Rosario. El Concejo retoma el debate por la nocturnidad, una deuda pendiente

Los ediles siguen escuchando a los actores involucrados en el tema. El objetivo es actualizar finalmente la ordenanza que regula la noche rosarina

El objetivo es lograr una nueva ordenanza que sume el mayor consenso posible. En esa búsqueda, desde el año pasado la comisión de Gobierno recibe a diversos actores relacionados con la nocturnidad que buscan exponer sus puntos de vista. Durante el último tramo de 2022 visitaron el Palacio Vasallo titulares de comercios, vecinos de locales de esparcimiento y asociaciones intermedias que sumaron sus inquietudes y propuestas para regular la trasnoche rosarina.

Ya escucharon las posturas de los vecinos de barrio Pichincha y de la vecinal Maradona, que llevan años denunciando la ausencia de control en uno de los mayores polos del entretenimiento nocturno, voceros de la Asociación Hotelero Gastronómica y a miembros del Consejo de Discapacidad.

Esta semana recibieron a la asociación civil Carlos Bocacha Orellano. Edgardo Orellano, padre del pibe que fue a bailar una noche de febrero de 2020 y apareció flotando frente al boliche Ming River House en la Estación Fluvial, expuso las irregularidades que él percibe en la noche.

Además, pidió que el personal de control o “patovicas, tienen que estar preparados para cuidar, no para matar”, por lo que pidió un profundo examen psicológico para quienes efectúen la actividad.

Orellano también solicitó la colocación de cámaras en distintos sectores de los lugares de diversión, “incluyendo la cocina, debajo de la barra y hasta en los baños”, al igual que cámaras en las esquinas y una en la vereda de enfrente hacia la puerta del local.

Este año, está previsto continuar con las rondas de diálogo todos los miércoles cada quince días, la semana en la que no haya sesión, para avanzar en la confección de una nueva ordenanza que responda a todas las necesidades. El próximo encuentro será con la Sindicato de Músicos de Rosario.

Varios proyectos

En el Concejo hay varios proyectos para modificar, complementar o reemplazar la ordenanza Nº 7.248. Las iniciativas llevan las firmas de los integrantes del bloque de Ciudad Futura, la actual presidenta del Concejo, la radical María Eugenia Schmuck, los concejales justicialistas Silvana Teisa, Julia Irigoitia y Lisandro Cavatorta, y de la representante de Juntos por el Cambio, Daniela León.

Las iniciativas son coincidentes en sus objetivos: que el Estado tenga un rol más activo en el fomento de las actividades de esparcimiento y lograr que la movida nocturna no colisione con la rutina de quienes viven en cercanía de estos locales.

Buscar un nuevo ordenamiento de la noche es un asunto pendiente desde hace más de una década. La ordenanza actual, Nº 7.218, se sancionó en 2001. El último intento de modificarla se llevó adelante en 2018; sin embargo, la iniciativa quedó paralizada.

Julia Irigoitia, del bloque Todos Hacemos Rosario, explicó a La Capital que “la idea es terminar recibir a los distintos actores y avanzar en la propuesta de redacción y consensuar los distintos proyectos que hay”. Aunque aclaró que, por ahora, “van con cautela porque los antecedentes no han sido demasiado fructíferos”.

En esa línea, valoró que “hay un compromiso del oficialismo para dejarnos avanzar en el tema” y advirtió que aún así no puede asegurar que todas estas acciones deriven finalmente en la confección de la nueva ordenanza.

Por su parte, Jesica Pellegrini, concejala de Ciudad Futura, subrayó que el objetivo es avanzar durante este año y tener «una normativa superadora». «Todavía no hay un esquema sobre cómo abordar legislativamente los distintos proyectos, lo estaremos resolviendo en los próximos días. Durante todo este tipo estuvimos recibiendo a los distintos actores en audiencias y vamos a seguir haciéndolo», agregó.

«Está a la vista que los formatos de ocio, encuentro y socialización que hoy existen, cambiaron radicalmente ya que contamos con espacios mucho más dinámicos que ofrecen múltiples y variables propuestas. Al mismo tiempo resulta inescindible al debate el contexto económico y social en el que se encuentra nuestro país y puntualmente nuestra ciudad, atravesada por la violencia y la crisis económica que se agudizó como consecuencia de la pandemia, lo que hace más urgente la necesidad de una nueva normativa«, concluyó en contacto con este medio.

Realidad del sector

La pandemia de coronavirus y su impacto sobre los hábitos de esparcimiento creó un nuevo escenario para la discusión. Según advierten los empresarios, la ausencia de políticas positivas primero y la crisis sanitaria después convirtieron a Rosario en «una ciudad sin noche».

Los números parecen darles la razón. De acuerdo a un relevamiento del sector, entre 2012 y 2018 cerraron sus puertas 20 locales nocturnos, entre boliches y bares con amenización musical. Muchos habían cambiado de rubro, convirtiéndose en cervecerías: solo en 2017 se habían habilitado 20 nuevos locales.

Censos más actuales muestran que Rosario pasó de tener unos 50 boliches en los 90 a menos de una decena. Del mismo modo que los espacios culturales (con actividades tanto nocturnas de espectáculos y shows, como diurnas de talleres y espacios de formación) también vienen sufriendo golpes continuos.

Según datos del Colectivo Rosarino de Espacios Culturales (Crec), tras la pandemia una decena de espacios cerraron sus puertas. Y de los 20 lugares que existían para recitales en vivo, apenas quedaron tres.

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