El balotaje marca dos modelos bien distintos de desarrollo energético. El rol de YPF, qué va a pasar con Vaca Muerta y el futuro de las tarifas.
El modelo de Massa
Sergio Massa le otorga al Estado un rol clave en la planificación y la puesta en marcha de proyectos. Con YPF como gran herramienta, busca dar un salto exportador a partir del avance de los proyectos Vaca Muerta Sur, el offshore y el acuerdo con Petronas por el GNL.
Del mismo modo, el Estado coordinaría las obras más urgentes tanto en transporte de gas como de electricidad, como la reversión del Gasoducto Norte. Se trata de un punto de gran incertidumbre, porque no está claro que la industria pueda autofinanciar este tipo de obras con una macroeconomía tan desordenada.
En materia de tarifas y combustibles, Massa encararía un proceso de normalización de precios, pero de una forma mucho más gradual. Su gran apuesta es poder bajar los costos del sistema eléctrico y gasífero a partir de la sustitución de importaciones y así reducir el pago de subsidios.
Por el lado de las naftas, confía en que las obras de ampliación del parque refinador de YPF puedan autoabastecer a la petrolera de bandera, evitando los complejos procesos de importación como se manifestó en el reciente faltante de naftas. Sin la necesidad de comprar combustible importado más caro y con la moneda de cambio del incentivo exportador, la apuesta es poder acotar los márgenes de ganancia en la plaza local.
El León privatizador
En cambio, Javier Milei busca reducir al Estado a su mínima expresión. Está convencido que la obra pública es un canal que promueve la corrupción y, por lo tanto, hay que dejar que sea manejada exclusivamente por los privados. El interrogante es qué pasa con aquellas obras necesarias para el sistema que los privados no quieren realizar o por falta de financiamiento, interés o seguridad jurídica.
Respecto a YPF, el libertario aclaró en muchas oportunidades su deseo de privatizarla, “en una segunda etapa cuando recupere valor”. No obstante, desde un primer momento le quitaría todas aquellas unidades de negocios no redituables como Y-TEC, YPF Litio o YPF Solar.
En materia de tarifas, sostiene que hay que eliminar los subsidios salvo para aquellas familias que estén en los menores deciles de ingresos. De todas maneras, en el último debate afirmó que recién aplicaría ese ajuste “cuando la economía se recupere”.
Para incentivar la exportación de hidrocarburos, propone eliminar las retenciones y aranceles, igualar los precios locales con los internacionales y reformar la regulación para quitar cualquier traba u obligación de abastecimiento prioritario al mercado local.
Finalmente, ambos candidatos dicen apoyar el impulso de las energías renovables con la curiosidad, en el caso de Milei, de rechazar la responsabilidad humana en el cambio climático. Aún así, como el precio de la energía renovable está por debajo del promedio del sistema, está a favor de su expansión si es que así lo desean los privados. Su Gobierno no haría otra cosa que desregular el mercado para que puedan acelerarse estas inversiones, sin la tracción de YPF Luz o el llamado a licitaciones públicas como sucede ahora.