La tarea es encarada por operarios y maquinarias de la Dirección de Vialidad de Salta, con el financiamiento de la empresa estatal Recursos Energéticos y Mineros de Salta (Remsa). Comprende labores de obra básica y de arte y en futuro está proyectada la pavimentación de la ruta.
La misma obra se realizó en los 38,6 kilómetros de la ruta 27, entre el empalme con la ruta nacional 51 y Salar de Pocitos. «Esta iniciativa es de gran importancia para el desarrollo de las comunidades de la Puna y el crecimiento del sector minero», destacaron desde el Gobierno provincial.
La ruta provincial 27 lleva hasta Tolar Grande, municipio de Los Andes, donde se desarrollan gran parte de los proyectos mineros de Salta. El estado del camino, que arranca en la intersección con la ruta nacional 51, llegó al punto de que ya ni siquiera los trabajos de mantenimiento que se realizaban daban abasto para revertir su situación calamitosa, por lo que se decidió reconstruirla desde cero.
Bypass
Con la misma modalidad de cooperación entre Vialidad provincial y Remsa, el mes pasado en Campo Quijano arrancó la obra vial que será clave para la actividad minera y representará una significativa mejora en la transitabilidad y seguridad sobre la ruta nacional 51. Se trata de un camino alternativo de 6 kilómetros que unirá esa vía con la ruta provincial 36, que lleva a Rosario de Lerma.
Con ese «bypass», que correrá en paralelo al río Rosario, se evitará pasar por el medio del ejido urbano de Campo Quijano. Los trabajos llevarán entre 5 y 8 meses.
El camino alternativo será de ripio y luego, en una segunda etapa, se avanzará con la pavimentación. Solo se licitará una parte de la construcción en lo que respecta a las tareas que tengan que ver con las alcantarillas y pasos a nivel que tendrá la nueva ruta.
La ruta 51 constituye un paso obligado para las empresas mineras y proveedoras que operan en la Puna salteña. El plan del «bypass» contempla, además, el desarrollo de un polo logístico e industrial sobre la ribera y al costado de la nueva ruta.
Los terrenos que se ocuparán para construir la ruta y los remanentes van a ser totalmente aprovechados para la instalación de comercios, empresas y estaciones de servicio.
Según estimaciones oficiales, una vez que se pavimenten los cerca de 60 kilómetros de la ruta nacional 51 entre San Antonio de los Cobres y el Paso de Sico, que ahora es un calamitoso camino de tierra, se estima que por la vía que conecta a Salta con el Pacífico circularán alrededor de 700 camiones por día relacionados con la minería
El Tribuno