Bariloche planea desarrollar el turismo científico

Es una iniciativa entre 5 instituciones de la Nación y la provincia de Río Negro que busca promover las vocaciones por las ciencias.

Así será el Museo Tecnológico Interactivo de Ciencia, Ambiente y Sociedad (MuTec). Estará en un predio del Centro Atómico, al oeste de Bariloche. Foto: gentileza

Bariloche ofrecerá pronto las visitas al MuTec. Así se conocerá al “Museo Tecnológico Interactivo de Ciencia, Ambiente y Sociedad”, que se empezará a construir este año y permitirá fomentar el turismo científico.

“Se trata de despertar la curiosidad, generar vocaciones y mostrar cómo el desarrollo de la ciencia puede tener un impacto en la vida de la sociedad”, según explicó a RIO NEGRO la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis. El museo estará ubicado en un predio del Centro Atómico, al oeste de Bariloche.

La ciudad cordillerana lidera el ranking a nivel nacional, con 14 científicos cada 1.000 habitantes, y apuesta a volcar ese valor agregado para promover el turismo científico.

Durante su visita a Bariloche a fines de agosto, el presidente de la Argentina Alberto Fernández había anunciado que iba a promover a Bariloche como la capital nacional de la Ciencia y Tecnología.
Pocos meses después, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, firmó un convenio en la ciudad para construir el museo interactivo.

Esta iniciativa surgió del gobierno rionegrino y la CNEA. “Se pensó en un museo interactivo que permita visibilizar los aportes de las instituciones a la ciencia y la tecnología de la zona”, resumió Ricardo Quintana, director ejecutivo de la Agencia Río Negro Innova.

La idea es que al visitar el museo, la gente aprenda sobre cuestiones de energía nuclear, reactores y otros proyectos científicos que se llevan adelante en la Argentina. Foto: gentileza

Serquis planteó que la Comisión Nacional de Energía Atómica, como promotora del museo, está interesada en mostrar la tecnología nuclear y sus aplicaciones. “Queremos contar todo lo que tiene que ver con energías ambiente, los desarrollos de energías limpias, como la nuclear y otras asociadas, las basadas en hidrógeno. Tenemos nuestros grandes proyectos como el reactor Carem, el reactor multipropósito RA10, el área de medicina nuclear y todo lo que tiene que ver con el ciclo de combustible para garantizar la soberanía tecnológica energética. La idea, además, es tener espacios de debate sobre las implicancias de estas tecnologías”, dijo la doctora física.

El espacio cultural y educacional estará destinado principalmente a estudiantes de los colegios primarios y secundarios y a investigadores del país y del exterior. Otro desafío es integrar a los 120 mil egresados que visitan Bariloche.

El proyecto prevé 6.000 metros cuadrados cubiertos en 4 hectáreas y estará instalado en un predio del Centro Atómico Bariloche, sobre la ruta 82, al oeste de Bariloche. Ya se obtuvo financiamiento para construir la primera etapa que abarca cuatro salones de exposición en una superficie de 2.150 metros cuadrados. El subsidio es de 5,5 millones de dólares y la fundación de la Universidad Nacional de Río Negro administrará los fondos.

“Vamos a licitar también durante 2023 la etapa dos”, señaló Quintana. Esta segunda etapa avanzará con el edificio central, un auditorio para 300 personas, los laboratorios y la administración del museo. “Todo esto estará conectado por senderos interpretativos con vegetación autóctona. Se hizo un relevamiento arbóreo en las cuatro hectáreas y los edificios estarían emplazados en los lugares de menor impacto», puntualizó el funcionario.

No se busca construir un edificio gigantesco sino avanzar en espacios pequeños más modulares para no invadir el predio. En un comienzo, el proyecto nació de la mano del gobierno provincial, nacional, el Conicet, la Universidad Nacional de Río Negro y la CNEA. De todos modos, sus impulsores aseguraron que la iniciativa está abierta a todas las instituciones de ciencia y tecnología que deseen contribuir con aportes al museo.

Insisten en que no hay un modelo de museo a imitar aunque remiten al Centro Cultural de la Ciencia, ubicado en el barrio porteño de Palermo. «Es una modalidad moderna de museo. La idea es que la gente aprenda participando. En este momento, estamos en la escritura de los guiones y el armado de las muestras», señaló Quintana.

Serquis consideró que el desafío va más allá de los modelos de museos interactivos en los que la gente «va solo a jugar con los desarrollos de las ciencias». «Se trata también de poder interpelar las funciones de las ciencias en la sociedad y contar por qué son necesarias«, puntualizó la física.

DIARIO RÍO NEGRO

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