La industria del litio está en pleno crecimiento y Jujuy es una de las provincias argentinas con mayor potencial. Por qué beneficia a las comunidades.
La industria del litio está abriendo un nuevo panorama para jóvenes de comunidades originarias y rurales de Jujuy, Salta y Catamarca. El exponencial aumento de población y de la matrícula en escuelas en algunas zonas donde se desarrollan estos proyectos, son algunos de los indicadores.
Crecimiento en Jujuy, Salta y Catamarca
Jujuy, Salta y Catamarca son las tres provincias que integran la mesa del litio por contar con este metal y tuvieron un significativo crecimiento.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en Belén, el departamento que se convirtió en el tercero más grande de la provincia de Catamarca luego de su capital, por haber tenido un crecimiento que pasó de los 12.256 habitantes según cifras del Censo 2010 a 30.736 habitantes según el relevamiento realizado en 2022.
Esto se debe a que se trata de una localidad minera donde se desarrollan importantes proyectos ligados al litio como Tres Quebradas, donde participan trabajadores de Belén, Tinogasta y Andalgalá.
Los Andes, localidad minera de la provincia de Salta, experimentó un aumento del 30,7% en su población en comparación con los datos del censo de 2010. Este incremento supera el promedio de crecimiento en toda la provincia de Salta, que se situó en 18,6%. Actualmente, el departamento tiene 7.912 residentes.
Susques, en el sudoeste jujeño, donde se encuentra el Salar de Olaroz y tienen operación tanto Minera Exar como Sales de Jujuy, ambas empresas en fase de producción, creció un 34,5% en los últimos 31 años.
El mayor impacto de Susques, en tanto, no fue tanto demográfico sino cultural dado que se reflejó en la expansión de las instituciones educativas en la región. Datos gubernamentales revelan que entre 2012 y 2021 se produjo un marcado aumento en la matrícula estudiantil, abarcando desde el nivel inicial hasta la educación superior no universitaria.
Este incremento se atribuye en gran parte a la destacada importancia otorgada a la educación como uno de los pilares fundamentales de los proyectos de litio implementados en el departamento de Susques.
Según cifras que surgen de los Anuarios Estadísticos de los años 2012 y 2021, mientras que en 2012 había 11 estudiantes inscriptos en el nivel inicial estatal, esta cifra aumentó a 166 para 2021. En el nivel primario, en tanto, en 2012 había 75 estudiantes matriculados y esta cifra se elevó a 569 para 2021.
A nivel secundario, en 2012 se registraban 79 estudiantes inscriptos y para 2021 esta cifra alcanzó los 350. Por último, a nivel superior no universitario estatal, mientras que en 2012 no se registraron estudiantes, en 2021 se registraron 40 estudiantes inscriptos. En general, el total de la matrícula educativa en instituciones estatales en 2012 fue de 165 estudiantes, y en 2021, esta cifra aumentó significativamente a 1.164.
Algo similar ocurrió desde 2016 a partir de la puesta en marcha del proyecto Fénix en Antofagasta de la Sierra, en Catamarca. Antes de su puesta en marcha la población del lugar era de 1436 habitantes según datos del INDEC del Censo 2010. Para el censo de 2022, con seis años de desarrollo de la industria del litio, la población ascendió a 2008 habitantes.
El inicio de la cadena
Según cifras de la Secretaría de Minería de la Nación, la industria del litio generó más de 38.000 empleos directos que, si se tiene en cuenta el primer anillo de proveedores más cercano, se multiplica a 80.000. Asimismo, si se amplía el enfoque hacia los proveedores de estos proveedores, la cifra asciende a 100.000 oportunidades.
De acuerdo a datos oficiales, el 80% de lo que exportan las empresas mineras permanece en Argentina, generando contratos con proveedores, impuestos y empleo, lo que supone la necesidad de cada vez mayor necesidad de respuesta.
Las perspectivas de aumento en la exploración de yacimientos de litio representan una oportunidad para impulsar la localización de productores en la región de la Puna. Además de la producción de carbonato de litio, hay oportunidades para desarrollar servicios que logran impactos positivos en las comunidades locales, entre los que se incluyen, transporte, logística, mantenimiento de infraestructuras, alimentación y servicios para trabajadores que operan en áreas remotas.
Estas oportunidades pueden ser particularmente beneficiosas para las comunidades de pueblos originarios, que se dedican principalmente a actividades primarias y tienen menos acceso al empleo formal. Así lo explicó Luis Vacazur, emprendedor y titular de la Cámara de Proveedores de servicios mineros y turísticos de la Puna Argentina (Caprosemitp): «Mi historia personal tiene sus raíces en San Antonio de los Cobres, un lugar profundamente arraigado en la tradición minera. Mi madre tenía un salar, lo que demuestra que esto no es algo novedoso».
La minería es una práctica ancestral que estuvo presente a lo largo de la historia y fue un agente de cambio que enriqueció nuestras vidas, nuestra perspectiva y la sabiduría de muchas personas en la región de la Puna. Nos trajo prosperidad y construyó un prometedor futuro, algo que estamos experimentando en la actualidad», expuso durante el encuentro.
Desde la organización, se busca potenciar una red de empleo para que los jóvenes de zonas rurales y pueblos originarios puedan acceder y postularse a las ofertas laborales que realizan empresas mineras y turísticas, y sus proveedores de bienes y servicios. Desde su inicio de 2015 y hasta junio de 2023, el registro de la Cámara de proveedores de servicios mineros y turísticos de la puna argentina cuenta con 321 proveedores inscriptos y más de 100 familias que ya trabajan de manera directa o indirecta de las distintas fases de la cadena de producción del litio.
Estos proveedores reciben capacitaciones desde el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), que se desarrollan en colaboración con las firmas mineras, incluyen desde la enseñanza del diseño y gestión de presupuesto hasta el análisis de las formas de relacionamiento con las empresas y la gestión de órdenes de trabajo para la búsqueda de nuevas oportunidades. Estas iniciativas son fundamentales para ayudar a las comunidades a adquirir las capacidades necesarias y, eventualmente, prestar servicios a otros clientes, lo que contribuye al crecimiento económico local.
Desarrollo comunitario
Hasta acá se menciona la oportunidad de empleo como una muestra indefectible del crecimiento que la industria del litio está generando en la región. Pero éste no tiene que ver únicamente con lo laboral, sino con el progreso y el desarrollo de las localidades, sus actividades, infraestructura y calidad de los servicios.
Por otro lado, en lo que respecta al mejoramiento del abastecimiento de agua potable, el Ministerio de Infraestructura de Jujuy invirtió $17.200.000 en Susques para la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales y $53.270.000 en Infraestructura Urbana y Mejoramiento Integral del Hábitat. Durante el período de 2018 a 2020, se llevaron a cabo proyectos de mitigación hídrica que incluyeron la construcción de defensas con gaviones en los ríos Pastos Chicos y Susques, pavimentación de avenidas con sistemas de drenaje pluvial, empedrado de calles, mejora en la iluminación pública y un complejo deportivo con dos canchas.
La mejora en la provisión de electricidad, la expansión de redes de agua potable y las inversiones en infraestructura de rutas y caminos son otros de los servicios que mejoran la calidad de vida de las comunidades. Un ejemplo de ello, es que antes de la firma de un convenio entre las empresas Sales de Jujuy (Proyecto Olaroz) y EJESA (Empresa Jujeña de Energía Sociedad Anónima), la comunidad de Olaroz solamente tenía acceso a 8 horas diarias de electricidad. Sin embargo, gracias a la contribución de la empresa de litio, se logró establecer un suministro eléctrico ininterrumpido. También se facilitó infraestructura para Olaroz Chico y se instaló telefonía satelital e internet en El Toro y Puesto Sey.
En el caso de Olaroz, la compañía construyó un Centro de Interpretación que ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de comidas regionales, artesanías, acceso a internet, información sobre la flora y fauna local, así como consejos para visitar otros poblados.
En respuesta a las solicitudes de las comunidades, las empresas mineras a menudo construyen salones de usos múltiples que son utilizados para reuniones, actividades sociales, culturales y artísticas. Esto permite a las comunidades mantener sus prácticas tradicionales, reunirse, recibir visitantes, vender artesanías y fortalecer los lazos que los unen.