Cómo el gas de Vaca Muerta se incorpora el proyecto de Hidrógeno

La propuesta que impulsa el Gobierno nacional otorga los márgenes para el desarrollo del hidrógeno azul mediante la captura de carbono del gas natural.

El Gobierno fundamentó la inclusión del hidrógeno azul en la creciente disponibilidad del recurso que ofrece Vaca Muerta.
Por Ignacio Ortiz – io@primamultimedios.com
El abundante recurso de gas natural del no convencional de Vaca Muerta y el precio competitivo que alcanzó por productividad y eficiencia, presentan una oportunidad al desarrollo del hidrógeno azul en la estrategia de la transición energética. Así, este vector producido por reformado de gas natural con captura de emisiones aparece como una posibilidad cierta para posicionar al país como exportador de moléculas limpias en forma temprana mientras se desarrolla la cadena del hidrógeno producido por electrólisis utilizando renovables.

Los tipos de hidrógeno son definidos bajo un criterio tecnológico: verde y rosa corresponden a su producción a partir de electrólisis de agua de fuente de energía renovable y nuclear, y azul a partir del reformado de gas natural incluyendo una etapa de captura de carbono.

El Consorcio de Hidrógeno H2AR -integrado por 50 empresas en su mayoría del sector energético- destacó que el hidrógeno limpio producido a partir de reformado de gas natural con 90% de captura y almacenamiento de carbono, tiene el potencial de reducir el 66% de emisiones equivalente de CO2. Pero además, se resalta que en costos es posible alcanzar un H2 a partir del reformado de gas natural de 1,4 a 1,8 US$/kg, considerando precios de gas natural entre US$3 a US$5 por millón de BTU respectivamente, en tanto que se proyecta que el hidrógeno limpio producido por electrólisis renovable del agua pueda estar entre US$ 1,5 y US$ 1,6 por kilo en 2030.

Es así que en la elaboración del proyecto de Ley de Promoción de Hidrógeno Bajo en Emisiones de Carbono que el Gobierno nacional espera su tratamiento en el Congreso, se tuvieron en consideración los Lineamientos para la Transición Energética fijados por la Secretaría de Energía, el Acuerdo de París, las metas establecidas en la NDC y el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático. Es decir, que se utiliza el gas natural sólo como transición, en un sendero de reducción de su uso, y por ende los beneficios y exenciones fiscales previstos para la producción de hidrógeno azul son menores a los del hidrógeno verde.

Para el caso específico del hidrógeno azul, el proyecto prevé en primera instancia que la autoridad de aplicación defina en la reglamentación los estándares máximos de emisiones de gases de efecto invernadero por unidad producida para ser considerado como tal. Y luego que involucren la utilización o transformación de combustibles fósiles, en cuyo proceso productivo se incluyen una o más etapas de captura, y el almacenamiento o utilización de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en su obtención de manera de reducir su liberación a la atmósfera.

El Gobierno fundamentó la inclusión del hidrógeno azul -a pesar de su origen en combustibles fósiles- en primera instancia en las reservas disponibles de gas natural de producción no convencional en Argentina, en particular la creciente disponibilidad del recurso que ofrece Vaca Muerta. En este escenario, entendió que no puede desconocerse el hecho de que la capacidad productiva actual de hidrógeno gris tiene posibilidades de hacer una transición más fácilmente a hidrógeno azul que a cualquier otro tipo, a través de la utilización de la infraestructura existente y la introducción de procesos de captura y almacenamiento de carbono.

Así, al promocionar al hidrógeno azul se espera incidir en este proceso de transformación de hidrógeno gris por uno de bajas emisiones. Por lo tanto, el proyecto de ley propiciará la reducción de emisiones totales y sin que esto implique necesariamente un aumento de la demanda de gas natural para producción de hidrógeno.

La Secretaría de Energía se preocupó en explicar que el proyecto no fomenta un mayor uso sino por el contrario, constituye una herramienta para facilitar la transición de un método de producción con emisiones hacia otro de menores emisiones, permitiendo utilizar infraestructura ya existente. Un potencial incremento de hidrógeno azul por sobre la sustitución del hidrógeno gris podría ocurrir en función de la existencia de demanda para dicho producto. Además, el proyecto prevé el otorgamiento de mayores beneficios para los proyectos que pretendan producir hidrógeno verde o rosa que para aquellos que quieran producir hidrógeno azul.

Si bien se considera difícil poder estimar los cambios que pueden derivarse en el consumo de gas de la normativa, lo que se explica es que el proyecto de ley prevé beneficios para la producción de H2 azul y verde, pero no para el gris u otras formas de hidrógeno de fuentes fósiles sin captura de carbono. El despliegue o no de estos proyectos dependerá de la demanda.

La propuesta en análisis mejora la ecuación competitiva del H2 azul en relación con la generación actual de H2 gris, facilitando el tránsito a la descarbonización de la producción actual para usos industriales. Como para tomar dimensión del asunto, según datos del Reporte Anual 2021 H2 Ar, en 2019 en la Argentina se consumieron aproximadamente 395.000 ton/año (0,4 Mt) de hidrógeno, que representa el 9% de la producción en América Latina. Actualmente la producción de H2 se realiza por reformado de gas natural (SMR) sin captura, lo que se denomina H2 gris. La descarbonización de este sector implica incorporar tecnología de captura al proceso SMR, H2 azul.

En este escenario el consumo de gas natural no se modifica, solamente se realiza una adaptación tecnológica en la industria del reformado de gas natural que implica inversiones del orden del 50 % del capex instalado. La ley propone generar beneficios para financiar la descarbonización del H2 gris. Al respecto del H2 verde, cuyas emisiones asociadas son menores y sus costos asociados mayores, la ley genera mejores beneficios de manera tal de fomentar la penetración de las tecnologías asociadas a este vector limpio, en este caso las inversiones no se asocian con la industria del gas natural sino que van de la mano de la expansión de la generación eléctrica renovable, desalinización y electrólisis de agua.

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