso te da mucho orgullo. Yo básicamente lo que quiero es guardar todo para poder dárselo a mis hijos. Es decir, el día de mañana, no porque era el Intendente, sino por decir «esta es parte de la historia de tu ciudad, de cómo los marplatenses lo vivieron». Y también vamos a tener mucho más registro, porque ahora estamos rescatando alguna foto de alguno y la mamá de alguno que tenía otras imágenes. Pero esto, me parece, que nos toca en un momento también de que está bueno poder disfrutar, juntarnos y que vengan. Mar del Plata tiene esta cosa maravillosa que todos los argentinos tienen un pedazo de Mar del Plata. O por un recuerdo, por una historia, por una anécdota. Entonces venir, recrearla, participarla. Decir «así era», «así es». Yo creo que es un buen momento para disfrutar no solamente nosotros y mostrar lo que somos, sino también que vengan todos los que disfrutaron alguna vez en nuestra ciudad a participar.
-Siempre se dice que Mar del Plata es la mejor ciudad del país, se creó incluso el movimiento #TenemosTodo ¿Es realmente así?
-Y yo soy subjetivo, para mí sí, y tengo datos objetivos, pero para mí no hay ninguna ciudad más linda en el mundo. «La ciudad más linda de Argentina», dicen. «No, del mundo», digo yo. Pero no solamente por lo que es desde lo geográfico, por la costa, por la laguna, por la sierra, sino por los marplatenses. Una de las grandes decisiones que tomé con mi vuelta a la ciudad tenía que ver con mis afectos, con mi club, con mis amigos, mi compañero de colegio, y eso es maravilloso.
-¿Por qué elegir a Mar del Plata para pasar unos días de descanso, de vacaciones, o incluso para invertir?
-Los marplatenses y los que viven en la ciudad tienen una cuota de empuje, solidaridad, que es parte de la historia. Cuando vos te vas al Parque Industrial y ves una fábrica enorme, decís: «Esto arrancó en un garage». Y te diría el 100% de las empresas que hoy están, que llenaron el parque en estos últimos cuatro años, y que ya nos quedó chico, es eso. Es parte del empuje y la solidaridad, y ver al otro. Lo maravilloso que tiene nuestra ciudad no es solamente la cara bonita, como dicen muchas veces «el turismo». No, es lo que significa todo. Para mí es un orgullo desde ese lugar. Y sobre todo la pertenencia que tenemos los marplatenses. Yo estoy orgulloso de ser marplatense. Y así lo transmito. Para mí primero está Mar del Plata, segundo está Mar del Plata, y tercero está Mar del Plata. Me buscás a otro lugar y por ahí me voy a Santiago del Estero, por mi vieja, que me llevaba ahí, pero primero siempre, Mar del Plata.
Guillermo Montenegro en charla con Gastón Triszczuk. Foto 0023.
Guillermo Montenegro en charla con Gastón Triszczuk. Foto 0023.
-Que Mar del Plata sea una las ciudades más elegidas, por turismo o bien para traer inversiones, ¿Se consigue por inercia, por historia, o requiere una presencia en este orden y acciones tanto del Estado como del privado?
-Mira, yo creo que es un poco de todo, pero sí hay una apuesta muy importante desde el Estado para que al privado le sea fácil. En esto de decir «quiero instalar un negocio», «quiero instalar una empresa», «quiero instalar un kiosco», «quiero hacer un evento», «quiero hacer una carrera de motos», «quiero hacer un festejo en la playa». ¿Por qué sí? ¿Es para divertirse? No, esto genera laburo. Cuando vos tomás la decisión de generar una nocturnidad cuidada, es laburo. Ahora vos tenés que el rango de edad de la gente que vino este último verano a Mar del Plata bajó y mucho, y si baja eso, eso le va a generar esa parte de la historia, esta parte del encuentro, de la anécdota, y que va a venir más adelante, y va a venir con los hijos. Entonces, esto me parece que es espectacular. Uno cuando se pone 50 años para atrás, yo tenía amigos que eran de verano, o sea, venían cuatro meses, que te escribían una carta por correo, decía «llego los primeros días de diciembre», y vos sabías que estaba diciembre, enero, febrero y marzo, y era tu amigo de ir a jugar al fútbol, ir a la plaza, andar en bicicleta, y eso hoy cambió. Y en esa época yo tenía compañeros míos de colegio que la familia laburaba cuatro meses. En esos cuatro meses era cuatro meses, 24 horas. La pizzería, el restaurante, el hotel familiar, era un laburo. Hoy eso cambió. Vos ya no tenés gente que te venga tres meses, dos meses. Después pasó a un mes, después pasó a 15 días, y ahora cambió, y Mar del Plata dejó de ser una ciudad solamente con turismo. Cuando yo era pibe decía, la industria, y hoy es la principal ciudad industrial de la provincia de Buenos Aires, hoy es el primer o segundo cordón frutihortícola de Argentina. Era la pesca y el turismo. Digamos, las dos cosas fueron hoy. La pesca con motor importante de nuestra región, no solamente nuestra ciudad, pero vos ves también lo que es la tecnología, y el parque industrial que te quedó chico, y las industrias cómo van creciendo, y cómo siguen apostando, y cómo siguen invirtiendo. Creo que tiene que ver mucho por esto, la facilidad que le genera, que le generamos nosotros permanentemente, pero también por lo que es Mar del Plata. Si yo tengo que instalarme en una ciudad y veo Mar del Plata, vengo corriendo. «Vos vendés Mar del Plata permanentemente», me dicen mis amigos. Y digo «no, yo estoy tratando de que vos vivas mejor». Es al revés, te estoy haciendo un favor. Vos tenés que venir acá para darte cuenta de lo que es vivir, y la calidad de vida, y cómo parte de nosotros es saludarnos todos. Vos vas por la calle y vas a los cabezazos con todo el mundo y que si a uno se le pichó la goma del auto parás. Eso es parte de nuestro ADN.
-Trazando un balance, si se quiere utilizar esta palabra, o incluso haciendo una crítica constructiva, ¿Qué le falta a Mar del Plata? Y hago la pregunta extensiva a infraestructura, a cuestiones íntegramente de gestión pública, empresarial, e incluso a lo que nos involucra a los ciudadanos de a pie.
-Yo creo que nosotros somos muy solidarios y tenemos que acrecentarlo. Y estos son momentos de reflexión para ver cómo ayudar al otro para que esto sea mejor. Desde la recolección de residuos, desde el consumo del agua. Esto es parte de ser un todo. Nosotros tenemos mucho orgullo de ser marplatenses. Creo que en esto del cuidado del ambiente tenemos que aprovechar esa solidaridad que tenemos y plantearla entre todos para mejorar nuestro lugar. Desde lo público tenemos una Universidad maravillosa. Cómo nosotros generamos que el que eligió un oficio o carrera, si decide irse es porque decidió irse y no porque no encontró qué hacer. Mi mayor obsesión es que los más jóvenes no quieran irse. Y si quieren irse es porque creen que se van a desarrollar en otro lado. Pero esta ciudad te da la oportunidad. En lo que es infraestructura tengo claro que tengo una deuda en lo que es el asfalto, sería necio si digo que no. Lo pensamos loa trabajamos, tenemos claro que arreglar todo es una ruta a salta ida y vuelta y que la envergadura que tiene General Pueyrredon es siete veces y medio Capital Federal, son 1420 Km2. Pero hay que planificarlo porque creo que nos van a seguir eligiendo más porque es imposible que no te enamores de esta ciudad. El que tiene la decisión de venir a retirarse no viene a morir, viene a vivir bien los años que le queden.
Por otro lado, gente que ha dicho que quiere vivir en un lugar mejor, con mejor calidad de vida para su familia, para esto que para nosotros es muy común y que casi había olvidado cuando estuve viviendo afuera, de decir «en 20 minutos nos juntamos con los muchachos, y aunque sea paso 20 minutos, y después tengo tiempo de seguir laburando o haciendo otras cosas». Eso en otro lugar lo perdés. Acá el chat de compañeros de colegio alguien dice «che, a las 19 nos juntamos» y dos o tres aparecen, y otro dice «aunque sea paso y saludo». Eso para mí tiene un valor y sobre todo cuando, objetivamente, te vas poniendo más viejo. Eso es parte también de lo que yo quiero para mi vida. Tengo claro que tengo una responsabilidad que es ser el Intendente de la ciudad, con trabajar muy duro, tengo una responsabilidad como padre, como esposo, porque también tengo una responsabilidad con mi vida, porque mis afectos son importantes y es lo que me nutre de energía para seguir haciendo cosas. Y la calidad de vida que tenemos en esta ciudad no la encontré ni la veo en ningún lugar.
-¿Es más complejo de lo que pensaba ser intendente de Mar del Plata, Batán, Sierra de los Padres?
-Tedioso no es. A mí no me pusieron una pistola en la cabeza para ser intendente. Yo tengo claro que lo elegí, trabajé para hacerlo en su momento, trabajé para la reelección y es una responsabilidad que pesa porque tengo un nivel de ansiedad que quiero que salga todo bien y rápido, y tener las mejores decisiones pero a veces no depende de uno y genera angustia. Yo sigo siendo el mismo «gordo» Montenegro de la Escuela 1, no cambié. Pero la responsabilidad de agarrar Colón, o ir para Batán, o para Sierras, y pensar «sos el Intendente de Mar del Plata», primero me llena de orgullo porque es espectacular, pero también digo «qué responsabilidad» y a veces asusta, en el buen sentido de la palabra. Sos consciente, te tienen que doler los problemas de los vecinos, cuando algo no sale bien tenés que sentirlo. Porque no es solo para la foto. Tenés que reirte, llorar, sufrir, es parte de lo que tiene que ver con ser el intendente de mi ciudad que no es tedioso, pero hay veces que la responsabilidad pesa. Y tengo la suerte de tener un equipo de laburo, vecinos maravillosos, una famialia que me acompaña pero a veces necesitás buscar un lugarcito de que te escuchen un poco.
-Por lo general en Argentina tenemos la tendencia de estar permanentemente buscando un héroe o una heroína, si lo bajamos a General Pueyrredon, ¿Uno solo puede? ¿O se necesita equipo?
-Solo no hacés nada. Pero en la vida eh. Uno siempre tiene que pensar en trabajar en equipo, en una empresa, un kiosco, una heladería. Es imposible pensar que vas a solucionar algo solo. Tuve laburos de soledad: fui fiscal y juez federal. Cuando te hablan de la soledad del juez, es soledad de tomar la decisión. Pero para que las cosas ocurran estaba el pibe de mesa de entrada, el que sacaba fotocopias, etcétera. Porque si el equipo no funcionaba, y el que atendía al público atendía mal, el juzgado era malísimo. Siempre fue clave el laburo en equipo, y no sentirte ni más ni menos. Sos parte de un eslabón, que te toca ser la cabeza un rato pero la responsabilidad es la de tomar decisiones. Solo no existís. Lo tengo claro en la vida y en esto trato de hacer lo mismo. Y ese equipo no es el de Gobierno, son los vecinos. Nadie conoce mejor su cuadra que el que vive en esa cuadra, y te va a plantear el problema y también la solución. Escuchar, en esto, es clave. En todo en realidad, pero en esto, para mí, fue lo que más aprendí.
-Tenemos todo, pero siempre aparece el límite de los recursos coparticipables de Provincia y Nación. ¿Hasta dónde podemos con todo lo que tenemos y generamos en Mar del Plata y cuál es nuestro límite?
-Nosotros aportamos más de lo que recibimos, ese es el primer limitante, que no es de mi gobierno sino histórico. Tiene que haber alguna equidad que mejore lo que recibe Mar el Plata, no tengo duda. Hay que seguir discutiéndolo para que cambie porque aportás tres y te llevás uno. Entiendo que hay que ser solidario pero también entiendo que las necesidades que tiene esta ciudad hay que cubrirlas de maneras distintas. En eso voy a estar siempre, no importa quién gobierne en provincia o nación. Siempre voy a reclamar lo que corresponde al vecino y esto no tiene que ver con la política partidaria. Yo tengo una responsabilidad y la voy a llevar adelante. Pero tiene que haber modificaciones en lo presupuestario. Un ejemplo es el transporte, que incluya a Mar del Plata en todo el interior de la Argentina. No hay una razón objetiva que vos digas por qué el subsidio en el transporte el 85% es en Caba y Amba, y el 15% en el resto del país. Porque te sale el bondi $500 en una provincia y $70 en Caba y Amba. Esto está mal, no es que estamos en lugares distintos. Eso tiene que ver con que no se mira al interior. Las decisiones que se toman en Caba y Amba no entienden las economías regionales. Hay que entender que cada región tiene su problemática, cada provincia tiene su problemática. No es lo mismo cuando hablás de la pesca en Mar del Plata, que fue uno de los planteos que hicimos, que tenía que ver no con ir en contra de una medida, sino cómo te ayuda a tomar una mejor decisión, y esto es mejor para la Argentina, no solamente para Mar del Plata. Ahí lo importante fue el diálogo y la escucha, no es sólo porque me afecta a mí que no lo quiero. Yo creo que se puede hacer mejor sin que afecte a Mar del Plata, y va a recaudar más el gobierno nacional, y es el trabajo que tenemos que hacer quienes nos toca defender, en este caso puntual, a una región porque acá no tiene que ver sólo con Mar del Plata. Acá se descarga el 50% de la pesca del mar argentino. Son 30 mil puestos de laburo. Si me voy a descargar a un puerto extranjero me voy a evitar la exportación y eso es ingreso de divisas a la Argentina. Pero explicarlo de ese lugar, desde el diálogo. Eso es una responsabilidad que tengo claro que asumo como Intendente de mi ciudad, no de un espacio político. Me voy a pelear con el que me tenga que pelear, y le voy a decir que están bien las cosas a quien las haga bien.
Guillermo Montenegro en charla con Gastón Triszczuk. Foto 0023.
Guillermo Montenegro en charla con Gastón Triszczuk. Foto 0023.
-Cerveza, gin, alfajores, helado, sweaters, seguramente me estoy olvidando de otros productos íntegramente marplatenses. Kiwi, por ejemplo, ¿Esto también es parte de la identidad marplatense?
-Lo que se ve es que no solo marplatenses, sino que industrias de otros lugares quieren venir a Mar del Plata. Yo me imagino en un futuro nuestros productos en el mundo. Tener la posibilidad de que Mar del Plata se supere a sí misma. Vos vas a un lugar y ves algo marplatense, nosotros los marplatenses sacamos 15 fotos y decís «mirá, estamos acá». Queremos que haya más cosas, un vino de Costa y Pampa que esté en algún lugar, y el helado, y Cabrales y Havanna si abren en otro lado, y vos sentís que sos el dueño, lo cual no es verdad pero si ataja el «Dibu» pensás que estás en el arco. Los marplatenses sentimos eso y terminamos viendo fútbol inglés porque ataja el «Dibu». Es parte del sentido de pertenencia que tenemos los marplatenses con nuestra ciudad.
-¿Algún recuerdo que tenga presente de algo que vivió en Mar del Plata? De la infancia, por ejemplo.
-Tengo recuerdos muy marcados. Uno es la Catedral, porque íbamos los domingos a la misa de las 11. Mi vieja nos cambiaba, nos ponía la pilcha para ir a la catedral y entrábamos por la puerta de Mitre. Yo corría, mi vieja me retaba por correr en la catedral. Después nos íbamos a comer algo a un club que quedaba a una cuadra, y después a la tarde a Camet. Y después una plaza: Mitre, porque ahí aprendí a andar en bicicleta. Me viejo me tiraba y ponía cara de que no me conocía por si chocaba a alguien. Y la Base, porque el viejo era submarinista y parte de mi infancia fue dentro de la base. Mis fotos de chico, más allá de que encontré la del día que me bautizaron en la Catedral, que tenía un mes, es a los cuatro o cinco años, con mi hermana en la base. En esa época velabas un rollo y te mataban porque era caro el rollo, era caro revelarlo, era todo una ceremonia la foto. Mi vieja guardó varias y, por suerte, mi hermana es más prolija entonces me va mandando las fotos pero a mí Camet, la Catedral, la Plaza Mitre y la Base Naval son lugares importantes. Y después mis colegios, la Escuela 1 y el Peralta. El patio del Peralta Ramos, para todos los que fuimos ahí jugar a la pelota en ese patio era como nuestro lugar. Los curas, como le decíamos nosotros a los hermanos, nos abrían las puertas sábados y domingos para que vayamos a jugar a la pelota. Íbamos un rato de monaguillos a la misa y después seguíamos jugando a la pelota. Eso es algo que yo recuerdo mucho y que nos acordamos ahora que nos vamos poniendo viejos y melancólicos.
-Por último, Intendente, ¿Cuál es el plan para este sábado, 10 de febrero, cumpleaños de Mar del Plata?
-Voy a participar de todo lo que pueda, de todo lo que me dé el físico. Estas son las cosas que nos van a quedar. Y vamos a tener oportunidades de guardar imágenes más fácil que en ese momento. Tratar de que participen los más chicos y los más grandes, sobre todo para que tengan el recuerdo. Esto tiene que ver con el esfuerzo que hicieron los marplatenses para tener la ciudad que tenemos y tener este posicionamiento a nivel mundial