Energía y desarrollo: esa es la clave

– Por Esteban Gallo

Cecilia Garibotti es la Subsecretaria de Planificación Energética de la Nación. Roberto Salvarezza es el presidente de YPF Y-TEC, la empresa de investigación y desarrollo para la industria energética más importante de la Argentina. Ambos, disertaron ayer en Camarones en el marco de una nueva jornada de AGENDA CHUBUT, organizado por el municipio de Camarones, la Fundación Patagonia Tercer Milenio y el Sindicato Regional de Luz y Fuerza.

El tema central del encuentro fue Energía y Desarrollo, que es uno de los grandes temas de las próximas décadas. Que se haya realizado en Camarones tiene mucho sentido. Su intendenta, Claudia Loyola, tiene una visión de futuro muy clara y entiende que, el desarrollo de su comunidad, está atado a un proyecto de planeamiento estratégico.


La próxima inauguración del interconectado eléctrico permitirá que Camarones desarrolle sus potencialidades al máximo, dejando atrás una etapa de grandes limitaciones productivas. Sin energía eléctrica no hay proyecto de desarrollo económico posible y tampoco una apropiada organización social.

El punto clave es reconocer que la energía es un bien estratégico, y que, en el marco de una integración planificada y de la mano de una interconexión eléctrica provincial y nacional, los pueblos pueden desarrollarse y las comunidades pueden crecer. Si los beneficios no se derraman en las comunidades, habremos quedado a mitad de camino. Las economías locales tienen que integrarse a las cadenas de valor que están asociadas al proceso de transición energética. Ese es el gran desafío.

Las actividades se trasladan hoy a Puerto Madryn, donde se abordarán dos temas relacionados con la transición energética: hidrógeno verde y litio.

Sobre la primera cuestión, se hablará de los potenciales actores de la cadena de valor, y de la repercusión que tendrá en la actividad industrial y en las empresas de servicio.

Hay una ventaja en relación al hidrógeno verde. Hay tiempo para proyectarlo, discutirlo y estudiarlo, sumando a todos los sectores de la sociedad que potencialmente pueden sumarse a esa gran cadena de valor que formará parte de los proyectos futuros.

Como en Rio Negro y apuntalados por la bendición de nuestros vientos, los chubutenses también debemos ser capaces de generar nuestros propios proyectos.

El otro tema es el litio y el desarrollo de las baterías de iones de litio que es una de las innovaciones más importantes de los últimos tiempos. Sin el desarrollo de ese producto, no habría ni autos eléctricos ni teléfonos inteligentes.

En pocos días quedará inaugurada en la ciudad de La Plata la primera planta de baterías de litio. Salta y Catamarca acaban de inaugurar la segunda planta comercial de carbonato de litio. La inversión es de 800 millones de dólares y creará más de mil empleos.

En el país, por ahora hay sólo dos empresas produciendo litio, pero hay ocho proyectos que están en exploración avanzada y en construcción. La Argentina podría pasar de exportar litio por US$ 200 millones a US$ 4.000 millones anuales en seis años.

En este contexto de descubrimiento, la pregunta que se impone es: ¿Hay posibilidades de encontrar litio en nuestra provincia? Algunos dicen que sí, y afirman que eso abriría excelentes oportunidades económicas para la región.

Imaginemos que nuestros suelos y rocas producen el recurso. Considerando la cuestión ambiental y lo sucedido en Chubut en los últimos tiempos. ¿Es posible imaginar un escenario en donde el tema se analice y debata?

Ha quedado expuesto de manera palmaria que la minería a gran escala en Chubut no tiene consenso social. Pero ese posicionamiento, que está fuera de toda discusión ¿abarca cualquier otro proyecto extractivo que se ponga arriba de la mesa? O alguna vez, nos permitiremos los chubutenses la posibilidad de escuchar, estudiar, analizar y debatir las propuestas de desarrollo que potencialmente se pueden generar en la provincia.

Algún pillo que escucha lo que quiere escuchar, saldrá a decir que estamos a favor de la exploración de litio en la provincia. Pero la cosa no pasa por ahí. Pasa por otro lado. Pasa por recuperar la capacidad de animarnos a hablar de todos los temas, y dejar de ver que todo es una amenaza y que hay fantasmas por todos lados. Si al final, nosotros somos los que decidimos. Como ha quedado claro, cada vez que no estamos de acuerdo con algo.

Diario Jornada

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