Juan Carlos Ibáñez, de 54 años, tiene un carro y un caballo. Vive en Santa Catalina, una de las villas del partido bonaerense de Lomas de Zamora que está atravesada por un brazo del Riachuelo y funciona como una enorme cloaca a cielo abierto. Sobre este arroyo estancado deben caminar los vecinos que construyeron sus propios puentes para cruzar desde las casas hasta la calle de tierra.
Acá, excepto por el agua de red que llega a algunas viviendas, no funciona ningún servicio básico, entre ellos, el de recolección de basura. Por eso, el trabajo de Ibáñez reemplaza al de los grandes camiones que recorren las zonas urbanizadas y, en muchos casos, de muy alto poder adquisitivo que representan la otra cara del partido.
Lomas de Zamora es, después de La Matanza, el partido más extenso y poblado de la provincia de Buenos Aires. Según el último censo, ahí viven 694.330 personas. El 6% de las viviendas no tiene baño o letrina en el interior de la casa, ese es el porcentaje más alto de todos los partidos del Gran Buenos Aires. Sin embargo, también hay zonas que crecen a pasos agigantados con importantes inyecciones de capital destinadas a desarrollos inmobiliarios para viviendas particulares, oficinas y comercios, sobre todo, localizados en el barrio Las Lomitas.
En este universo bonaerense reina el kirchnerismo, sin interrupciones, desde 2003. Martín Insaurralde estuvo a cargo de la intendencia entre 2009 y 2013, y entre 2014 y 2021. Las imágenes de pobreza lacerante que se ven en Lomas de Zamora, algo que también se replica en otras zonas de la Provincia e, incluso, de la Ciudad, cobran un tinte aún más oscuro frente a las fotos de Insaurralde gastando miles de euros en Marbella con la modelo Sofía Clerici.
Para algunos vecinos resulta indignante, luego de verlo en traje de baño llenando una copa de champagne en un yate, tenerlo a Insaurralde sonriente en los cientos de carteles distribuidos en los barrios pobres, donde se lo suele ver junto a su candidato a intendente, Federico Otermín, acompañados por algunas frases de aliento como “sigamos cumpliendo sueños”.
En su declaración jurada, el exintendente Insaurralde declara tener un solo inmueble, ningún auto y un sueldo mensual que es su único ingreso reconocido y no le alcanza para pagar un solo día del alquiler del barco en el que fue fotografiado. El escándalo le costó a Insaurralde la renuncia a la jefatura de gabinete bonaerense y a la candidatura como concejal. También se abrieron causas por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Debajo de uno de esos carteles está el carro de Ibáñez, donde hay bolsas de residuos y materiales que levanta para vender. Entre los cacharros y el caballo que rezonga por la carga que empuja todos los días, el nieto de Ibáñez juega con un muñeco descocido de Spiderman. Él, que tiene cinco años, no está en la escuela porque hace dos días rige un paro convocado por el Sindicato de Trabajadores del Estado (ATE).
“Yo vivo de esto. Luego llevo la basura a un punto donde se levanta una cooperativa. Como acá el recolector no llega, a la gente le sirve lo que hago y me dan una colaboración a voluntad. Y mi nietito cuando no tiene clases viene conmigo”, cuenta Ibáñez.
Uno de los vecinos del barrio hizo sonar la alarma vecinal, que instalaron con dinero de su propio bolsillo, para que otros salieran de sus casas a conversar con LA NACION. La gran mayoría tiene miedo de dar su nombre o salir en una foto. Pero hablan de robos, del olor hediondo, las intoxicaciones por la contaminación, la torre de alta tensión que se levanta en medio del barrio, las calles de tierra repletas de pozos profundos, las inundaciones y los lugares donde se vende pasta base; un pilón de desgracias.
Lomas de Zamora, según el Censo 2022, está en el puesto 9 de los que mejor acceso tienen a agua potable en el GBA. Allí el 94,5% de las viviendas particulares ocupadas cuenta con acceso para beber y cocinar por red pública.
Sobre la red cloacal, el municipio se encuentra 15 en el ránking de los 24 partidos del GBA. Solo el 47,8% tiene conectado el desagüe del inodoro del baño a la red pública. Otro servicio básico es el gas o la electricidad para poder cocinar y, en dicho partido, el 66,2% de las casas particulares cuentan con esa posibilidad.
Según el ministerio de Desarrollo Productivo bonaerense, el empleo público en Lomas de Zamora alcanza al 22,9% del empleo formal. En este ítem, el partido se encuentra en el lugar número 8 de los 24 (de mayor a menor valor). En el conurbano, el municipio con mayor empleo público es Ezeiza con un 28,3%, le siguen San Miguel con 25,9%, Moreno con 24,7% y Ituzaingó 23,6%. Por el contrario, el partido de los 24 de GBA que menos empleo público tiene es Malvinas Argentinas con 14,8%, luego Tigre con 14,9% y San Isidro con 15,7%.
De acuerdo con un cálculo de LA NACION en base a información pública, el salario promedio ponderado de un trabajador asalariado en Lomas de Zamora era de $366.009 en junio de 2023. Vicente López ($518.922) era el municipio del conurbano con mejor sueldo promedio ponderado, le sigue San Isidro ($498.480), Tigre ($411.339), Morón ($410.882) e Ituzaingó ($392.764). Por el contrario, el peor es José C. Paz ($307.500), seguido por Florencio Varela ($308.300), Moreno ($319.479), Merlo ($319.768) y Malvinas Argentinas ($337.828).
Todas las cifras de Lomas de Zamora hablan de un partido con puntos altos y bajos. En las zonas más ricas del partido, como el Barrio Inglés de Temperley, donde los caminos de ingreso a las grandes casas antiguas comienzan en calles de adoquines que están cubiertas por árboles frondosos, “se respira otro aire”, según dice Iván Gutiérrez, que trabaja en una garita de seguridad privada en la zona. “Acá caminas unas cuadras y es otra historia, agrega. “Acá vive muy bien, es muy tranquilo el barrio, aunque tenemos que pagar seguridad privada”, describe Humberto, vecino del lugar que prefirió no dar su apellido.
Lomas de Zamora es también el partido donde creció una de las ferias informales más grandes del mundo, La Salada, donde se escribieron varios capítulos policiales en 2017, año en el que fueron detenidos sus líderes Jorge Castillo y Enrique Antequera, que actualmente gozan de prisión domiciliaria. Este mercado enorme de Lomas de Zamora tiene protagonismo desde hace años en el radar político y en sus calles se desplegó parte del poder barrabrava.
Este paraíso de la economía informal se empezó a construir a principios de los 90, cuando comerciantes, en su gran mayoría de la comunidad boliviana, crearon la feria Urkupiña, en un predio donde funcionó una pileta de agua salada. Y así empezó a crecer hasta reunir incontables puestos de venta, sobre todo de indumentaria. Un informe realizado en 2017 por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), estimó que La Salada recaudaba alrededor de 70.000 millones de pesos por año.
Mientras tanto, Daniela Garcete, de 43 años, que vive a pocas cuadras del barrio Santa Catalina, tiene en su celular un video que la paraliza. Hace pocas semanas su hijo, Christian Villasanti, de 20 años, estaba en la puerta de la casa con su moto. Dos ladrones se la quisieron robar y le dispararon. Por suerte, el tiro no impactó en su cuerpo. Villasanti dice que conoce a los ladrones, y esa es una de las mayores complicaciones de estos barrios.
“No tiene sentido denunciar, no suele cambiar las cosas e incluso te puede complicar porque muchos son pibes que conoces. Espero que algún día podamos vivir de otra manera”, asegura Villasanti.