La consultora Economía & Energía calculó el impacto de un salto cambiario y del barril criollo, dos elementos que probablemente tendrán que ajustarse.
Si se decide que el alza del barril local sea de apenas 10 dólares para subirlo a 65, el litro de combustible podría subir a $1.087, $833 o $580, dependiendo si el dólar cotiza a 1.000, 750 o 500, respectivamente.
Finalmente, el escenario más optimista sería mantener el barril criollo en 56 dólares, algo que pocos piensan que sucederá, ya que desalienta las inversiones del upstream en Vaca Muerta e incentiva a las petroleras internacionales a invertir en otras cuencas del mundo.
De continuar con esta brecha, la nafta pasaría a costar 968 pesos el litro con un dólar a 1.000, 745 pesos con un dólar a 750 y 523 pesos con un dólar a 500. Cabe recordar que, como ya rige un tipo de cambio de 500 para la exportación, este es el escenario de piso que calcula esta consultora, que ya descuenta un ajuste cambiario mínimo a este nivel.
“La depreciación de la moneda, la necesidad de recomponer la alícuota del ICL y CO2 y alcanzar un valor del crudo en el mercado local que viabilice crecientes niveles de inversión requerirá de incrementos significativos en el precio de los combustibles a lo largo de los próximos meses”, dice el documento.
“Evaluado en pesos constantes, el valor de las naftas en surtidor durante septiembre se ubicó un 34% por debajo del promedio verificado a lo largo de la última década, mientras que la contracción en el caso del gasoil alcanzó el 20%”, agregan para ejemplificar el atraso.
En números concretos, la caída en dólares al tipo de cambio oficial es del 17% desde enero del 2019 en nafta y del 19% en el caso del gasoil, cifras que se elevan mucho más si se considera el tipo de cambio paralelo