Inflación y dólar en Argentina: cómo hacen las empresas para llegar a fin de mes

¿Cómo hacen para llegar a fin de mes? La pregunta por lo general alcanza a los sectores asalariados o con ingresos fijos, pero raramente se traslada al mundo de las empresas.

Las pymes, las más afectadas por esta situación y el contexto inflacionario.
Sin embargo, la alta inflación, el aumento del costo financiero, los movimientos del dólar y las restricciones a las importaciones, entre otros factores, ponen a las Pyme y grandes organizaciones en dilemas parecidos.

Antes de entrar en el tema, hay que hacer una oportuna salvedad: no existen situaciones uniformes, el giro final depende estrechamente del rubro y de la actividad que se despliegue.

No atraviesa la misma situación una compañía de gran tamaño que es “cabeza de león” en el mercado, que un proveedor Pyme de esa misma empresa cuya evolución depende de las decisiones que adopte aquella.

Pero sí hay algo común a todas. “La mayor parte, nominalmente tienen una facturación récord pero, medida en moneda dura (dólar) en realidad la rentabilidad es inferior”, sostiene Daniel Montes, asesor de empresas cordobesas.

“Hay quienes están teniendo un colchón en pesos bastante interesante. Si el stock está bien, y la empresa va comprando y vendiendo, la rueda tiene menos radio de giro”, complementa Alberto Asensio, un “histórico” en el asesoramiento de empresas cordobesas.

Pero de cualquier manera la pregunta inicial acerca de cómo llegan a fin de mes se puede trasladar casi linealmente a todas. “Por ejemplo, toda compañía que tenga en su actividad algún insumo importado padece la misma fatiga, esto se viene agudizando día a día”, sostiene Pablo Michelini, contador y asesor de empresas.

“A los cambios bruscos los da la fragilidad de la realidad económica del país e influyen en la forma de llegar a fin de mes. Hay algunas firmas que si ven que no llegan, adoptan decisiones drásticas en la administración financiera, el funcionamiento de la logística o el manejo de los stocks; con el paso del tiempo, pueden no ser las mejores decisiones”, analiza Asensio.

ÍNFLACIÓN Y DÓLAR: CÓMO ES LA RECETA CLÁSICA

“El empresario argentino es un sobreviviente de contextos inflacionarios y de incertidumbre, y tiene ya un menú”, dice Montes.

¿En qué consiste esa “receta” que puede no ser la única? “En la medida de lo posible, en estirar la forma de pago a los proveedores, en reducir al mínimo las cuentas corrientes y plazos, en defender la liquidez, acumular stocks, buscar alternativas de financiamiento y achicar los presupuestos al mínimo”, agrega Montes.

Cuando los instrumentos de ese tablero de comando no están alineados, el primer inconveniente puede ser la dificultad en la entrega de mercadería, incumplimientos y, como resultado, un desequilibrio en el flujo de fondos. En las compañías de servicios, en tanto, emerge un deterioro en la calidad de lo convenido con el cliente.

Pero, para desentrañar el panorama, es conveniente ir por partes. Con el acceso al mercado único de cambios “encepado” la mirada se posa en otro lado.

El porcentaje de insumos importados para el desarrollo de la actividad es vital. Montes dice que es necesario “ver cuál es el porcentaje de insumos atados al dólar oficial y cuáles son aquellos componentes que pueden tener alguna referencia vinculada al aumento del dólar blue”.

“Cuando el dólar MEP o el Contado con Liquidación (CCL) se dispara, cruje toda la empresa, salvo que tengan un manejo muy marginal que en la actualidad no es tan fácil”, agrega Asensio.

Michelini convalida el concepto a partir del hecho de que el dólar oficial casi ha desaparecido de escena. “Todo está atado al MEP, muy poquito quedó ligado al mercado único que está muy acotado”, añadió.

Este profesional agregó que la decisión oficial del pasado 30 de marzo de prohibir la utilización en el giro de los pagos a cuenta de IVA y Ganancias y pasarlos para dentro de nueve meses sumó una grave complicación financiera. “Efecta más que nada a las grandes empresas que en definitiva son las formadoras de precios”, indicó Michelini.

Otra variable que se modificó drásticamente desde mitad del año pasado es la salarial. Su peso depende del sector económico. “Las que están más atadas al costo de los recursos humanos que a los insumos, como las empresas de servicios, pueden llegar a reducir sus plantas o a incentivar el home office”, comenta el consultor. En ese segmento, incluido el rubro tecnológico, hay casos donde una parte de los salarios se pagan en dólares.

COBRAR Y PILOTEAR

Desde lo financiero, la búsqueda por achicar la penalización que implican los intereses es frenética. “Hay proveedores que piden pagar contra culata de camión”, coinciden los consultores. Es decir, de contado. Cualquier plazo ya tiene un recargo.

Para conseguir el equilibrio en ese plano, dice Asensio, resulta vital “bajar la exposición de las cuentas a cobrar”. “Es un circuito ruin si tenés muchas cuentas a cobrar y también demasiado stock”, enfatiza.

En ese tren de manejar el volante con la punta de los dedos, están también gerentes de finanzas que no dudan en llevar un pago del día 30 de un mes al 4 del mes siguiente. En esas pocas jornadas o bien se cobra y espera o, cuando existe liquidez, se juega con las tasas.

La incertidumbre cambiaria, alimentada por las expectativas de devaluatorias, lleva a que haya empresas que dosifiquen la venta, o que fijen presupuestos con 24 horas de vida y formas de pago atadas a la variación de determinado dólar.

“En una economía bimonetaria y con alta inflación donde se trabaja con pesos y se piensa en dólares, indudablemente que aquellos empresarios con productos dolarizados tratan de defender su stock y de realizar liquidaciones mínimas para mantener cierto flujo financiero”, describe Montes.

La excepción a esa regla pueden ser las firmas en condiciones de realizar una importante toma de ganancias, o con liquidez suficiente para trabajar en alguno de los ‘rulos financieros’, pero de lo contrario se apuesta a mantener el stock, “que es un resguardo dolarizado”, recuerda el asesor.

La logística es otro punto con mucho peso en la agenda empresaria. Antes de despachar un camión hay que pensarlo tres veces. “Hay quienes no pueden pagar un flete a Rosario si no consiguen que ese mismo flete venga lleno de vuelta”, resalta Asensio.

SUBE EL STRESS DENTRO DE UN CONTEXTO COMPLICADO

¿Cómo salir de estos bretes? “No podemos transitar en una economía con una neblina que no deja avanzar. Esa neblina es la falta de certidumbre, de confianza, de estabilidad en las reglas de juego y la seguridad jurídica”, evalúa Montes.

“La matriz productiva está en un proceso de achicamiento, mientras que la matriz del gasto público permanece casi inflexible”, ahondó.

Asensio reconoce la existencia de un “stress” a nivel de los directivos de las empresas. “Deben tomar decisiones en el medio de una tormenta, pero no sabés de dónde viene el viento”, concluyó.

Las dificultades para pagar las importaciones, entre las dificultades más importantes del día a día empresarial.
Las dificultades para pagar las importaciones, entre las dificultades más importantes del día a día empresarial.

PYMES: LA REALIDAD FATIGA TODOS LOS DÍAS

Dos Pyme cordobesas de diferentes rubros coinciden en que las dificultades para conseguir insumos importados forma parte de la problemática cotidiana para funcionar.

“Nuestra planificación es especialmente difícil porque abarca períodos de no menos de cinco años, partimos desde el desarrollo de los productos, su homologación, producción y venta. Para afrontar el día a día, nuestra estrategia ha sido pensar en el año a año, y en el lustro a lustro”, describió Román Irazuzta, socio gerente y fundador de la tecnológica Discar.

La firma tiene clientes desde Ecuador hasta Tierra del Fuego sobre todo para su principal producto, sistemas de gestión de la distribución de energía eléctrica. El hecho de que las importaciones de la empresa no son artículos terminados sino materias primas que generan agregado de valor y puestos laborales, les permite tener un argumento adicional a la hora de gestionar las autorizaciones.

“Estar listos para surfear las coyunturas que pueden ser muy tormentosas”, es una de las claves para que la empresa continúe en actividad, dijo Irazuzta.

Otro caso es el de Canteras El Diquecito, productora de áridos para la construcción. Conseguir elementos como barras, brocas de perforación y repuestos para la maquinaria exige esfuerzos cotidianos que nada tienen que ver con el objeto de la actividad.

“En febrero presentamos una Sira, el proveedor de Estados Unidos nos pide pago anticipado, y nos sacan el giro de divisas para agosto”, detalla José Díaz, director de la empresa de La Calera. “En consecuencia, no perforo, no genero mi materia primera y no tengo la planta totalmente en marcha, aún con buena demanda aunque en las últimas semanas comenzó a ralentizarse”, indicó.

Díaz es claro: “La realidad te fatiga todos los días, pero no nos tienen que doblar, acá hay 50 familias, la mayoría de la zona donde estamos”.

“CUALQUIER SALIDA DEBE INCLUIR A LOS TRABAJADORES”

Para el sindicalismo, ningún plan económico será viable si de su armado no participa el sector trabajador.

“Compran a dólar oficial, aumentan con el dólar blue y pagan en pesos”. La frase circuló por estas semanas tensas desde lo económico en los foros alineados con el kirchnerismo. Apunta a señalar al empresariado industrial como el responsable de los incrementos de precios.

El sindicalista Héctor Morcillo es uno de los que la repite. Abona la idea de que por el impacto de la inflación, las empresas manejan muchos más pesos y se llevan la mejor tajada. “Hay una transferencia de ingresos no equitativa. Los trabajadores pagan más impuestos que las grandes empresas, el 9% del PBI contra el 1,5%”, comparó.

“Cualquier salida que se piense para la situación económica debe incluir a los trabajadores, no se les puede trasladar permanentemente el peso del ajuste”, dice a La Voz el titular del Sindicato de la Alimentación (Stia).

Para el gremialista ningún plan económico que pueda aplicarse en el futuro puede desconocer la presencia del sector laboral. “Esto ya no se resuelve solo con paritarias, hay que discutir cómo va a ser el crecimiento y cómo se va a repartir, pero ninguna salida es posible, sin soberanía en la toma de decisiones”, enfatizó.

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