Un trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario muestra las diferencias entre las políticas de incentivo que aplicó el país vecino, contra el freno para el crecimiento del agro que significaron en Argentina las retenciones.
En los últimos 20 años, el crecimiento de la superficie sembrada y los rindes de los principales cultivos argentinos no se reflejó en apoyo del Estado al momento de dar un salto productivo.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) comparó esta situación con Brasil y los números son apabullantes: mientras el Gobierno argentino se apropió del equivalente en pesos a U$S 200.000 millones del campo a partir de los derechos de exportación, las autoridades brasileñas aportaron casi la misma cifra: más de U$S 190.000 millones para impulsar a su campo.
Vale recordar que la brecha productiva entre ambos países se profundizó con el correr de los años. Desde finales de los 80′ hasta el año 2000, la producción promedio de soja, maíz y trigo en Brasil era un 60% más grande que la Argentina.
A finales de esa década, la tecnología e innovación incorporadas al agro argentino permitieron que la diferencia en la producción de granos sea menor al 20%.
En el balance final, la producción agrícola argentina ha marcado una tendencia descendente con relación a las cosechas en Brasil. Solo en la campaña 2021/22, la producción brasilera de estos tres cultivos ya era un 118% mayor a la argentina.
UNA CAMPAÑA HISTÓRICA
En este marco, la última cosecha récord brasileña, comparada con la histórica sequía en nuestro país, llevaron esta diferencia a un valor inédito: 353%.
Otro indicador: Argentina ha venido creciendo de manera sostenida, desde el promedio de la década del 90′ hasta el ciclo 2021/22, un 220%. Pero Brasil, en la misma comparación, lo hizo 340%.
¿SE PUEDE CRECER?
A partir del trabajo “Agrobioindustria, aportes para un país diferente” -elaborado por Roberto Bisang y Santiago Felice – se proyectó un escenario intermedio de cierre de brechas.
El informe concluyó que si se incorporan 6,5 millones de hectáeras y los rindes se amplian un 17%, la producción argentina puede crecer más de 44 millones de toneladas, considerando sólo soja, maíz y trigo.
A precios actuales, sería una ampliación de la producción valuada en US$ 16.200 millones por año. Pero este escenario solo permitiría llegar a la relación productiva que teníamos con Brasil hace 20 años.
“Más aún, con una producción de soja volviendo a acercarse a las 60 millones de toneladas, podemos reducir sustancialmente la capacidad ociosa de la industria oleaginosa argentina”, consideraron.
EL OBSTACULO DE LAS RETENCIONES
La bolsa rosarina tomó las cifras del 2022 para analizar las razones de esta brecha. En este punto, advirtieron que mientras el Estado nacional recaudó el equivalente en pesos a U$S 9.104 millones el año pasado, Brasil presentó su nuevo programa Plano Safra, que espera dar financiamiento a los productores por más de US$ 76.000 millones.
“La ausencia de derechos de exportación y el financiamiento productivo en Brasil, al impulsar el apoyo neto positivo, permiten la incorporación de tecnología y la ampliación de área que ha tenido lugar en nuestro principal socio comercial, lo que lleva a los resultados productivos que hoy estamos viendo”, remarcaron.
La BCR señaló que, para revertir esta situación, se requiere un paquete legislativo que incluya la sanción de una nueva ley de semillas y políticas que reduzcan la presión fiscal hacia el agro.
“La reducción de los derechos de exportación se hace fundamental para profundizar este camino y permitirnos aprovechar al máximo el potencial agroindustrial argentino”, concluyeron.