Minería: Los fletes de la Puna salteña tienen un sobrecosto del 40%

El Tribuno

El deficiente estado de transitabilidad de rutas como la nacional 51 y la provincial 27 genera sobrecostos de un 40% en los fletes que mueven los proyectos metalíferos de la Puna salteña. Así lo precisó el titular de la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras de Salta (Capemisa), Diego Pestaña, tras advertir que la anacrónica infraestructura vial y ferroviaria del departamento Los Andes es una de las mayores limitantes que enfrenta el sector en su vertiginoso desarrollo.

«Hoy, por las malas condiciones de los caminos, el flete de un semirremolque desde la ciudad de Salta hasta Lindero sale 3.000 dólares. Con rutas pavimentadas el costo sería de 1.800 dólares», afirmó Pestaña, quien hizo notar que en dos o tres años el movimiento vehicular y de cargas en la zona será entre cinco a diez veces mayor que en la actualidad.

La estimación del gerente general de AVG, una de las más de 200 empresas salteñas que tiene nucleadas Capemisa, se apoya en proyecciones firmes.

Lindero, la mina que opera Mansfield, subsidiaria de la canadiense Fortuna Silver, al sur del Salar de Arizaro, produce actualmente unas 110.00 onzas de oro y mueve exportaciones por más de 220 millones de dólares al año.

En los salares de la Puna salteña, a la vez, hay más de una decena de avanzados proyectos de litio, de los cuales tres, que tienen sus plantas en plena construcción, empezarán a exportar a partir de 2024 y 2025 alrededor de 25.000 toneladas anuales de carbonato de litio para baterías. Los yacimientos «Mariana», de la china Ganfeng (Salar de Llullaillaco), «Sal de Oro», del grupo surcoreano Posco (sector norte del Salar del Hombre Muerto) y «Centenario Ratones», de la francesa Eramet y la china Tsingshan (en el salar homónimo) sostendrán cerca de 1.000 empleos directos a lo largo de su ciclo productivo. Los flujos vehiculares sobre rutas como la 51 y la 27 se intensificarán también por los cargamentos de insumos y productos mineros, transporte de personal, logística, catering y toda clase de asistencias.

A ello se suma la posibilidad cierta y concreta del ingreso de Taca Taca a su fase comercial. La canadiense First Quantum Minerals y su subsidiaria Corriente Argentina aguardan la aprobación del informe de impacto ambiental para definir la construcción, en 2024, de una mina de cobre de clase mundial en Tolar Grande.

Taca Taca tiene una perspectiva de producción de alrededor de un millón de toneladas anuales de concentrado y exportaciones por 2.000 millones de dólares, con una inversión de US$ 3.600 millones.

Son muchos los empresarios del sector que piden el urgente arreglo de los caminos mineros. Muchos deslizaron la posibilidad de usar más vuelos para el traslado de personal y materiales necesarios para trabajar en la Puna.

Carlos Ramos, titular de la Cámara de la Minería de Salta y vicepresidente de Corriente Argentina, precisó que Taca Taca ocuparía entre 5.000 y 6.000 trabajadores en la etapa de construcción de la mina y sostendría 2.700 empleos directos una vez en producción.

Como parte del proyecto, está prevista una inversión privada del orden de los 280 millones de dólares para mejorar la infraestructura vial, ferroviaria y eléctrica de la zona. Concretamente, con esos capitales se ejecutaría un camino alternativo de 120 kilómetros, desde Salar de Pocitos hasta Tolar Grande, con el que se evitarían complicados tramos de la ruta 27 como el de las Siete Curvas.

A la par, se rehabilitarían 134 kilómetros del ramal ferroviario C-14 desde Taca Taca hasta el paso internacional de Socompa, para fletes y logística vía Chile, y se construiría una nueva línea de transmisión eléctrica de 123 kilómetros conectada a la red nacional existente.

Un viaje en camioneta desde Salta hasta la zona de Lindero y Taca Taca, que con una red vial aceptable sería a lo sumo de seis horas, insume actualmente ocho horas, en el mejor de los casos, por la imposibilidad de pasar camiones en los intratables y polvorientos caminos de la región. «Como están las rutas de la minería, es difícil imaginar el desarrollo de los proyectos que hay en marcha», sostuvo el presidente de Capemisa, tras remarcar que en los caminos de la Puna los accidentes son hoy un tema de preocupación. Por el ramal C-14, en dos o tres años, se moverán alrededor de 5 millones de toneladas al año, o sea un volumen de cargas ferroviarias diez veces mayor que el actual. Los vuelos crecerán entre un 85 y 90%. Compañías como Río Tinto ya están construyendo sus pistas aéreas en la zona de los proyectos. Hemos visto que días atrás, tras el aterrizaje en emergencia de un taxi aéreos, el aeropuerto Martín Miguel de Güemes quedó paralizado cuatro horas. Hay que avanzar en la pavimentación de la pista del Aero Club Salta, para tenerla como alternativa. Autoridades tanto nacionales como provinciales deben tomar nota del estado actual de las infraestructuras», puntualizó Pestaña, tras sugerir que se deberían apurar las obras que se necesitan con una adecuada articulación de esfuerzos de los sectores público y privado.

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