“La experiencia de las ‘cuasimonedas’ fue traumática en los 90”

LO SOSTIENE EL LICENCIADO EN ECONOMÍA Y DOCENTE INVESTIGADOR DE LA UNCA, MARCELO ALTAMIRANO

El gobernador Ricardo Quintela avanza en La Rioja con la iniciativa de emitir “bonos” o “cuasimonedas”, una medida para paliar la caída de recursos económicos que la provincia vecina -y en general todos los distritos- y hacer frente a diversos compromisos. La experiencia de la emisión de monedas alternativas no es nueva, la última experiencia se vivió en nuestro país como una consecuencia negativa de lo que fue el plan de “convertibilidad” que signó la presidencia de Carlos Menem con Domingo Cavallo al frente de la cartera de Economía, y que terminó en la histórica crisis del 2001, en el fallido gobierno de Fernando De la Rúa, donde también el ministro económico era Cavallo.

Para conocer más de las consecuencias que pudiera tener la iniciativa de la provincia vecina, El Esquiú.com entrevistó al Licenciado en Economía y docente investigador de la Universidad Nacional de Catamarca, Marcelo Altamirano:

– El gobernador Ricardo Quintela de La Rioja avanza con la idea de crear “cuasimonedas”, una experiencia que en el país se vivió en los años 90, como consecuencia de la convertibilidad. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias para una provincia como La Rioja, que tiene similitudes con la provincia de Catamarca, en su economía?

– Primero, es bueno aclarar que ningún Estado Provincial de nuestro país, salvo la provincia de Buenos Aires, puede emitir moneda de curso generalizado, por decirlo de una manera simple.

Luego, es importante decir que el concepto de “cuasimoneda” es al menos poco preciso para definir a estos bonos emitidos con la intención elevar los ingresos de los empleados públicos de La Rioja en este caso; habría que conocer con mayor precisión cuál es el alcance de esta acción en términos jurídicos y transaccionales. Por ejemplo: los bonos de este tipo deben tener un respaldo y una fecha de rescate, dos datos que son cruciales para estimar el grado de confianza que tendrán los agentes económicos y la posible velocidad de circulación.

Las condiciones hoy no son del todo similares a las que operaban en la experiencia más reciente de las cuasimonedas en nuestro país, pero esa experiencia fue traumática para varios agentes de la economía, pues cuando todo se complica en 2001, se habían impreso alrededor de 8.200 millones de pesos (que arrancaron con una paridad un peso = un dólar) y eso representaba cerca del 25% de la base monetaria. La salida de esa situación fue gravosa para el Estado Nacional, que las rescató a valor nominal y resultó en una fuerte ganancia para quienes al final del período se quedaban con esos bonos al 30% de su valor.

Para saber las posibles consecuencias para la vecina provincia, habría que ver cuál es el estado real de las finanzas públicas riojanas y el grado de dependencia de La Rioja respecto de las provincias proveedoras de bienes y servicios. Me parece una medida tal vez un poco apresurada y demasiado solitaria.

– ¿Podría afectar a nuestra provincia una medida así tomada en La Rioja?

– Enganchada con parte a la pregunta anterior, opino que La Rioja y Catamarca se parecen a simple vista, pero déjeme decirle un par de detalles: tienen una población similar en cantidad pero con una dinámica demográfica interna bastante diferente; tienen estructuras productivas similares, pero diferentes dinámicas económicas de reproducción y estructuras de costos; en ambas existe un sector público muy fuerte, pero con mecanismos de autonomía municipal un tanto diferentes. En lo que sí se parecen mucho es que ambas son provincias de escaso desarrollo relativo y por lo tanto importadoras netas de bienes y servicios desde provincias con mayor capacidad, fundamentalmente Córdoba.

El efecto en nuestra provincia, de esta situación, dependerá del grado de relaciones de negocios, pero en el muy corto plazo será un fenómeno muy local, muy riojano diría, insisto en que no queda aún muy claro el alcance jurídico y económico de la emisión de esos bonos.

– Teniendo en cuenta que la justificación de Quintela es la caída de recursos coparticipables que se experimentó en los últimos meses, situación que afecta también a Catamarca, ¿es posible que haya una medida similar aquí?

– En efecto, la caída de los recursos coparticipables no solo por la causa “Ganancias” sino fundamentalmente por la caída en la actividad económica vía reducción de la obra pública, la aceleración de los precios y la estrategia nacional de sacar pesos de circulación, va a afectar a todos los estados provinciales más temprano que tarde y en mayor o menor medida.

En el caso de nuestra provincia, es probable que no sea tan acelerado ni de tanta profundidad como parece serlo para nuestros vecinos, todo dependerá de la virulencia con que se expandan los efectos de la recesión económica; el manejo de las finanzas públicas ha sido bastante prolijo y podrá al menos durante el trimestre actual mantener programas de financiamiento para la compra de bienes de la canasta básica, junto a un nivel de salarios públicos que por ahora alcanzan y si los ingresos provenientes de la minería continúan al igual que algunos originados en el turismo, estos podrían ayudar a amortiguar efectos.

Sin embargo, el proceso de aumentos tarifarios previsto y la posibilidad de una nueva devaluación podrían acelerar todo, el nivel de incertidumbre es muy alto, al punto de que cuando ustedes publiquen este reportaje quizá ya todo haya cambiado, los dólares financieros se disparen y la devaluación prevista para febrero – marzo sea instrumentada antes y a las apuradas.

Cabe sí una última reflexión en este sentido: la emisión de medios de pago alternativos a la moneda nacional en nuestra provincia tiene también un antecedente más lejano en los Esquiú (monedas de plata y oro) que merece ser analizado como mecanismo, si en algún caso el Estado local deba recurrir a un financiamiento adicional.

– ¿Qué diferencias habría con la experiencia de los años 90, cuando cada provincia debía acudir a la emisión de esos bonos?

– Las diferencias son muchas y diversas: las condiciones estructurales de la economía y de la distribución del ingreso; las condiciones sociológicas de la población y los mecanismos de comunicación entre personas; el contexto internacional, etc., configuran hoy un escenario mucho más complejo que en aquel entonces.

Esto, a mi criterio, pone en jaque tanto las herramientas como las soluciones que estas pueden aportar. Es un momento histórico muy complejo que obliga a nuevos cuerpos teóricos de análisis. Lo que quiero decir es que los instrumentos que se usan para resolver las cuestiones financieras en general resultan insuficientes y los economistas parecen aferrarse a ellos casi sin argumentos plausibles.

– Tiempo, atrás el gobernador Jalil habló de crear una moneda virtual catamarqueña. ¿Las condiciones económicas permitirían o harían necesario retomar ese proyecto?

Me parece que, si bien está dentro del mundo financiero, la aparición de monedas virtuales emitidas por los Estados abarca conceptos más amplios que la emisión de bonos para resolver la escasez temporal de fondos.

En este caso se trataría de monedas y no de cuasimonedas, eso hace que la cuestión sea mucho más compleja y las implicancias podrían ser absolutamente diferentes.

Por ahora las “cripto” son tratadas como derivados financieros y la experiencia reciente en Catamarca no es la más feliz en torno a los esquemas ponzi en los que la actividad especulativa derivó, pero esa experiencia sí demostró la existencia de un posible mercado de capitales local y regional.

China y EE. UU. ya han puesto en marcha sus monedas virtuales y todas las miradas están dirigidas a ellos para ver qué pasa.

EL ESQUIÚ

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