Industrializar el litio

América Latina tiene una larga historia de conflictos en torno a la extracción de minerales por parte de grandes corporaciones extranjeras que han sido acusadas de obtener millonarias ganancias y generar mínimos beneficios para los países de la región.

El Esquiú – Contexto Minero
Con el boom del litio, los gobiernos de Boric en Chile, Arce en Bolivia, Fernández en Argentina y López Obrador en México, intentan -bajo diferentes fórmulas- evitar que sus países vendan la materia prima sin entrar en la cadena productiva.

Por eso, una de las aspiraciones compartidas es industrializar el litio.

Cada uno a su manera aspira a que la tecnología y los conocimientos de las grandes mineras sean transferidos a la mano de obra local para que los países desarrollen sus propias capacidades de procesamiento del mineral.

Esa idea los une, pero el camino para implementarla, es lo que los separa, dicen expertos del sector.

Todos quieren llegar a exportar baterías de litio, pero la travesía es desafiante.

Especialmente para el triángulo sudamericano por su ubicación geográfica, distante de los grandes centros de fabricación de vehículos.

“Podría ser difícil para América del Sur ser competitiva con los fabricantes de baterías en Asia, dada su lejanía de los principales mercados, entre otros factores”, escribió Wilson Henry Sanderson, editor ejecutivo de la consultora Benchmark Mineral Intelligence.
Estar lejos de los grandes mercados sube los costos, excepto en el caso de México, que comparte su frontera con Estados Unidos.

Sin embargo, la ventaja geográfica y las décadas de experiencia en el desarrollo de su gigantesco mercado automotriz -que le abren la puerta a una potencial fabricación a gran escala de baterías eléctricas-, se ven limitadas por la cantidad y calidad de su litio, en comparación con el triángulo sudamericano.

Mientras Argentina, Bolivia y Chile cuentan con 52 millones de toneladas, casi el 60% del litio que existe en el mundo, México solo tiene 1,7 millones de toneladas, según los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.

Pero además, el litio en México está principalmente en yacimientos arcillosos, un tipo de depósitos que, hasta ahora, no han sido extraídos a escala comercial.

La “nacionalización” al estilo AMLO en México
A principios de este año, el gobierno mexicano anunció la creación de una empresa estatal de litio, LitioMx.

“Lo que estamos haciendo ahora (…) es nacionalizar el litio para que no lo puedan explotar extranjeros, ni de Rusia, ni de China, ni de Estados Unidos”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, la nacionalización del mineral -que implicaría un control total del Estado- podría funcionar de otra manera.

LitioMx, la empresa creada por el gobierno para ser la única encargada de explotar y comercializar el mineral, está negociando con firmas para concretar asociaciones público-privadas, según Pablo Taddei, director de la compañía pública, en una entrevista con Bloomberg.

“En una primera etapa, muy probablemente sea necesaria una asociación. También en la parte de manufactura de baterías”, dijo Taddei.

Explicó que, en algunos casos, LitioMx “puede ir sola”, pero en otros, buscaría asociarse con privados porque carece de la capacidad y tecnología para explotar yacimientos de arcillas de litio.

“Es lo más complicado. En ese proceso definitivamente vamos en asociación público-privada”.

Por ahora, las salmueras de litio en Sudamérica son la oportunidad más prometedora para aumentar rápidamente la producción mundial de litio.

La “Arabia Saudita” del litio
Mientras Chile tiene las mayores reservas certificadas de litio del mundo, Bolivia tiene los mayores recursos, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

¿Por qué es importante la diferencia entre tener reservas y tener recursos de litio?

Los expertos hablan de “reservas” cuando el potencial comercial del recurso ha sido certificado internacionalmente.

En el caso de Bolivia, la llamada “Arabia Saudita” del litio, se ha establecido que con sus 21 millones de toneladas, es el país con más recursos de litio del mundo, pero aún no se ha determinado el potencial comercial de esos recursos.

En la actualidad, los dos países sudamericanos que están produciendo litio a gran escala son Chile y Argentina, con éste último avanzando a toda velocidad.

Bolivia espera alcanzar el paso de sus vecinos en los próximos años, mientras que México, aún está en una fase preliminar del proceso.

Todos tienen claro que mientras más se demoren en subirse al boom del litio, menores serán los beneficios, especialmente cuando podrían inventarse baterías eléctricas comercialmente viables que utilicen otros materiales en su fabricación.

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