En junio se definirá la candidatura de Bariloche y, también, la transición en Río Negro. La primacía oficialista está concentrada en la discusión por la sucesión barilochense.
La transición rionegrina tendrá formato definitivo con el trayecto del próximo mes, puntualmente cuando JSRN resuelva su postulación mayor para Bariloche en favor o en contra de la gobernadora Arabela Carreras.
El oficialismo está sumido en ese mundo, consciente que esa conclusión reorientará la parte final de la gestión provincial o, por el contrario, abrirá una fractura en la fuerza gubernamental.
Las finanzas no ofrecen ventajas para distracciones. El nivel de coparticipación federal ya no tiene aquellos ingresos excepcionales del año pasado. La suba interanual del trimestre llegó al 84%, muy inferior a la inflación.
No hay margen y, por eso, sorprendió cuando en abril el Gobierno comunicó del compromiso con la UOCRA para garantizar la ejecución de los planes federales de viviendas nunca iniciados, con anuncios desde el 2021.
El principal desentendimiento nacional, especialmente para los planes de Carreras, está en la dilación de la regulación de HIdrógeno Verde. Fortescue hizo trascender de que su prioridad de inversión regional variaba, trasladándola a su proyecto en Brasil frente al de Río Negro.
Las finanzas no ofrecen ventajas para distracciones y el nivel de la obra pública se acompleja. La Provincia avanzó y retrocedió en el inicio de los planes de viviendas demorados.
El ministro Sergio Massa no estuvo en el Foro HV de Bariloche y su secretaría de Energía, Flavia Royón repitió que el proyecto de ley será remitido “en los próximos días” a la Presidencia. Fue un testimonio reiterado aunque sirvió a Carreras, jubilosa por el Foro, para renovar su entusiasmo, después de un arranque de semana complicado, que se inició con la difusión periodística de las alteraciones en las preferencias de Fortescue.
Siguió el martes con un encuentro con el intendente Gustavo Gennuso por la sucesión barilochense, que es el presente atolladero de JSRN, a partir de la determinación de la gobernadora para postularse. Weretilneck fue categórico en su objeción y se corrió -por ahora- del debate, incluyendo su ausencia de la Provincia por descanso post-electoral. Antes convocó a internas y definió plazos, como que las postulaciones cerrarán el 12 de junio, dejando abierta una prórroga.
Carreras pretendía un natural apoyo partidario que no llegó y, resignada, intenta el “consenso” local, pedido por el presidente de JSRN y gobernador electo. Poco avanzó en el primer análisis con Gennuso, quien ostenta dos mandatos, que es un fuerte antecedente para la discontinuidad institucional de Bariloche.
El ingeniero nuclear se plantó en la pertenencia para su sector de la candidatura mayor de la ciudad. “Entonces, no vas a apoyarme”, insistió Carreras. Gennuso defendió “el derecho” por lo conseguido en ese territorio. A la intransigencia de él, ella respondió con otra: su negativa a participar de las fijadas “internas cerradas”. “Voy a presentarme por fuera”, lo alertó. Una advertencia, cada vez, menos silenciada por la mandataria.
El vínculo entre ellos siempre fue furtivo, faltaron reconocimientos mutuos. Tienen un rasgo común: ni uno ni otro tiene cerrado su futuro. La gobernadora deberá resolver su postulación y el jefe comunal prevé su participación en el gabinete de Weretilneck, quien no lo confirma en público, pero si le reservaría un lugar, que -posiblemente- sea el ministerio de Gobierno.
En la valoración arabelista, esa expectativa de Gennuso lo ubica en la funcionalidad de Weretilneck, quien aguarda, con una hegemonía interna -todavía- no desafiada.
Diario Río Negro